El narcotráfico ha estado detrás de la violencia que ha escalado en Ecuador durante los últimos años. EPA

Una de las razones que motivó parte de la migración venezolana fue la inseguridad vivida en las calles del país durante muchos años.

Para algunos, los recuerdos de Caracas en los años 2000 eran plenamente felices, pero para otros tenían retazos de miedo, tristeza e incertidumbre debido a muertes violentas, secuestros y desconfianza para estar en las calles de la capital venezolana y de otras ciudades del país. 

Ahora, muchos de esos venezolanos que buscaron otros destinos lejos de la inseguridad y se establecieron en otro lugar como, por ejemplo, Ecuador, se han encontrado con una realidad similar.

Los venezolanos que viven en Ecuador han padecido el aumento de la inseguridad en ese país, que a principios de semanas vivió momentos de tensión y violencia en las calles de sus principales ciudades. 

Efecto Cocuyo logró hablar con venezolanos que viven en Ecuador y recabar sus testimonios sobre cómo perciben la inseguridad actual en el país meridional y qué acciones han pensado emprender en el futuro. 

Volver a empezar en otro lugar: la idea de los migrantes venezolanos en Ecuador

Víctor Almeida es un joven venezolano que llegó a Ecuador en febrero de 2017, poco antes del período de protestas más largo que ha tenido Venezuela en los últimos 20 años. Aunque Ecuador no fue su primera opción, fue el sitio donde logró establecerse.

“Migrar a un país es adaptarse a una nueva cultura, hay cosas que se hacen más llevaderas y otras no tanto. Considero que se me hace fácil adaptarme a cualquier sitio que llegue, ya que viví en Colombia antes de venir a Ecuador. También he visitado otros lugares, pero Ecuador es un poco difícil poder conectar con la gente”, comentó Almeida a Efecto Cocuyo.

En el caso de Víctor fue, justamente, la inseguridad el motivo principal para dejar su país y probar suerte en otras tierras. “No me sentía seguro en ninguna parte del país”, recordó. Actualmente vive en Quito, capital de la nación, pero anteriormente estuvo en un pequeño pueblo de la ciudad de Manabí.

“Trabajé en varias cosas para subsistir. Un día me reuní con un amigo de Venezuela que tenía años sin ver y vivía en Quito; me ofreció enseñarme a tatuar, y desde entonces me he dedicado a ese oficio, hace casi cinco años. Siempre me ha gustado mucho el arte, antes me dedicaba a la música”, recordó el ahora tatuador. 

Estando en Manabí, Víctor sintió la necesidad de vivir nuevamente en una ciudad grande. Entonces probó suerte en Guayaquil. Sin embargo, no le gustó. “Cuando fui tuve la misma sensación de inseguridad que en Caracas, a cualquier lugar que iba sentía que algún momento alguien me iba a robar”, comentó.

Luego terminó por decantarse por Quito, ciudad que sintió segura. “Me vine a vivir sin pensarlo dos veces”, relató Víctor con seguridad. 

Sin embargo, desde su llegada a Quito ha visto cómo la inseguridad ha aumentado considerablemente. “Aún no siento lo que sentía en Caracas, pero poco a poco esa sensación se va igualando, espero que no sea así”, contó el tatuador venezolano.

También dijo que, aunque no ha sido víctima de la inseguridad, sí conoce a mucha gente que ha padecido este problema de alguna manera. 

La posibilidad de irse de Ecuador es algo en lo que piensa constantemente. “Tengo una hija y todos los días pienso que necesita crecer tranquila y sin esa preocupación que le va a pasar algo. Por razones ajenas no nos hemos ido, pero por mí ya hace años me hubiese ido”, dijo a Efecto Cocuyo.

La inseguridad desplazó a Andrea de Guayaquil

Una situación similar ha vivido Andrea Gutiérrez, quien vivió durante varios años en Guayaquil hasta que decidió por mudarse a la capital del país. “Presioné bastante en el trabajo para que mandaran a una agencia de Quito, porque ya no me sentía segura viviendo en Guayaquil”, comentó la venezolana que trabaja como teleoperadora en el país meridional. 

“Había días en los que no sabías si tú o tus familiares serían los próximos en ser robados o heridos, era demasiada preocupación. Yo no emigré para esto”, sentenció la criolla. 

Un problema que puede extenderse por la región

Los hechos registrados en Ecuador han puesto en alerta a toda la región. Expertos consultados por Efecto Cocuyo aseguran que el conflicto armado en Ecuador ya es un problema regional.

Para la internacionalista venezolana Amara Lopes, la situación de Ecuador ya afecta a otros países, especialmente a aquellos que tienen contextos similares.

Lopez dijo en entrevista con Efecto Cocuyo que la situación en el país meriodional podría llevar a un aumento de la inseguridad en toda la región, generar un impacto negativo en la economía y la sociedad, debilitar las instituciones democráticas del país y llevar a un aumento de la inestibilidad política, en una zona que es clave para la región.

El internacionalista venezolano Iván Rojas Álvarez asegura que el problema de Ecuador también involucra a países como Colombia y México.

El internacionalista también habló sobre una posibilidad de imitación en otros países. “Puede ser que esto envalentone a grupos en otros países a actuar de forma más abierta. Lo sorprendente es la arremetida contra las instituciones del estado. Es algo que no hemos visto en mucho tiempo”, analizó Rojas Álvarez.

Los operativos realizados por las autoridades ecuatorianas han apaciguado la tensión entre el jueves y el sábado. Sin embargo, en el imaginario colectivo todavía están vivas las imágenes de terror del martes 9 y el miércoles 10 de enero y que le dieron la vuelta al mundo.

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