Ni la lluvia apagó el entusiasmo de los venezolanos por votar en las primarias en Bogotá

Un famoso chichero en Bogotá por sus picardías animaba a los cientos de venezolanos que hacían fila con un llamado de ¡Viva Venezuela! Y es que una montaña de emociones se apoderó de los alrededores Parqueadero Verde de Corferias, el centro de convenciones y exposiciones de Bogotá, estaba abarrotado de venezolanos que acudieron a votar las primarias que convocó la oposición para este domingo 22 de octubre.

Desde las 6:30 de la mañana la fila se extendía por los alrededores del lugar, donde vendedores de tequeños y golfeados armaban tertulias políticas y grababan videos para las redes sociales.

Después de entrar al lugar para sufragar en uno de los tres centros nucleados en el lugar: Bogotá Norte, Bogotá Centro y Bogotá Sur, el río de votantes era dirigido a unas carpas blancas donde verificaban en qué mesa, página y renglón del cuaderno electoral se encontraban.

Entraron en bicicletas, en sillas de ruedas, con bolsos de Rappi, con coches de bebés, con sus hijos, con banderas de Venezuela colgadas al cuello, con uniformes del Leones del Caracas, con el uniforme de la Vinotinto, elegantes e informales, tomándose selfies con la cédula de identidad, riéndose, bailando y hasta aullando de la emoción.

Votar en medio de una fiesta

Los agentes de la policía de Bogotá, los paramédicos de la Alcaldía y los empleados de Corferias, que apoyaron a la seguridad y logística del evento, se sorprendían con la alegría, con el entusiasmo con que se votaba. “Nosotros votamos pero no nos quedamos a hacer una fiesta”.

Y es que los votantes salían en escasos minutos del recinto electoral, donde 45 mesas de votación estaban dispuestas para recibir a 21.457 votantes, inscritos a través de la plataforma digital de la Comisión Nacional de Primarias, para quedarse en los alrededores.

Cornetazos de quienes fueron en carro, canciones emblemáticas de las marchas en Venezuela como Color Esperanza y Venezuela, en la voz de Luis Silva y el Gloria Al Bravo Pueblo asombraban a extraños y sacaban lágrimas a los propios. ¡Viva Venezuela, Vivaaaaaa! repetían miles que luego coreaban ¡Se ve, se siente, María, presidente!

En el centro de votación nucleado hubo gritos, algarabía y celebración

La primera votante fue la colombo-venezolana Miriam Dawson de Díaz, nacida en Barranquilla hace 88 años. Egresada como bacterióloga de la Universidad Nacional, se mudó a Venezuela en 1982, con 47 años.

“Viví primero en Maracaibo y luego en Caracas, donde me jubilé en el mismo lugar donde empecé a trabajar, la Policlínica Las Mercedes”. En el año 2000 regresó a Colombia, se mundó a Bogotá, donde vive toda su familia, pero cada año volvía a Venezuela, “hasta que Chávez me botó, porque yo en teoría soy pensionada, pero dejé de ir cuando ya eran solo unos pocos dólares”, contó. 

Los jóvenes también acudieron a votar. Carmen fue con su hermana que está de vacaciones en Bogotá para sufragar. “Fue muy rápido, lo vi todo muy bien organizado” dijo entusiasmada, mientras bebía una chicha en las afueras, riéndose de las ocurrencias del imitador de Charly Mata. “Yo voté por María Corina, es la que tiene… el guáramo para salir de esta pesadilla”.

“Fui a votar principalmente porque tengo fe, porque creo que aún podemos cambiar, a pesar de las muchas decepciones y fracasos. Siento que cada vez que nos convoques, esté acá o dónde sea, voy a ir a votar”.

La opción de María Corina 

Para Stephany y Karla, la primera de San Cristóbal y la segunda de Maracaibo, con 6 y 7 años en Colombia, Machado era no sólo la única posibilidad de su voto sino la única que reconocían entre los 10 candidatos salvo a Henrique Capriles. “Por ese no iba a votar” dijo Karla, quien vivió 4 años en Cartagena antes de mudarse a Bogotá. Ambas admitieron que les sonaba Delsa y Stephany, dijo que César Pérez Vivas, pero es porque ella es del Táchira.

Angel, por su parte, fue a votar por Andrés Caleca cuando lo sorprendió la lluvia. Por suerte, con un proceso tan rápido, puedo entrar y salir sin complicaciones.

“Considero que la participación en estos procesos cívicos es una responsabilidad individual y colectiva muy importante de todos los ciudadanos con la reconstrucción de la democracia. Es necesario recobrar la movilización pacífica y el compromiso con la posibilidad de un mejor futuro, indiferentemente de las posiciones o preferencias individuales. Felicito a los organizadores en Bogotá por una logística eficiente y un proceso impecable”.

La calle 25 y la carrera 34 estaban abarrotadas de venezolanos con banderas. Algunos desprevenidos preguntaban si podían votar con el Permiso de Protección Temporal, documento de regularización que otorga el Estado colombiano a los venezolanos y una señora formó un escándalo porque no la dejaron votar sin documentos, que había perdido en un robo. El evento, sin embargo, discurrió sin mayores obstáculos.

Lluvia también en la capital colombiana

Después del mediodía arreció una lluvia bogotana que arrinconó a los venezolanos a los locales de comida de los alrededores, mientras que la seguridad del Parqueadero Verde dejó que todos los votantes en cola entraran de inmediato a las carpas blancas, donde se verificaba a los votantes, sin mostrar cédula de identidad o pasaporte en la entrada.

A las 3:00 de la tarde el Comité Local afirmó que habían votado el 26% de los inscritos, 5.228 personas, pero una hora más tarde esto había subido a 12.600 votantes. Esta vez la declaración fue de Eduardo Battistini, ex encargado de negocios de la embajada de Juan Guaidó en Bogotá. 

Cierre de mesas y conteo

Con muy poquitos votantes entrando a partir de las 4 de la tarde y con una menor cantidad en las afueras gritando y bailando, que decían esperar por los resultados finales, se cerró el centro electoral a las 4:30 de la tarde, atendiendo a quienes ya estaban en las mesas.

El entusiasmo que había mermado un poco, pero que no impidió aplaudir cada vez que votaba una persona de la tercera edad o con movilidad reducida, se encendió cuando la exdiputada Gaby Arellano fue mesa por mesa con varios miembros del Comité Local a arengar, aplaudir y felicitar a los extenuados miembros de mesa.

Además de agradecerles por su trabajo, les decía que era la hora de la ciudadanía, de cuidar y contar muy bien los votos, de demostrar que el evento podía demostrar la valentía y trabajo coordinado de los voluntarios.

Ese ánimo volvió a recibir una inyección cuando se abrieron las cajas para contar los votos, una vez que se cumplió el protocolo de cierre de mesas, conteo de número de papeletas y votantes en los cuadernos de votación ante testigos de los candidatos y observadores. Tal cual el proceso se realiza en elecciones convocadas por el Consejo Nacional Electoral, pero esta vez de forma manual.

Todas las mesas pegaron una hoja de papel bond en la pared adyacente, escribieron los nombres de los candidatos y empezó el conteo. “María Corina”, “María Corina Machado”, “María Corina” era el nombre que más se repetía.

A las 5:30 pm, el conteo rondaba una aplastante mayoría de la candidata de Vente Venezuela, con apenas votos para otros candidatos.

Afuera casi no esperaba nadie, pero el escrutinio seguía, vigilado por las caras emocionadas de testigos, militantes del partido azul y periodistas. “María Corina Machado”, seguía sonando en casi todas las mesas.