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La historia de “La Chinita”, patrona de los zulianos

SOLAZ · 18 NOVIEMBRE, 2022 09:07

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Rosmina Suárez Piña | @sciencelover_rs

Foto por Carla Reina B. | @CarlisReina

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Cada noviembre, los zulianos conmemoran el milagro de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá (La chinita), ocurrido el 18 de noviembre de 1709 a través de un trozo de madera -más conocido como “tablita”- traído por las olas del Lago de Maracaibo y recogido por una lavandera que lo resguardó en su hogar.

Al son de gaitas, luces y desfiles, la Feria de “La Chinita”, como es llamada por cariño, es tan importante que incluso marca el inicio de la Navidad en la región zuliana, que ahora ostenta un Récord Guinness por albergar la banda folclórica -y gaitera- más grande del mundo.

“Una hermosa tablita”

Hay diversas versiones del milagro de la Virgen de Chiquinquirá -incluso el año de su aparición-, pero se mantiene en la historia que una mujer estaba lavando ropa en la orilla del Lago de Maracaibo y vio una singular tablita de madera que le pareció útil para tapar una tinaja de agua, por lo que la tomó y la llevó a su casa.

Poco después, en medio de su faena, la mujer escuchó unos golpes parecidos a los de una puerta. Cuando fue a ver qué sucedía, la lavandera quedó impresionada al ver que la tablita que había recogido brillaba y aparecía la imagen de la virgen.

“¡Milagro, milagro!”, gritó la mujer, a lo que muchas personas se acercaron a presenciar ese milagro y su casa se convirtió en el primer lugar de veneración.

Los relatos han quedado registrados en gaitas zulianas y se dice que, tras el suceso, la actual avenida El Milagro, junto al lago, recibe ese nombre por la aparición de la virgen, pues allí estaba ubicada la casa de la lavandera que encontró la tablita y la resguardó de la arena.

Para 1750, la autoridad eclesiástica de ese entonces decidieron trasladar la imagen a la iglesia parroquial.

  • “…iba, entre velas y rezos, entre flores y multitudes, en procesión, muy tieso el señor Gobernador de la Provincia, muy solemne la representación  del clero, muy severos los notables de Maracaibo. Doblan una de las esquinas cuando el cuadro, repentinamente, se tornó pesado como si se hubiese hecho de piedra, o más que eso, como si todo el peso de la tierra de pronto se erigiera como carga que ningún hombro ni mano humana aspirara levantar. Y dicen que ya tarde una voz enuncio que en ese hecho la virgen expresaba su voluntad de ser conducida a otro sitio, que bien podría ser la capilla de San Juan de Dios”
-Alfredo Armas Alfonso, La tierra de Venezuela y los cielos de sus santos. 1977

También se dice que un sacerdote que estaba en Maracaibo en ese momento reconoció la advocación igual a la de la Chiquinquirá en Colombia y de allí vino su nombre. Esa sería la razón por la que aparecen ambos países (Venezuela y Colombia) en las búsquedas por internet sobre la virgen.

¿Qué se aprecia en la tablita?

En la tablita se puede apreciar la imagen de la virgen María mirando hacia la izquierda, cubierta con un paño azul y flores doradas hasta las rodillas mientras sostiene -con el brazo izquierdo- al Niño Jesús, ambos con coronas. 

La virgen está envuelta en una aureola dorada, de pie sobre una luna del mismo color, como resume la Fundación Centro de Investigación y Estudios de la Venezolanidad (Ciev).

La reliquia tenía adherida algunas piezas de oro que fueron retiradas en 1994 para conservar la tablita, que, se cree, fue pintada a principios del siglo XVII.

De Virgen de Chiquinquirá pasó a ser cariñosamente llamada “Chinita” o “virgen morena”.

El templo

En principio, sería la capilla de San Juan de Dios, probablemente encargada por el gobernador de Maracaibo en 1712, Francisco de la Roche, para la virgen. 

Pero no fue hasta 1770 que se construye la primera torre y hasta 1835 que se comenzó a construir la basílica, cuya construcción culminó en 1858 bajo el nombre de Basílica de la Chiquinquirá y San Juan de Dios.

Muchos años después, para 1921, se ordena una reconstrucción del templo, que concluye en 1941; y en 1965 llegan los vitrales, las estatuas de mármol y la electricidad.

En 1942, específicamente el 18 de noviembre, la Chinita fue coronada como patrona del Zulia, en una misa encabezada por monseñor Marcos Sergio Godoy, con presencia del presidente venezolano Isaías Medina Angarita.

Y a partir de 1966, comienza a celebrarse la Feria de la Chinita, donde imperan las misas, serenatas y procesiones en honor a La Chinita, al mismo tiempo que la gaita se impone en todos los rincones.

Junto al tradicional “Encendido de las Luces”, la Feria de la Chinita y su milagro del 18 de noviembre marcan el inicio de la Navidad en el Zulia, una tradición de más de medio siglo que ni los apagones han podido detener; que inicia la última semana de octubre con la “Bajada de la Chinita” y que culmina con la llegada del año nuevo.

