Beatificación de José Gregorio Hernández une a los venezolanos

Caracas.- Luego de 70 años de haber introducido su causa en el Vaticano, los devotos de José Gregorio Hernández celebran que el médico está a dos pasos de ser elevado a beato de la Iglesia Católica. Una vez reconocido el milagro del venerable, concedió a la niña Yaxury Solórzano Ortega, se espera por la aprobación del Vaticano a través de la Congregación para la Causa de los Santos y la declaración oficial por el papa Francisco.

La noticia hizo despertar al pueblo de Venezuela con una esperanza entre los duros primeros días de 2020 para el país: la Comisión de Médicos de la Congregación para las Causas de los Santos, dicasterio romano, comprobó el milagro que se le atribuye a José Gregorio Hernández en su camino a la beatificación.

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No hay quien no se alegre de la noticia y cada quien tiene motivos distintos para celebrarlo. Pero la coincidencia entre muchos es que lograr la beatificación de José Gregorio Hernández será un motivo para unir a los venezolanos.

«La beatificación, además de darnos un apoyo para soportar la crisis que vivimos, sería un motivo para que se logre la unión de los venezolanos. Una unión que traiga frutos desde todo punto de vista porque es una noticia que el pueblo espera desde hace años y gracias a Dios ya la vamos a recibir», dijo José Roso, un hombre trajeado con chaqueta roja de un ministerio que oraba ante el monumento donde reposan los restos del venerable en la iglesia de la Señora de La Candelaria en Caracas.

El llanto de emoción y agradecimiento se dejó ver en el rostro de los fieles entre las grandes naves de la parroquia caraqueña en la que se honra la memoria de quien no solo tiene méritos divinos, sino que es considerado el pionero de la docencia científica y pedagógica en Venezuela.

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Desde que se conoció la noticia del reconocimiento del milagro, necesario para la beatificación, las puertas de la iglesia donde reposan los restos de José Gregorio Hernández permanecieron abiertas. Desde la parroquia informaron que este sábado 11 a las 10:00 am se realizará una misa para celebrar el hecho.

Quienes se pasean por la esquina de La Pastora donde fue arrollado José Gregorio Hernández, o la capilla en su honor en el Hospital Vargas también celebran el ascenso de la causa del laico. Carmen y Nancy Toledo toda su vida han transitado el sector donde pereció el doctor y aseguran que es una alegría para todos los pastoreños recibir la noticia de que finalmente el venezolano está más cerca de ser declara su santidad.

Favores que testifican sus devotos

Rosalba Andrade, entre lágrimas, recuerda que le debe al Dr. José Gregorio Hernández la vida de su hijo, quien recibió dos disparos en la puerta de su casa y estuvo al borde de la muerte hasta que su oración fue escuchada y su muchacho salió de terapia intensiva.

«Esta mañana cuando escuche eso de que estaba a punto de ser beato me dio una emoción muy grande… Soy devota de José Gregorio porque cuando le dieron dos tiros a mi hijo yo lo lleve al Hospital Vargas con la hemoglobina en dos y me dijeron que esperara lo peor y la pasaron a terapia… Cuando salí una enfermera me dijo que si creía en Dios y me pidió que le rogara a José Gregorio que tenía su capilla allí, pero yo le recé desde donde estaba y a la mañana siguiente lo sacaron en una camilla de allí… José Gregorio me lo había salvado», contó la señora.

Han pasado siete años desde este hecho extraordinario que Andrade atribuye al doctor José Gregorio, su fe y la de su hijo sano se mantiene inquebrantable y con ella van todas las semanas a la Iglesia de La Candelaria a prenderle una velita y agradecer sus favores.

Los devotos de José Gregorio Hernández tienen motivos para querer elevar a los altares al venerable. Eliza Ramos es una de esas que tiene en sus agradecimiento un favor del médico.

Cuenta que en el año 1991 estuvo al borde de la muerte cuando iba a dar a luz a su único hijo. Una preeclampsia obligó a su familia a decidir entre salvar la vida de ella o la del bebé y minutos antes de la intervención, Ramos tomó una estampita de José Gregorio y le encomendó su vida y la de su hijo que es ahora «un hombre de bien», como ella lo define.

«Él merece ser declarado santo y el tiempo de Dios es perfecto, pero tenía que hacerse hace mucho. Yo sé que eso está en puertas porque él es muy bueno y yo le debo tanto que lo que me queda de vida no me va a alcanzar para pagarle, ni a todos los venezolanos para agradecerle por ser nuestra luz», dijo Ramos.