China ha logrado detener los contagios locales, aunque siguen en aumento los casos reimportados de coronavirus, mientras Italia ha superado este 19 de marzo a ese país asiático que fue el foco de la epidemia en el número de fallecidos.
Las muertes en Italia por el COVID-19 ascendieron hoy a 3.405, 427 más que el miércoles, con lo que el país se convierte en el primero del mundo por número de víctimas mortales, por delante de China, donde se han producido 3.245 fallecimientos.
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El número de casos positivos es actualmente de 33.190 en Italia, mientras que ya han sido dadas de alta a 4.440 personas, según el último balance ofrecido en rueda de prensa por el jefe de la Protección Civil, Angelo Borrelli.
China recomienda aislamiento estricto
En Milán, la delegación de expertos chinos que ayuda a las autoridades italianas a controlar la expansión del coronavirus advirtió que el país debe imponer más medidas restrictivas para lograr que toda la gente se quede en sus casas y se frene la propagación. Este equipo de nueve investigadores y médicos ha combatido la propagación el coronavirus en la ciudad de Wuhan.
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El vicepresidente de la Cruz Roja de China y responsable de este equipo, Yang Huichuan, fue muy claro: «No estáis llevando a cabo políticas de cierre de las calles, porque el transporte público todavía funciona, la gente todavía circula y estáis haciendo cenas y fiestas en los hoteles y no estáis llevando máscara". Para acabar con los contagios hay que parar «toda actividad económica y cortar la movilidad de la gente», insistió.
Tasa de mortalidad en Wuhan fue menor que la temida
Otra noticia positiva referente a China es que la tasa de mortalidad del COVID-19 en Wuhan alcanzó el 1,4% hasta el pasado mes de febrero, una cifra sustancialmente más baja de lo estimado hasta ahora, según un artículo publicado hoy jueves en Nature Medicine.
El estudio, liderado por el investigador Joseph Wu de la Universidad de Hong Kong (China), indica, por otro lado, que las probabilidades de morir de COVID-19 era 5,1 veces mayor entre los mayores de 59 años y que el riesgo de infección aumentaba con la edad.
Sin vacuna antes de al menos un año
No obstante, la industria farmacéutica estima que una vacuna contra el coronavirus, en la que numerosas compañías están trabajando simultáneamente en distintas partes del mundo, no podrá ser desarrollada y comercializada antes de 12 o 18 meses.
En una conferencia de prensa a distancia organizada desde Ginebra por la Federación Internacional de Asociaciones y Productores Farmacéuticos (Ifpma, por sus siglas en inglés), su presidente, Thomas Cueni, aseguró que nunca antes se había visto un esfuerzo tan grande, pero recordó que se empieza de cero.
El vicepresidente ejecutivo de la farmacéutica Sanofi Pasteur, David Loew, explicó que hay una vacuna candidata en la fase uno del ensayo clínico y varias otras cerca de ese punto. «Podemos intentar ir muy rápido, trabajar con las autoridades reguladoras para reducir los plazos, pero no podemos sacrificar los requisitos de seguridad y eficacia porque las vacunas deben inyectarse a gente sana. Nuestra estimación es que tomará de 12 a 18 meses mínimo», concluyó.
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