Caracas.- Centenares de manifestantes simpatizantes de las milicias progubernamentales Multitud Popular, integradas principalmente por chiíes, irrumpieron este martes en la Embajada de Estados Unidos (EE.UU.) en Bagdad, tras los ataques estadounidenses del domingo por la noche contra posiciones de esa agrupación armada.
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Los manifestantes consiguieron penetrar en la sede diplomática y quemaron parte del muro que la rodea, así como algunas cabinas y torres de vigilancia, mientras que los guardias de seguridad de la legación están intentando dispersarlos con gases lacrimógenos, según constató un fotógrafo de EPA/EFE.
Según una fuente del Ministerio del Interior iraquí que pidió el anonimato, ni el embajador ni funcionarios estadounidenses se encuentran dentro del edificio.
La fuente aseguró a EFE que centenares de personas cruzaron el puente de Al Mualaq para llegar a la Zona Verde, donde se encuentran las sedes gubernamentales y diplomáticas, y en un primer momento algunos manifestantes intentaron escalar el muro de cemento que rodea la embajada estadounidense.
Añadió que los manifestantes se dirigieron hacia el edificio y organizaron una sentada después de participar en los funerales de las víctimas de los bombardeos estadounidenses contra posiciones de la milicia chií Kata’ib Hizbulá (KH), que opera bajo el paraguas de la Multitud Popular, que informó de que 25 de sus hombres fallecieron el domingo.
Tras llegar a la Zona Verde, los manifestantes corearon eslóganes antiamericanos y montaron tiendas de acampada frente a la Embajada estadounidense, donde también plantaron banderas iraquíes y de la Multitud Popular.
Entre los congregados alrededor de la sede diplomática se encuentran los principales líderes de la Multitud Popular somo su presidente, Faleh al Fayad, el vicepresidente, Abu Mahdi al Mohandes, y el líder de la organización chií Badr, Hadi al Ameri.
El asalto de este martes se produce después de los ataques del domingo, que a su vez responden al lanzamiento de cohetes y proyectiles contra bases militares e instalaciones con presencia estadounidense, que Washington atribuye a las milicias chiíes.
El pasado día 27, un contratista norteamiercano murió en uno de esos ataques contra la base militar K1 de Kirkuk (norte), siendo la primera víctima mortal en este tipo de incidentes en los pasados meses.
Las autoridades políticas y religiosas de Irak condenaron y rechazaron la respuesta de EE.UU. y el Gobierno calificó la acción como «una violación de la soberanía iraquí».
Por su parte, el prominente clérigo chií Muqtada al Sadr aseguró este lunes en un comunicado que está dispuesto a «expulsar» a EE.UU. de Irak «por medios políticos y legales» y, para ello, pidió colaboración entre las instituciones y partidos políticos.
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