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Las condiciones de reclusión de los presos comunes y políticos en Venezuela distan mucho de ser adecuadas. Así lo han documentado en sus informes organizaciones defensoras de derechos humanos e incluso la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos sobre Venezuela.

El pasado 20 de abril se conoció el fallecimiento de uno de los detenidos por la Policía Nacional contra la Corrupción en los procedimientos que se vienen realizando desde el pasado 17 de marzo. El ingeniero Leoner Azuaje, de 39 años de edad, quien era presidente de la empresa Cartones de Venezuela y miembro del Partido Socialista Unido de Venezuela, fue aprehendido seis días antes de morir.

Tarek William Saab, fiscal general designado por la extinta Asamblea Constituyente, fue el encargado de informar sobre la muerte de Azuaje a través de un mensaje en la red social Twitter.

“He comisionado a los fiscales 50 y 67 Nac para investigar el lamentable suicidio del ciudadano Leoner Azuaje Urrea en su lugar de reclusión: instruyendo a la Unidad Criminalística del Ministerio Público junto al Cicpc para adelantar la inspección técnica, las entrevistas y autopsia de ley”, escribió Saab.

Un día después del deceso de Azuaje, Saab emitió un hilo de tuits donde dio a conocer resultado de la autopsia practicada al cadáver de Azuaje.

Saab informó que la muerte del exfuncionario fue por asfixia mecánica causada por ahorcamiento. La Fiscalía, a través de la Unidad Criminalística del Ministerio Público, dijo que Azuaje usó una lencería de cama de la celda donde estaba recluido.

Según las autoridades, en el sitio de reclusión se hallaron varias cartas dirigidas a sus familiares.

La versión oficial, compartida a través de las redes sociales por Saab, da cuenta de que un psicólogo que habría tratado a Azuaje Urrea brindó testimonio de que el funcionario padecía trastornos y signos de ataques de ansiedad. “Entrevista al compañero de celda que confirma este lamentable suceso”, afirmó el fiscal en un tuit.

De acuerdo con el titular del Ministerio Público, también le habrían incautado un teléfono celular a Azuaje que contenía, según la versión oficial, mensajes de WhatsApp en los que se mencionaba la “situación psicológica que se encontraba padeciendo”.

Saab mencionó que en la celda donde estaba Azuaje había sabanas, lápiz y hasta hojas de papel, con las cuales el fallecido pudo escribir los motivos de su “suicidio”.

Familiares cuestionan la versión oficial

Pero la familia de Azuaje cuestiona la versión ofrecida por las autoridades venezolanas sobre la muerte del detenido. “Nos dijeron que mi esposo se suicidó, pero en las redes sociales nadie lo cree. No sé qué está pasando”, enfatizó Claudia Pimentel. pareja sentimental de Azuaje en un video publicado en redes sociales.

Tambien en un video la madre y la hermana de Azuaje —entre lágrimas— exigieron al Estado una explicación por la muerte del directivo de Cartones de Venezuela.

Azuaje se encontraba recluido en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), ubicada en El Helicoide, Caracas. Testimonios de muchos de los detenidos por razones políticas han informado que esta cárcel no cumple con las medidas mínimas de sanidad y que las condiciones de prisión no son dignas para la reclusión de una persona.

Aunque la mayoría de los detenidos por los recientes casos de presunta corrupción están en recintos como el del Helicoide y la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim) en Boleíta, poco se sabe de sus condiciones de salud. Pero, según los testimonios de presos políticos, el Estado no dota las celdas con sábanas, lápiz o papel, mayormente son los familiares son los que llevan estos enseres a las prisiones.

“No es que el Estado dote a esos sitios de lencería, los familiares son quienes les llevan a los detenidos esos enseres”, explicó el abogado Joel García, representante legal de decenas de presos políticos en el país.

Celdas sin condiciones mínimas

En su informe de 2022, la Misión de Determinación de Hechos de la ONU registró que los exdetenidos describieron las condiciones de reclusión como “indignantes con celdas hacinadas”.

El documento detalla que las celdas del Sebin en El Helicoide carecen, en su mayoría, de luz natural y sistema de agua potable. También que muchos presos políticos tenían que orinar en botellas de plástico y solo se les permitía una visita diaria al baño.

La Misión de la ONU documentó que la sede del Sebin es un centro donde los detenidos son sometidos regularmente a torturas y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes.

El Helicoide es una de las sedes de la policía política que más ha concentrado presos políticos en Venezuela, desde el año 2014. Pero en estas instalaciones también conviven algunos presos comunes. 

Organizaciones defensoras de los derechos de los presos como el Observatorio Venezolano de Prisiones y Una Ventana a la Libertad han denunciado en sus informes anuales las paupérrimas condiciones en las que se encuentran las carceles y calabozos policiales del país. 

Las organizaciones Foro Penal y Justicia Encuentro y Perdón, ambas defensoras de los derechos humanos y de presos políticos, han documentado las torturas y terribles condiciones de salud de los detenidos por los funcionarios de la administración de Nicolás Maduro.