Una advocación mariana es una representación alusiva a la Virgen María como ofrenda de agradecimiento en sentido religioso. En el caso de Venezuela, hay devociones marianas que son veneradas en todo el territorio nacional.
En Solaz, te presentamos cuatro de las vírgenes con más devotos en el país.
Nuestra Señora de Coromoto es la patrona de Venezuela y, desde el 19 de noviembre de 2011, es la Patrona Principal de la Arquidiócesis de Caracas. El Santuario Nacional “Nuestra Señora de Coromoto” fue inaugurado el 10 de febrero de 1996 con una misa presidida por el papa Juan Pablo II, en Guanare, estado Portuguesa.
La tradición cuenta que la Virgen María apareció en la ciudad de Guanare hace 369 años y su imagen fue recibida por el cacique indígena llamado Coromoto, de la tribu de los Cospes.
Nuestra Señora del Valle es una advocación que tiene su origen en Nueva Esparta, pero también es patrona del oriente venezolano, de los pescadores y de la Armada venezolana.
Hay diferentes historias acerca de su llegada a tierras venezolanas y cómo comenzó su culto. Se dice que su imagen sobrevivió al huracán de 1541 en la Isla de Cubagua, y luego ser trasladada a Margarita donde la encomendaron a los indígenas güaiqueríes.
Desde entonces es su protectora y su celebración corresponde a cada 8 de septiembre con una procesión por todo el pueblo de El Valle del Espíritu Santo, en Nueva Esparta. También se venera en los estados Monagas, Sucre y Anzoátegui; es decir, en la región oriental venezolana.
Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá es la advocación mariana más importante del estado Zulia, donde cada mes de noviembre se celebra con música y oraciones.
Se dice que en 1749 una lavandera decidió agarrar una tabla de madera fina que encontró en el lago de Maracaibo mientras trabajaba. A la mañana siguiente, escuchó ruidos y al ver la tabla brillaba y tenía la imagen de la Chinita, como cariñosamente se conoce a esta devoción.
La mujer gritó: ¡Milagro! ¡Milagro! Luego, las autoridades decidieron hacer una procesión donde la Virgen era llevada en hombros por dos hombres hasta que se puso tan pesada que no pudieron avanzar más.
“Finalmente, después de mucho ruegos al cielo y súplicas a la Virgen, uno de los presentes exclamó: ‘Tal vez la Virgen no quiera ir a la Iglesia Matriz y prefiera la de San Juan de Dios’”, relata el portal web de Venezuela Tuya, sobre esta historia. Así pudieron avanzar hasta el templo de la basílica donde está hoy la la tablita.
Situada en el Santuario de Santa Rosa, en Barquisimeto, es venerada cada 14 de enero. Su procesión anual es la tercera peregrinación mariana más grande en el mundo; solo es superada por las de la Virgen de Guadalupe, en México, y la Virgen de Fátima, en Portugal.
La Virgen llegó al pueblo por error, pues debían recibir la de la Inmaculada Concepción. “De inmediato el párroco quiso devolverla, pero por mucho que lo intentaron no pudieron levantar el cajón donde habían colocado la imagen”, explica Venezuela Tuya.
Tras el terromoto de 1812 la imagen de la Divina Pastora quedó intacta, a diferencia del templo donde se encontraba, que quedó totalmente destruido. Ambos hechos fueron tomados como una señal divina y desde entonces ha sido la patrona del estado Lara.
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Nuestra Señora de Coromoto es la patrona de Venezuela y, desde el 19 de noviembre de 2011, es la Patrona Principal de la Arquidiócesis de Caracas. El Santuario Nacional “Nuestra Señora de Coromoto” fue inaugurado el 10 de febrero de 1996 con una misa presidida por el papa Juan Pablo II, en Guanare, estado Portuguesa.
La tradición cuenta que la Virgen María apareció en la ciudad de Guanare hace 369 años y su imagen fue recibida por el cacique indígena llamado Coromoto, de la tribu de los Cospes.
Nuestra Señora del Valle es una advocación que tiene su origen en Nueva Esparta, pero también es patrona del oriente venezolano, de los pescadores y de la Armada venezolana.
Hay diferentes historias acerca de su llegada a tierras venezolanas y cómo comenzó su culto. Se dice que su imagen sobrevivió al huracán de 1541 en la Isla de Cubagua, y luego ser trasladada a Margarita donde la encomendaron a los indígenas güaiqueríes.
Desde entonces es su protectora y su celebración corresponde a cada 8 de septiembre con una procesión por todo el pueblo de El Valle del Espíritu Santo, en Nueva Esparta. También se venera en los estados Monagas, Sucre y Anzoátegui; es decir, en la región oriental venezolana.
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Se dice que en 1749 una lavandera decidió agarrar una tabla de madera fina que encontró en el lago de Maracaibo mientras trabajaba. A la mañana siguiente, escuchó ruidos y al ver la tabla brillaba y tenía la imagen de la Chinita, como cariñosamente se conoce a esta devoción.
La mujer gritó: ¡Milagro! ¡Milagro! Luego, las autoridades decidieron hacer una procesión donde la Virgen era llevada en hombros por dos hombres hasta que se puso tan pesada que no pudieron avanzar más.
“Finalmente, después de mucho ruegos al cielo y súplicas a la Virgen, uno de los presentes exclamó: ‘Tal vez la Virgen no quiera ir a la Iglesia Matriz y prefiera la de San Juan de Dios’”, relata el portal web de Venezuela Tuya, sobre esta historia. Así pudieron avanzar hasta el templo de la basílica donde está hoy la la tablita.
Situada en el Santuario de Santa Rosa, en Barquisimeto, es venerada cada 14 de enero. Su procesión anual es la tercera peregrinación mariana más grande en el mundo; solo es superada por las de la Virgen de Guadalupe, en México, y la Virgen de Fátima, en Portugal.
La Virgen llegó al pueblo por error, pues debían recibir la de la Inmaculada Concepción. “De inmediato el párroco quiso devolverla, pero por mucho que lo intentaron no pudieron levantar el cajón donde habían colocado la imagen”, explica Venezuela Tuya.
Tras el terromoto de 1812 la imagen de la Divina Pastora quedó intacta, a diferencia del templo donde se encontraba, que quedó totalmente destruido. Ambos hechos fueron tomados como una señal divina y desde entonces ha sido la patrona del estado Lara.