Caracas.- Desde que comenzó el período escolar 2019-2020, el gremio docente ha protestado en varias ciudades del país como, según sindicalistas, lo habían prometido a comienzo de mes ante la no respuesta del ministro Aristóbulo Istúriz. El primer día de clases se registraron manifestaciones en 16 estados, agresiones de los cuerpos de seguridad e intimidaciones de civiles armados afectos al chavismo.
Este martes 24 de septiembre, miembros de la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación de Venezuela (Fenatev), el Colegio de Licenciados nn Educación de Venezuela (Clev), la Organización del Sindicato Sitraenseñanza y el Colegio de Profesores de Venezuela se reunieron en la sede de la Federación Unitaria del Magiterio de Venezuela (Fetramagisterio) para debatir acerca de la ruta a seguir luego de una semana de acciones de calle, además de 32 convocatorias a reuniones canceladas por el ministro y 29 comunicado conciliatorios publicados entre septiembre de 2018 e igual mes de este año.
Los educadores coincidieron en que la mejor forma de hacer presión para lograr la destitución de Istúriz, la dolarización del salario, la reivindicación de la profesión y la reparación de los 27.000 planteles adscritos al ministerio es activar un paro nacional.
Robert Franco, docente, aseguró que el gobierno de Nicolás Maduro acabó con la educación venezolana, sobre todo, luego de la reconversión monetaria de agosto de 2018; de acuerdo con el gremio, la medida económica destruyó el contrato colectivo firmado antes de las elecciones presidenciales del año pasado que prometía ajustes salariales cada tres meses y homologación de honorarios según la experiencia laboral y el desempeño académico de cada educador.
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Un maestro de categoría seis, con estudios de postgrado y doctorado, devenga un ingreso mensual de 120.000 bolívares, lo que equivale a seis dólares a tasa oficial; el más bajo de Latinoamérica.
Brixeida Naranjo, jubilada, considera que el paro debe ser total y sin docentes en los colegios. “Yo no creo en paros técnicos, vamos a paro sin muchachos en los salones”, dijo. Sin embargo, Mariela Ponte, también jubilada, difiere y asegura que el paro debe ser protegiendo las instituciones: “Si abandonamos los planteles, los grupos armados del gobierno los tomarán. Debemos hacer guardias”. Además, insistió en que los líderes sindicales del gremio deben abandonar la mesa de negociación con el ministro.
Franco coincidió con Ponte y manifestó que, de activar un paro nacional, se mantendrán en protestas y asambleas permanentes. Instó a los dirigentes a pronunciarse y asumir una postura frente a la falta de respuesta de las autoridades gubernamentales.
Nelson González, presidente de Fetramagisterio, admitió que durante el período escolar pasado mantuvo una actitud pasiva y estuvo callado, pero aseveró que, de no reaccionar ahora, el sistema educativo venezolano colapsará.
“Este es un régimen que se enfrenta en la calle, no con comunicados, sino con los trabajadores en las calles y conjuntamente con los representantes”, dijo. Con un registro de 16.000 docentes destituidos por razones políticas, González exhortó a todos los sectores de la sociedad civil a unirse a los reclamos de los profesores.
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