Ana Karolina Mendoza/ Foco informativo / Efecto Cocuyo

Maracaibo, Zulia. No se escuchó el Toque de Diana que, históricamente, se emitía desde el cuartel El Libertador cada domingo electoral. Pero, el “¡Gloria al bravo pueblo!” sí despertó a barrios, comunidades populares y urbanizaciones de Maracaibo. Todos listos, ¡a votar!

Las calles y aceras que circundan la Escuela Básica Nacional Maracaibo, ubicada en el sector Haticos por arriba, comenzaron a poblarse de electores desde las 3:00 de la mañana. En este centro se dispusieron cinco mesas para recibir a unos tres mil 300 electores. Los vecinos repartieron café y agua. Se abrazaban y se saludaban con alegría. Celebraban, con entusiasmo, la posibilidad de elegir, de ver y tener y mejor porvenir.

El mismo ánimo se sintió en el Liceo Doctor Jesús Enrique Lossada, el centro de votación más grande de la zona sur de Maracaibo, con mil electores distribuidos en cinco mesas. Abrió sus puertas alrededor de las 6.30 de la mañana. Aquí, no le permitieron entrar el equipo de Foco informativo para verificar la dinámica dentro de la institución: no hubo violencia, sólo la orden de un superior que obedeció un uniformado de verde.

Las máquinas

El primer reporte de máquinas averiadas se registró en el Colegio El Pilar, al norte. Los electores estaban molestos, pues, la mayoría estaba desde las 4.00 de la madrugada afuera de la institución. Mayré Barreto aseguró que ni el Plan República ni los funcionarios del Consejo Nacional Electoral (CNE) les daban respuesta a sus reclamos ni hora de iniciar el proceso de votación.  Ya eran las 8.00 de la mañana. Hora y media después, comenzaron a entrar por grupos: tercera edad, mujeres embarazadas.

La máquina de la mesa 5, en el colegio La Epifanía, dejó de funcionar a las 8.00 de la mañana y, a las 12.00 del mediodía, la reemplazaron. Entretanto, los votantes se apostaron afuera del aula, esperando que el CNE solucionara y ellos pudieran votar. También, para verificar que no hubiese fraude, como lo reclamó Ricardo Cuba, quien llegó, a las 4.00 de la mañana, al centro de votación. “Lo único que nos informaron es que debíamos de esperar que desde Caracas dieran la orden para sustituir la máquina”.

Hombres y mujeres de tercera edad, y algunos con discapacidades físicas aguantaron calor hasta que ingresaron, de tres en tres, al salón para poder votar.

Las cuatro mesas de votación del colegio Neptalí Rincón, parroquia Cacique Mara, estuvieron cerradas, por al menos dos horas. La razón: según funcionarios del CNE, estaban “recalentadas”. Cientos de electores permanecían apostados afuera del centro para ejercer su derecho: la mayoría eran personas de la tercera edad, jóvenes que votarían por primera vez y mujeres embarazadas.

Carlos Bermúdez, ciudadano de a pie, contó que uniformados del Plan República no permitieron el acceso de los electores desde las 11.00 de la mañana y que no daban respuesta de cuánto tiempo tardaría en reactivarse el proceso electoral. Carlos Bermúdez, elector, precisó que, a las 9.00 de la mañana, se averiaron dos máquinas y, a las 11.00, las otras dos. A las 2.00 de la tarde activaron dos máquinas y comenzaron a entrar los votantes en grupos pequeños.

Cierre eufórico

A las 6.25 de la tarde, cerraron las mesas ahí mismo, en el Neptalí Rincón. Simpatizantes de la Oposición bailaron tambores y ondearon banderas, y motorizados, eufóricos, hicieron un “show” acelerando y tocando cornetas. Ante la algarabía, una docena de uniformados de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), portando armas largas y escudos antimotín, también rondaron el centro de votación.

Cadena de oración en La Epifanía.

Cánticos y bailes afuera de la Unidad Educativa Fe y Alegría La Chinita, al oeste de Maracaibo: zona, históricamente, oficialista. En este centro se habilitaron 10 mesas para nueve mil 211 electores. Afuera, los veedores ciudadanos aseguraron el cierre de las mesas en centro con más electores de Maracaibo y el segundo en el estado Zulia.

En estos centros, no hubo la “Operación Remate” de la que tanto alardeó en procesos electorales anteriores el oficialismo. Tampoco se vieron los “puntos rojos”.

Los rojos hicieron silencio y los azules se restearon.

Contraste ante la expectativa

El comando de campana del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) estaba cerrado, con luces apagadas y rejas trancadas.

Mientras, Un Nuevo Tiempo estaba reunido en pleno en su sede. Con electores afuera.

Ya eran las 7.30 de la noche.

Todos con la expectativa.

La cadena nacional.

La baranda.

El resultado final que cada quien espera.

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