Zulia | Pacientes renales sufren por avería de ascensor en el HUM

Nueve pisos deben subir los pacientes que se atienden en la Unidad de Hemodiálisis del Hospital Universitario de Maracaibo. Los afectados denuncian que significa un riesgo para su salud y exigen la reparación del ascensor, el cual está averiado desde hace seis meses

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Pacientes renales exigen la reparación del ascensor del Hospital Universitario de Maracaibo | Foto: Archivo

Son nueve pisos, 18 tramos de escaleras los que deben subir y bajar los pacientes renales que son atendidos en la Unidad de Hemodiálisis del Hospital Universitario de Maracaibo (HUM), estado Zulia. Lo hacen desde hace seis meses cuando el único ascensor del centro de salud que estaba operativo se averió.

«Cuando uno llega a la diálisis uno va cargado de toxinas, muchos con el cuerpo hinchado por la acumulación de líquido; subir esos nueve pisos te ahoga, se te corta la respiración. Debes parar un rato y seguir», contó José Luis Tello, quien recibe tratamiento de diálisis desde hace 22 años.

El ascensor no funciona desde el 24 de octubre de 2019, cuando sufrió un desperfecto en el momento en que salía una paciente en una camilla y ésta quedó aprisionada entre el aparato y el techo de uno de los pisos, lo que le ocasionó la muerte. Mervin Urbina, director del HUM, informó entonces que el descontrol del elevador había sido producto de una fluctuación eléctrica.

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Tello, de 53 años, indicó en entrevista telefónica que estar sin el ascensor es un riesgo para los 61 pacientes que se atienden tres veces por semana en la Unidad de Hemodiálisis. «Al terminar las diálisis, los pacientes salimos débiles, descompensados, hipotensos, bajar las escaleras es un riesgo. Hay compañeros que se han desmayado, que terminan mareados».

La mayor complicación la tienen los pacientes que no pueden caminar y son trasladados en una silla de rueda, que son al menos el 50 por ciento de los que se atienden en el HUM, según estimó Tello. «Los familiares deben esperar en planta baja a alguien que les ayude a cargar la silla y subir los nueves pisos», apuntó.

Una de esos pacientes es Betty Molina, de 70 años. Desde hace un año esta en silla de rueda producto de una fractura en su fémur. Su hija, Helen Bucobo, la lleva a sus diálisis los lunes, miércoles y vienes. Llega al hospital una hora antes del turno para ubicar a dos personas que le puedan ayudar a cargar a su madre junto a su silla de rueda.

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«Es terrible. Hace mucha falta el ascensor. El director del hospital dice que están solucionando, pero no hay respuesta. Yo tengo que esperar la caridad de la gente que me quiera ayudar para subir a mi mamá; a veces tardamos hasta media hora en subirla porque uno se cansa», relató.

Al esfuerzo por subir y bajar las escaleras se le suma que los pacientes y sus familiares hacen largos recorridos a pie para llegar al centro de salud, debido a que en el estado Zulia no hay despacho de combustible para los vehículos particulares desde el 16 de marzo, cuando inició al cuarentena para prevenir el COVID-19.

Bucobo caminó con su mamá en silla de ruedas por una hora, desde su casa en el sector 18 de Octubre hasta el Hopital Universitario de Maracaibo. Tello hizo lo mismo la semana pasada cuando no había sido beneficiado con el combustible.

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