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El duelo migratorio, la inflación, la pérdida de medios de vida y la inestabilidad política y social de Venezuela siguen impactando en la salud mental de la población. Aunque no hay cifras oficiales sobre salud mental y el número de suicidios en el país, psicólogos advierten un aumento en las solicitudes de atención, mientras cada vez más pacientes reportan haber pensado en el suicidio. 

En un foro organizado por el Observatorio Social Humanitario (OSH), el presidente del Instituto de Previsión Social del Psicólogo (Inprepsi), Aarón Espinoza, destacó que el empobrecimiento semanal al que están sujetos los venezolanos por la inflación genera situaciones de crisis, lo que en algunos casos se une a la tristeza por la separación del grupo familiar debido a la migración de alguno de sus miembros. 

De acuerdo con Espinoza, uno de los nuevos grupos de riesgo es el de los maestros y trabajadores jubilados, personas que han visto reducida su capacidad de tener medios de vida, lo que les hace pensar en la idea de no poder mantenerse, mientras que la migración de sus allegados genera la sensación de que en el país no hay futuro ni opciones. 

Víctor Méndez, presidente del Colegio de Psicólogos del estado Miranda, resaltó que no existe información ni estadísticas oficiales sobre la situación actual de los suicidios, ni acerca de los recursos psicológicos con los que cuenta el venezolano para enfrentar situaciones difíciles. En la práctica, las instituciones que brindan apoyo reportan un incremento en el número de consultas. 

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«Hay un aumento sostenido de solicitudes de terapia psicológica. Los servicios de psicología hospitalarios, como el del Hospital Vargas de Caracas, están copados. El servicio de la Federación de Psicólogos de Venezuela también», dijo Méndez al agregar que al conversar con los pacientes, muchos comentan que en algún momento han pensado en la idea del suicidio.

De acuerdo con Méndez, la capacidad de respuesta del venezolano ante la situación de crisis se ha visto mermada, realidad que ha generado que las personas no identifiquen los recursos con los que cuentan para afrontar eventos traumáticos. 

En la práctica, entre psicólogos comentan que hay una mayor incidencia de suicidios entre niños, niñas y adolescentes y entre adultos mayores debido a factores económicos, sociales, la pérdida de la calidad de vida, además de factores propios de cada persona, como la presencia de algún trastorno mental. 

Otro de los fenómenos que han notado en ascenso es el homicidio-suicidio. De acuerdo con Méndez, se está repitiendo con «mucha frecuencia» en el país. 

«El venezolano se encuentra inmerso en un contexto político económico complicado. Las opciones para dar respuesta a situaciones ansiosas o conflictivas se han restringido. Lo que más prevalece es lo impulsivo agresivo y cuando esto aparece, habrá víctimas de la violencia ejecutada por la otra persona. Al darse cuenta del hecho violento, lamentablemente la estadística nos dice que las víctimas usuales son personas del grupo familiar o muy cercano y el que comete el homicidio termina suicidándose», expresó el psicólogo forense. 

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Méndez llamó a realizar estudios estadísticos para conocer la incidencia de los factores que generan la propensión a la conducta suicida en Venezuela, con el fin de desarrollar políticas de prevención y abordaje del suicidio, las cuales, a su juicio, no deben implementarse de manera fraccionada. 

«Debemos estructurar una política unitaria, sostenida, bien organizada, para poder identificar los factores que afectan nuestra calidad de vida y cómo inciden en nuestra estructura mental, en nuestros recursos psicológicos, en qué situación se encuentran. Hacer un estudio que permita diseñar una política que se expanda a nivel nacional», indicó Méndez.