Estudiar en Trinidad y Tobago una dura tarea para niños y adolescentes venezolanos
La educación privada en la isla es un lujo que no todos pueden costear. Foto: Pixabay

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Migrar a Trinidad y Tobago, además de la barrera del idioma, es cuesta arriba para la población venezolana cuando desea que sus niños y adolescentes ingresen al sistema público de educación de su país.

En esa isla del mar Caribe, muy cercana al estado Delta Amacuro y de donde migra la mayoría de los venezolanos, no se permite que los niñas, niñas y adolescentes entren a la educación pública si sus padres no cuentan con un permiso de trabajo o de residencia.

Una persona que viajó a ese país con tres hijos en el año 2016 conversó con Efecto Cocuyo sobre las dificultades que representó para su familia que dos de ellos ingresaran a la escuela.

“Cuando llegué aquí solamente admitían niños en el sistema público en cualquiera de sus niveles de extranjeros con permisos de trabajo, sin ese permiso no te daban acceso a la educación, a pesar de que hay marcos legales internacionales que establecen la educación como un derecho humano”, dijo al tiempo que pidió resguardar su nombre por temor a represalias en la isla.

A su hija mayor la debió inscribir en el sistema privado, y para que aprendiera el inglés de ese país la retrasaron un lapso académico. Para quienes migran con necesidades económicas es difícil pagar la educación de sus hijos.

Educación privada costosa

Esta persona migrante venezolana contó que la formación privada tiene un costo de hasta 1.300 dólares estadounidenses por cada hijo, gastos que asumió al apenas llegar a la isla para que su hija accediera de inmediato a la formación.

Sin embargo, con el pequeño logró que lo admitieran al sistema público, pese a las limitaciones y restricciones que hay en ese país.

Además, en el año 2019 con el apoyo de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), junto con Living Water Community (LWC) y la ONG Venezuela Solidarity Network, se creó un programa llamado “Equal Place”, que permitía a niños de 5 a 17 años, acceder a una educación temporal, de forma virtual.

Sin embargo, en mayo de 2022 padres y madres venezolanas protestaron en redes sociales ante la suspensión del programa que afectaba a más de 1.500 niños de migrantes venezolanos que solicitaron refugio en ese país.

La persona migrante venezolana no está de acuerdo con este programa. Considera que aunque brinda una formación paralela a los niños, niñas y adolescentes venezolanos no es la mejor opción para integrarlos a la isla caribeña.

Sin acceso a la educación

Según las cifras de la Plataforma Interagencial para Refugiados y Migrantes Venezolanos de la ONU, conocida como R4V, en Trinidad y Tobago hay 35 mil personas migrantes venezolanas.

Esta plataforma destaca que la falta de acceso a la educación tiene varias aristas.

“Entre las razones por las que niños, niñas y adolescentes venezolanos no asisten a la escuela se encuentran los recursos financieros reducidos de los hogares de personas refugiadas y migrantes, la falta de acceso a dispositivos informáticos y de conectividad a Internet, la discriminación y la xenofobia, y la falta de documentación”, destacaron.

En Trinidad y Tobago será a partir de septiembre, con el inicio del nuevo escolar, que se permita a los migrantes sin estatus regular que sus hijos en la etapa de primaria puedan acceder a la educación pública, una decisión que es un paso para la inclusión de los niños y adolescentes en movilidad, pero que deja por fuera a los adolescentes.

El Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) destaca que la educación para niños y niñas de Venezuela es por lo general una necesidad secundaria cuando hay otras más apremiantes como la alimentación.

“Entre las razones por las que niños, niñas y adolescentes venezolanos no asisten a la escuela se encuentran los recursos financieros reducidos de los hogares de personas refugiadas y migrantes, la falta de acceso a dispositivos informáticos y de conectividad a Internet, la discriminación y la xenofobia, y la falta de documentación”, dijeron sobre el contexto en 2022 al citar a la R4V.

Los retos de estudiar en Trinidad y Tobago

En uno de sus informes, la Plataforma de la ONU habla de la brecha digital ante la imposibilidad de las familias venezolanas de acceder a equipos o dispositivos tecnológicos para formación como el Equal Place.

“La brecha digital también afectó gravemente al acceso de la niñez refugiada y migrante de Venezuela a la educación en Trinidad y Tobago”, explicaron.

La persona migrante que habló con Efecto Cocuyo destacó que  “para gente que viene de un país como Venezuela que viene escapando de diferentes necesidades, básicamente la gente viene por temas económicos, de la crisis que se desató en el país. Es muy difícil para los venezolanos”.

Periodista venezolano. Escribo sobre el país de hoy con la esperanza de mover conciencias que promuevan cambios. Activista social y defensor de derechos humanos.