SOLAZ · 18 NOVIEMBRE, 2022

La historia de “La Chinita”, patrona de los zulianos

Texto por Rosmina Suárez Piña | @sciencelover_rs
Foto por Carla Reina B. | @CarlisReina

Cada noviembre, los zulianos conmemoran el milagro de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá (La chinita), ocurrido el 18 de noviembre de 1709 a través de un trozo de madera -más conocido como “tablita”- traído por las olas del Lago de Maracaibo y recogido por una lavandera que lo resguardó en su hogar.

Al son de gaitas, luces y desfiles, la Feria de “La Chinita”, como es llamada por cariño, es tan importante que incluso marca el inicio de la Navidad en la región zuliana, que ahora ostenta un Récord Guinness por albergar la banda folclórica -y gaitera- más grande del mundo.

“Una hermosa tablita”

Hay diversas versiones del milagro de la Virgen de Chiquinquirá -incluso el año de su aparición-, pero se mantiene en la historia que una mujer estaba lavando ropa en la orilla del Lago de Maracaibo y vio una singular tablita de madera que le pareció útil para tapar una tinaja de agua, por lo que la tomó y la llevó a su casa.

Poco después, en medio de su faena, la mujer escuchó unos golpes parecidos a los de una puerta. Cuando fue a ver qué sucedía, la lavandera quedó impresionada al ver que la tablita que había recogido brillaba y aparecía la imagen de la virgen.

“¡Milagro, milagro!”, gritó la mujer, a lo que muchas personas se acercaron a presenciar ese milagro y su casa se convirtió en el primer lugar de veneración.

Los relatos han quedado registrados en gaitas zulianas y se dice que, tras el suceso, la actual avenida El Milagro, junto al lago, recibe ese nombre por la aparición de la virgen, pues allí estaba ubicada la casa de la lavandera que encontró la tablita y la resguardó de la arena.

Para 1750, la autoridad eclesiástica de ese entonces decidieron trasladar la imagen a la iglesia parroquial.

  • “…iba, entre velas y rezos, entre flores y multitudes, en procesión, muy tieso el señor Gobernador de la Provincia, muy solemne la representación  del clero, muy severos los notables de Maracaibo. Doblan una de las esquinas cuando el cuadro, repentinamente, se tornó pesado como si se hubiese hecho de piedra, o más que eso, como si todo el peso de la tierra de pronto se erigiera como carga que ningún hombro ni mano humana aspirara levantar. Y dicen que ya tarde una voz enuncio que en ese hecho la virgen expresaba su voluntad de ser conducida a otro sitio, que bien podría ser la capilla de San Juan de Dios”
-Alfredo Armas Alfonso, La tierra de Venezuela y los cielos de sus santos. 1977

También se dice que un sacerdote que estaba en Maracaibo en ese momento reconoció la advocación igual a la de la Chiquinquirá en Colombia y de allí vino su nombre. Esa sería la razón por la que aparecen ambos países (Venezuela y Colombia) en las búsquedas por internet sobre la virgen.

¿Qué se aprecia en la tablita?

En la tablita se puede apreciar la imagen de la virgen María mirando hacia la izquierda, cubierta con un paño azul y flores doradas hasta las rodillas mientras sostiene -con el brazo izquierdo- al Niño Jesús, ambos con coronas. 

La virgen está envuelta en una aureola dorada, de pie sobre una luna del mismo color, como resume la Fundación Centro de Investigación y Estudios de la Venezolanidad (Ciev).

La reliquia tenía adherida algunas piezas de oro que fueron retiradas en 1994 para conservar la tablita, que, se cree, fue pintada a principios del siglo XVII.

De Virgen de Chiquinquirá pasó a ser cariñosamente llamada “Chinita” o “virgen morena”.

El templo

En principio, sería la capilla de San Juan de Dios, probablemente encargada por el gobernador de Maracaibo en 1712, Francisco de la Roche, para la virgen. 

Pero no fue hasta 1770 que se construye la primera torre y hasta 1835 que se comenzó a construir la basílica, cuya construcción culminó en 1858 bajo el nombre de Basílica de la Chiquinquirá y San Juan de Dios.

Muchos años después, para 1921, se ordena una reconstrucción del templo, que concluye en 1941; y en 1965 llegan los vitrales, las estatuas de mármol y la electricidad.

En 1942, específicamente el 18 de noviembre, la Chinita fue coronada como patrona del Zulia, en una misa encabezada por monseñor Marcos Sergio Godoy, con presencia del presidente venezolano Isaías Medina Angarita.

Y a partir de 1966, comienza a celebrarse la Feria de la Chinita, donde imperan las misas, serenatas y procesiones en honor a La Chinita, al mismo tiempo que la gaita se impone en todos los rincones.

Junto al tradicional “Encendido de las Luces”, la Feria de la Chinita y su milagro del 18 de noviembre marcan el inicio de la Navidad en el Zulia, una tradición de más de medio siglo que ni los apagones han podido detener; que inicia la última semana de octubre con la “Bajada de la Chinita” y que culmina con la llegada del año nuevo.

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