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Según la información publicada por El País el domingo, 12 de abril, el incendio que desde hace días arrasa miles de hectáreas dentro de la zona de exclusión de la central nuclear de Chernóbil aún está descontrolado. Los fuegos, que se iniciaron la semana pasada, han quemado ya 3.000 hectáreas dentro del perímetro de la central que vivió en 1986 la peor catástrofe nuclear de la historia.
Ahora, los servicios de emergencia trabajan sin descanso para evitar que las llamas se acerquen a ese perímetro vallado. En la zona, de acceso muy controlado, aún se detectaban niveles de radiactividad altos, aunque menores que tras el accidente, debido al paso de los años. Ahora, esos niveles han experimentado un pico en ese área debido al humo, según las mediciones de las autoridades ucranias.
Además, debido al cambio de viento el riesgo de nuevos incendios forestales se ha incrementado y podría acercarse todavía más a la central, clausurada años atrás, y amenazar el perímetro de la zona de exclusión, avisan los servicios de emergencia. Los expertos han mostrado preocupación durante años sobre si el humo de los incendios —que no son poco habituales en esa zona— puede propagar las partículas radiactivas cuando la vegetación que ha absorbido esa radiación arde.
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Ahora, esa inquietud es más real. Aunque las autoridades aseguraron que el humo que llegará a la región de Kiev no tendrá niveles, en absoluto, inseguros de radiactividad, según las proyecciones del Centro Estatal Científico y Técnico para la Seguridad Nuclear y Radiológica.
Actualmente, en la zona trabajan unos 400 bomberos, 100 vehículos, varios helicópteros e hidroaviones, según el Servicio Estatal de Emergencias. Ahora, además de tratar de sofocar las llamas, buscan evitar con cortafuegos que el incendio se acerque aún más a la central, sellada en su totalidad otra vez en 2016 con un enorme caparazón de acero nuevo para evitar fugas de radiación durante el próximo siglo. Desde hace tiempo, la zona de exclusión en lugar de visitas turísticas, muy controladas. El año pasado, además, después del éxito de la serie Chernobyl, creada por Craig Mazin, parte de las dependencias de la central también comenzaron a recibir visitas controladas.
Las autoridades ucranias creen que un hombre quemando rastrojos sin ninguna precaución causó el enorme incendio, según ha informado el Ministerio del Interior en una nota difundida también en su página de Facebook. Ahora investigan a un joven de 27 años como sospechoso.
Con información de El País
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