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sábado, 19 septiembre, 2020

Aura Sarmiento: «Los líderes de comunidades debemos hacer más que decir»

Por más de 25 años esta vecina de la comunidad Altos de Lídice de la parroquia La Pastora ha luchado por mejoras para sus vecinos. De 57 años de vida, tiene 56 viviendo en esta comunidad caraqueña

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Aura Sarmiento es una luchadora incansable, enérgica, preocupada por su comunidad, Altos de Lídice de la parroquia La Pastora. Se describe como una mujer de respuestas más que de promesas. Como líder social tiene más de 25 años recorriendo las calles de esta parroquia caraqueña buscando mejoras y beneficios para sus habitantes.

Cuenta Aura que organizaba junto a sus vecinos antes de la pandemia, jornadas médicas, de alimentación, cine en la calle, eventos deportivos en la cancha de la escuela León Trujillo, «actualmente por la pandemia la prioridad es la alimentación de las familias de pocos recursos, estamos entregando 100 platos de comida preparada a niños y abuelos en el comedor que funciona en mi casa«.

Gracias a la ONG Ciudadanía Sin Límites se ayuda semanalmente en este comedor a 77 niños y 23 personas de la tercera edad de Altos de Lídice y de sectores cercanos. Sarmiento recomienda a comunidades de pocos recursos buscar alianzas que los ayude a superar las carencias.

Aura Sarmiento es líder social en la comunidad  Altos de Lídice de la parroquia La Pastora, promueve jornadas médicas, de alimentación, realiza cine en la calle. | Foto: Griselda Acosta

Un ejemplo que ha dado frutos

Apartada un poco de la cocina, revisando la lista de los vecinos que faltan por recibir la comida, Aura comenta: «me siento orgullosa al ver que mis hijos colaboran con lo que hago, que sean sensibles frente a las necesidades de sus iguales, el ejemplo que le hemos dado mi esposo y yo ha dado frutos y me gusta que lo hacen porque quieren y no porque se lo impongamos«.

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En los sectores Casco 1 y 2, Mecedores, Lídice y Altos de Lídice es el área en donde se desenvuelve Aura desde hace más de 25 años, agregó que la parroquia La Pastora presenta actualmente muchas zonas con necesidades. 

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Esta trabajadora social está entendida que mantener y promover energías positivas, de solidaridad, en su comunidad le ha apalancado su labor, «la comunidad, los vecinos deben ser reconocidos, escuchados, motivados, esta actitud me ha ayudado a captar muchos colaboradores».

Altos de Lídice tiene una población aproximada de 3 mil habitantes que sobreviven a la escasez de transporte, a la escasa recolección de la basura. La poca agua por las tuberías es lo que más preocupa a los vecinos de esta comunidad caraqueña. Muchas zonas pueden tener más de 3 años sin recibir el líquido, como es el caso de la vecina Mariana Montilla.

En en el hogar de Aura Sarmiento funciona el comedor «Amor a Nuestro Futuro» auspiciado por la ONG Ciudadanía Sin  Límites, sus hijos y esposo colaboran con ella para poder entregarle 100 platos de comida a niños y abuelos. | Foto: Griselda Acosta

«Aurita nos ayuda y motiva»

«La pandemia pasó hace rato a ser el último problema que preocupa a los vecinos, aquí la falta de agua y el hambre de las familias desempleadas y de pocos recursos económicos es lo que más nos preocupa por lo que agradecemos el trabajo de Aura en el comedor», dijo orgullosa Mariana Montilla.

La organización, la disciplina, la previsión de una agenda para organizar actividades es vital para nuestra entrevistada, «siempre me organizó, me gusta llevar el orden, cuando hago una actividad le asignó a cada colaborador lo que le toca hacer».

Desde hace dos años el transporte público de Altos de Lídice dejó de subir debido al deterioro de las camionetas y lo costoso de su reparación. El servicio de recolección de basura no sube tampoco, por lo que le toca a los vecinos bajar los desperdicios al contenedor que está frente a la parada del metrobús.

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Aura con tenacidad explicó que es caraqueña al 100 por ciento, que está orgullosa de su parroquia y su gente, «nací en la principal maternidad de la capital, la Concepción Palacios, amo mi Ávila, a mi parroquia, que es una de las más antiguas. Tanto que cuando se formó el camino de los españoles entraban a Caracas por La Pastora. Aquí tenemos el Museo Arturo Michelena, el puente Carlos III, también bien antiguo.»

Aura confiesa que en su comunidad se han perdido muchas actividades no sólo por la llegada de la pandemia sino por el descuido y la falta de una política de Estado para los ciudadanos de escasos recursos en el país. Sabe que corresponde a sus habitantes organizarse también para asegurarle a sus niños y jóvenes un mejor ambiente, les toca buscar actividades deportivas y culturales.

«Sueño ver a mi gente emprendiendo proyectos que ayuden a todos en Altos de Lídice, ver más jóvenes en canchas deportivas, tocando instrumentos musicales, estudiantes de cine haciendo películas de la Caracas de ayer usando a nuestra parroquia de escenario, pero, sobre todo, espero que el trabajo que hemos realizado las personas desde nuestro puesto de líderes lo siga la generación de relevo», finalizó.

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