A diez meses de la proclamación de Juan Guaidó como presidente interino, contrariamente a lo que se prometió, Nicolás Maduro y su cúpula parecen estar viviendo su mejor momento. Internamente las masivas protestas iniciales cesaron. La población se encuentra sumergida en una resignación abúlica, como si nada le importara y, como para romper el cerco internacional, Venezuela logra un escaño en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Pero como lo dijimos en artículo anterior, la luna de miel de Maduro es sólo una burbuja, se le avecina una tormenta interna, que es lo que más terror le causa al régimen. Desde el inicio del año escolar el gremio de los maestros le han plantado cara a Maduro. Se han atrevido a protestarle frente a la sede de la vicepresidencia a escasos metros de Miraflores.
El desafío de los maestros no ha cedido. Pese a los ataques de grupos armados afines al gobierno, se han mantenido en la calle, realizando paros escalonados de hasta 48 horas y ahora anuncian que van a una huelga indefinida en un claro desafío a Maduro.
A estas protestas de los educadores, el gremio más numeroso del país, se le han sumado el sindicato del Colegio de Enfermeros, quienes van más lejos y abiertamente proponen una huelga nacional de todos los sectores del país, iniciativa que cuenta con el apoyo de una parte de los trabajadores petroleros.
Esta lucha que se avecina y que surge de las necesidades de los trabajadores debe ser apoyada por los partidos políticos a través del Frente Amplio, sin que sea secuestrada por éstos, pero con la conciencia que al final es ésta la confrontación que pueda desencadenar en un movimiento social de masas que de por terminada la dictadura de Maduro.
El levantamiento popular con unos objetivos claros de lucha, que necesariamente no tienen que ser políticos, es la mecha que puede despertar a la ciudadanía, y que va elevar los costos políticos a la dictadura, que estoy seguro que las FANB no van acompañar.
Una cosa es ver unos personajes políticos pidiendo por las redes y medios de comunicación, desde la comodidad de su exilio una intervención militar o la aplicación de un bloqueo marítimo y comunicacional para Venezuela, y otra es una marea de ciudadanos luchando por su derecho a sobrevivir.
Llegó el momento que se entienda que Venezuela no puede dejar solos a los educadores en su desafío al gobierno de Maduro, que a cada propuesta de manifestación hay que acompañarlos. Que todos los esfuerzos deben estar centrados en que esa lucha sea de todos y abrir los espacios para que los trabajadores de la salud, petroleros, de la construcción, transportistas y empresarios puedan por fin concretar una huelga nacional sin retorno.
Contrariamente de lo que se cree, el gobierno de Maduro está fracturado por todos lados. Un presidente de una espuria Asamblea Constituyente, asume competencias del presidente de la República y va de visita oficial a países como China y Vietnam, sin mencionar Corea. Un Ministro de Defensa que le indica a Maduro que tiene que negociar. Un presidente desvinculado del principal partido de gobierno (PSUV).
Todo esto indica que la lucha debe plantearse internamente, con los trabajadores movilizados, con los dirigentes en franco apoyo, y olvidarse de que hay un gobierno paralelo. Hay que asumir la lucha desde las necesidades inmediatas de una población que están destruyendo. Vamos entonces a seguir el ejemplo que los maestros están dando.
DÉJANOS TU COMENTARIO