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San Juan de los Morros. Teresa Yeguez ha dedicado 23 años a la docencia en el estado Guárico. En la actualidad es maestra del preescolar Los Llaneritos en San Juan de los Morros y cuenta con indignación y gratitud, al mismo tiempo, que es por la solidaridad de una colega la razón por la cual actualmente asiste a sus labores.
«Yo trabajo gracias a una compañera que me regaló un par de zapatos, se entero que no tenía y me ayudó . Pero me da tristeza porque nunca antes había pasado por algo así», lamenta Yeguez, quien se sumó este miércoles 23 de octubre a la representación de docentes que protestó frente a la Defensoría del Pueblo de la capital llanera, donde los dirigentes gremiales entregaron un documento para denunciar las precariedades del sector educativo.
Y es que para un maestro venezolano resulta inaccesible adquirir uniformidad y calzado, cuando un sueldo mínimo (Bs. 150.000) no les permite tan si quiera alimentarse bien. «Lo que yo gano me alcanza apenas para comprar un cartón de huevos y un paquete de harina. No me queda ni para pasaje», explicó Yeguez.
Hay maestras como Cristina Ramos, que aún con pantalón roto y zapatos remendados, sigue asistiendo a clases, pero no duda en señalar las necesidades que vive a diario junto a sus compañeras.
«Vivo en el sector Camoruquito y tengo que ingeniármelas para pagar pasaje o ver como llego a la escuela. Tengo compañeras que faltan a la institución porque no tienen para comer y para el trasporte», subrayó Ramos.
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Resaltó además que en ocasiones deben colaborar con algún artículo de enseñanza para la institución donde cumplen sus funciones: «Como docente no contamos con material de aula y los padres muchas veces no tienen para llevarlos. Estamos trabajando con las uñas», afirmó.
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Estómagos vacíos
Mileidy Ortega, maestra de un preescolar en San Juan de los Morros, consideró inaceptable que haya docentes y estudiantes compartiendo el proceso de enseñanza y aprendizaje, con los estamos vacíos.
«Hay niños que no llevan merienda y los padres no tienen ni para darles desayuno. En el comedor lo que hay es arroz y los representantes colaboran con aliños; puro arroz con aliño es la comida que les dan a los niños», detalló Ortega.
Añadió que además de ser educadores también son padres de familia y deben intentar solventar problemas de salud, alimentación y uniformidad de sus hijos, lo cual es complicado costear con «salarios de miseria».
De acuerdo con datos de Fetraenseñanza, el sector público atendió al llamado de protesta y al menos en un 90 por ciento se cumplió con el paro nacional de docentes en el estado Guárico.
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