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Lo que fue una sugerencia insistente durante el año pasado, se convirtió en una orden a partir de la instalación del período legislativo 2023 de la Asamblea Nacional (AN) con mayoría del chavismo.

Su presidente, Jorge Rodríguez, anunció un plan de parlamentarismo de calle para obligar a los diputados a recorrer las comunidades de los estados donde los elegieron, para escuchar necesidades y hablar del alcance de las leyes sancionadas hasta la fecha.

El despliegue parlamentario, solicitado además por Miraflores se puso en marcha desde el 20 de enero con un acto del mismo Rodríguez en la parroquia El Valle de Caracas. Dicha estrategia, junto con el proceso de renovación de las estructuras del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), son consideradas por analistas políticos, vertientes importantes de la campaña electoral del chavismo para las presidenciales de 2024.

«El Gobierno y el partido como uno solo empiezan temprano y saben lo que tienen que hacer, aunque siempre están en campaña permanente, más ahora que se saben minoría, y no descuidan su base dura (de votos) que es donde saben que pueden apoyarse y descansar mientras la oposición siga dividida. No lo esconden, lo hacen abiertamente», señaló el politólogo, Daniel Santolo a Efecto Cocuyo.

Al inicio del despliegue en el que Rodríguez dijo que llegaban a escuchar la voz del pueblo para saber qué hacer desde la AN de 2020, se aseguró que actividades similares ocurrían de manera simultánea en al menos nueve estados. Al término de la sesión ordinaria de este 26 de enero en el Palacio Legislativo, Rodríguez recordó a los diputados que debían dedicarse al parlamentarismo de calle durante todo el fin de semana.

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Qué busca el parlamentarismo de calle

Para la investigadora social y analista político, Mirla Pérez, dentro del sistema de «dominación social» que practica el Ejecutivo a través del Sistema Patria (bonos) y el Psuv con sus estructuras de base (jefes de calle que manejan el Clap, por ejemplo), para «amarrar votos por dádivas» o beneficios, el parlamentarismo de calle es un complemento importante.

«La promoción de las leyes del Poder Popular vienen con ese parlamentarismo de calle para darle un piso jurídico a la consolidación del sistema comunal (comunas, consejos comunales, parlamento comunal) en el que ellos vienen avanzando y que redefinen la estructura territorial con espacios dominados por el chavismo», sostuvo.

Desde la AN de 2020, el diputado de la Alianza Democrática, Alfonso Campos también ha alertado que se busca generar un ambiente favorable a las elecciones presidenciales de 2024 al hacerle creer al pueblo que ejercerá el poder a través de dichas leyes y que con un estado comunal se van a resolver los problemas que aquejan a las comunidades, lo cual afirmó, «es falso».

Durante 2022, el Parlamento de 277 diputados aprobó en primera discusión las reformas de las leyes orgánicas de Comunas, Consejos Comunales, Poder Popular y Contraloría Social de un paquete de 14 instrumentos legales que aluden al estado comunal y que Maduro pidió sancionar lo antes posible.

¿Es efectiva la estrategia?

El director de la encuestadora Delphos, Félix Seijas, presentó un sondeo de opinión pública del mes de noviembre de 2022, según el cual, 28,7% de los encuestados se define a favor del chavismo y 32,9% a favor de la oposición. La opción ninguno, alcanzó 38,5%, lo cual evidencia según Seijas que es un mal momento para los adversarios del poder en Miraflores, «de vacío».

Santolo señaló que la base electoral dura del chavismo, tomando en cuenta las cuestionadas presidenciales de 2018, es de un aproximado de 4 millones de personas, por lo que Maduro, indicó, pondrá a disposición una vez más, toda la estructura del Estado para la campaña de las presidenciales, en aras de conservar ese piso y tratar de aumentarlo. Esto, mientras sigue apostando a la abstención en el seno del bando adversario o a la dispersión de votos por falta de unidad.

«El Psuv aceita su maquinaria electoral con capacidad de movilización que es lo que debería hacer la oposición para enfrentarlo porque hasta ahora el voto de ese lado es más espontáneo sin nadie que lo capitalice», acotó el también experto en sistemas electorales.

Pese a la organización partidista y el control social, Pérez subrayó que el chavismo «no está cómodo» por el descontento social producto de los bajos salarios, manifestado en las calles por los gremios educativos y de otros sectores de trabajadores de la administración pública. Pero coincide en que sin capitalización de ese malestar social por parte de la oposición es poco lo que se podrá hacer para aumentar el caudal de votos contra el chavismo.

«El diseño de la estructura del Psuv le permite llegar más allá del voto duro y eso lo vimos en las elecciones de las estructuras de base (jefes de calle, comunidad y Ubch) en las que los jefes de calle, Ubch y propulsores movieron para votar a la gente de la comunidad fueran chavistas o no», advirtió.

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Qué tanto adelantarán presidenciales

Con la próxima juramentación de los 24 equipos estadales, 335 municipales y 1.142 parroquiales, escogidos por la Dirección Nacional, el Psuv completará la renovación de sus estructuras, proceso que inició en agosto de 2022 con la escogencia por voto popular, de 261.538 equipos de calle, de 45.124 equipos de comunidad y 14.095 de Unidades de Batalla Bolívar Chávez (Ubch).

Ambos analistas descartan un escenario de adelanto de elecciones presidenciales para 2023, tal como se especulaba con insistencia los últimos meses del año pasado.

«El Gobierno necesita este año para oxigenarse, tratar de resolver en algo el tema económico para poder presentar algunos logros, porque hasta ahora no ha podido ni siquiera hablar de aumento de salarios», dijo Santolo.

La oposición por su parte necesita hacer primarias creíbles para escoger al candidato presidencial unitario.

Pérez da por sentado que los comicios ser harán antes de diciembre de 2024 e incluso estima que celebren en el primer trimestre para no dar demasiado tiempo a la oposición para organizarse y ponerse de acuerdo.