Profesionales buscan alternativas económicas para sobrevivir en la Guajira

El sueldo que percibe un funcionario público lo obliga a guardar su título profesional para dedicarse al trabajo informal; muchos optan por vender hielo, víveres, café y comida rápida en la Guajira venezolana

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Carlos Fernández, maestro en la Guajira aseguró que su sueldo no alcanza. Foto: Eira González

Guajira.- El comercio es una alternativa para los funcionarios públicos, llámense maestros, enfermeros, administradores, médicos, contadores públicos, policías y secretarias que se han dedicado al trabajo informal para sobrevivir en el municipio Guajira del estado Zulia. Muchos montan mesas con víveres colombianos, otros venden café, hielo, agua y otros trabajan como mototaxistas.

Cumplir con la labor diaria se ha convertido en toda una odisea para los trabajadores públicos y privados. La gran mayoría hace el mayor esfuerzo para subsistir y otros abandonan sin explicación sus puestos de trabajo, debido a que el sueldo no les alcanza para nada. Esta situación ha agudizado más los servicios públicos en la región fronteriza.  

En el mercado de Los Filuos, en la parroquia Guajira, hay más de 100 docentes que se vieron en la obligación de engavetar sus títulos profesionales para vender víveres y así llevar el sustento a sus hogares. En los cascos poblados de la región se observa a funcionarios públicos que se dedican a la venta de comida rápida.

Yudelkis Álvarez, tiene 22 años en la docencia, pero ante la crisis económica que consume a diario al pueblo venezolano, se vio en la obligación de dejar su cargo de maestra para vender comida en una pequeña tienda que le permite subsistir. 

“Humildemente busqué una alternativa para subsistir, porque mi sueldo no sirve para nada. Desde hace cuatro años, con el dolor de  mi alma, dejé mi trabajo para atender mi tienda que ayuda para comprar el desayuno, el almuerzo y la cena para mis hijos”. 

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Por otro lado, se conoció la historia de Estefany Fernández, licenciada en administración de empresas, quien ejercía su profesión en una empresa privada en la ciudad de Maracaibo pero la crisis la obligó a renunciar. 

“Decidí montar mi propio negocio en mi casa, me la ingenié con lo poquito que me pagaron de liquidación y logré montar una pequeña mesa con víveres. Gracias a Dios me va muy bien, pero llevo un nudo en la garganta porque dejé lo que más amaba que es mi carrera”. 

En la subregión Guajira es alarmante ver la cantidad de profesionales que recurren al trabajo informal como una alternativa para subsistir. 

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