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Por Heysel Rodríguez
Al dinamismo noticioso de Venezuela, este 19 de mayo se sumó el cese de operaciones de DirecTV. A las 9:00 am Twitter explotaba con la mala nueva de que AT&T, la casa matriz de la cablera, anunciaba el cierre inmediato en el país.
El argumento ofrecido por la empresa norteamericana indicaba que las sanciones del gobierno de Estados Unidos en Venezuela prohibían la transmisión de los canales Globovisión y Pdvsa TV, y que estas señales son requeridas para ofrecer servicio de TV paga en el país, por lo que la imposibilidad de conciliar ambas posiciones forzaba a AT&T a cerrar operaciones en Venezuela, decisión que había sido tomada por el equipo de liderazgo en Estados Unidos, sin ninguna participación o conocimiento previo del equipo de DirecTV local.
Así pues, aunque los suscriptores habían recibido desde la oficina de DirecTV Venezuela un correo electrónico de acompañamiento y mantenimiento de las operaciones, la casa matriz dejaba muy claro el cierre del servicio, incluida la página web de su portal de autogestión.
Intento fallido
Aquella luna de miel de la “Pax Cadivica" estaba finalizando cuando DirecTV ganó parte del espectro 4G en el 2014, la volatilidad cambiaria y la tensión política pondría en pausa estos desarrollos y para 2017 la local estaba en búsqueda de asesoría para construir un canal con stakeholders que le permitieran avanzar en sus planes de ajustes tarifarios y otros proyectos.
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En aquel entonces se buscaba un acercamiento con la Vicepresidencia de la República, pero por los resultados de la medida tomada este martes, podemos presumir que los interlocutores no deben haber sido los más idóneos, pues durante este tiempo la actualización de tarifas y la consecución de sus proyectos en el país han sido incipiente.
Centavos de contrapeso
La persistencia de las operaciones en Venezuela de esta empresa, más que por los dividendos por recobro de servicios a usuarios directos, parecía ser transversal a la posibilidad de desarrollar proyección regional, lo cierto es que no dejaron de prestar el servicio y para 2019 el mismo ente rector, Conatel, asumía que DirecTV Venezuela tenía 1.9 millones de suscriptores, equivalente a 45% de la demanda.
Si bien los dividendos del mercado venezolano deben ser pocos para un gigante como AT&T, el rol de contrapeso en consumo de contenidos de entretenimiento e información era interesante.
La argumentación de que la única elección posible era “bajar la santamaría" de manera sorpresiva, no parece la más convincente en lo que a estrategia empresarial se refiere cuando tienes años lidiando con costos operativos baratos, mercado cautivo, activos y centro de operaciones regional. Incluso pensando en retorno de inversión, era seguramente más factible obtener la permisología de venta de know how y activos para compradores de la recién parida elite venezolana ávida de inversión llave en mano, que asumir una ida furtiva como la anunciada.
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Hay excusas
No deja de causar ruido la insistencia en posicionar que la decisión fue tomada por el liderazgo de la casa matriz, presumiblemente como relato para exculpar a los miembros de la junta directiva local, eximiéndolos de responsabilidad y de posibles acciones de represalia del Ejecutivo de Nicolás Maduro.
Sin embargo, aparte de traernos a la memoria el reciente episodio donde un consultor político asumía las culpas de la firma de un contrato estridente, liquidar una nómina de empleados y activar los respectivos trámites administrativos relacionados al cierre de operaciones, no es algo que se decida visceralmente en una noche y menos que desconozca el cuerpo firmante de ninguna empresa.
Más presión
Y es que en un contexto donde Estados Unidos se yergue como la cara visible de soporte a Juan Guaido, la escena de un país gravitando entre una oferta de recreación e información que está realmente mermada, unos servicios públicos deteriorados, una economía deprimida y una sociedad tensionada por la política y las medidas de confinamiento por la pandemia, nos lleva a decir que definitivamente el sentido de la ocasión en una actuación como la de AT&T genera suspicacia: oportunamente se suma una nueva variable que tributa a que estar en casa se haga insostenible. ¿Se estarán accionando los disparadores adecuados para empujar definitivamente una transición?
Colofón
Es evidente que hay un daño al consumidor, quien fue sorprendido en su confianza y en el quehacer diario, lo interesante es que en política, sin chapucerías, cualquier bando con una mirada 360 puede capitalizarlo.
Heysel Rodríguez es politóloga y consultora política | @BonaOpinio
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