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Más de 2000 casas están afectadas por la falta de suministro de agua en los urbanismos El Valle, El Placer, El Amanecer etapa I, La Montañita, Villas del Valle, Villas Trabsider, Zanjón Colorado, El Tereque, La Mora y La Piedad Norte, todos ubicados en el municipio Palavecino del estado Lara.
“Tan solo en El Valle son 143 casas, donde en su mayoría viven adultos mayores y personas que están postradas en cama por diferentes enfermedades. Hoy cuando salí a la bodega escuché a varios vecinos decir que no tienen agua ni siquiera para bañarse, no podemos vivir así", denunció Belkis González a El Pitazo, este 14 de abril.
Lani Alastre, de 31 años, vive con su esposo, su hijo de 6 años y hermano Adrián, de 35 años, quien tiene parálisis cerebral y está en cama. “A mi hermano le tengo que hacer todo, bañarlo, cambiar sus pañales y mantenerlo muy aseado para evitar que le salgan escaras. Esto se hace muy difícil sin agua, hoy tenemos 14 días que no llega. Cuando viene solo es por horas y sin fuerza, no es suficiente para lavar, limpiar la casa, baños y recoger en los potes", explica Alastre.
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Zaira Rodríguez de Freitez, tiene 64 años, es una de las fundadoras de las Residencias El Valle. Cuenta que el agua, antes del apagón nacional de 2019, les llegaba de forma interdiaria. Con las fallas eléctricas comenzaron a tener agua una vez a la semana, ahora con suerte cada 15 días, porque han pasado más de un mes sin el servicio.
Denunciaron que la persona encargada de abrir la llave para que puedan tener agua en El Valle no lo hace con la frecuencia que debería, situación que han hecho saber a las autoridades de Hidrolara, quienes han ignorado la situación.
Moscas y basura
Los camiones cisternas no están trabajando por la escasez de gasolina, además, no todas las personas tienen tanques para poder almacenar el agua o el dinero para costearlos. “Mi tanque es aéreo, no hay una manguera que llegue arriba y por eso los cisternas no llenan mi tanque. Mi esposo tiene que traer botellones de agua todos los días del trabajo, así sobrevivimos a la sequía", cuenta Lani Alastre.
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A esto se le suma las fallas en el aseo urbano, servicio que tarda en pasar por los urbanismos entre un mes o más. “Hay demasiadas moscas, por la basura acumulada y además sin agua. Es una situación que nos preocupa, más ahora que estamos en plena pandemia del coronavirus", dijo Alastre.
Sin luz
Los vecinos han protagonizado protestas, han acudido a la sede de Hidrolara, se han reunido con sus directivos, pero hasta ahora no han tenido solución. Desde el apagón nacional del mes de marzo de 2019, las fallas con la distribución de agua se acentuaron y cada vez empeoran. “Aquí en Palavecino hay una competencia por cuál servicio es peor: agua, aseo urbano o luz. Todos llevan la batuta", dijeron los vecinos.
El agua por tubería solo les llega los miércoles, cada 15 días, pero sí ese día, a la hora que les toca la distribución no hay electricidad, los vecinos se quedan sin agua y deben esperar una o dos semanas más para recibir el servicio.
María Pirela, de 67 años, vive con su esposo que tiene 75. Ella padece lupus, diabetes y fibromialgia. Desde hace cuatro años no recibe el medicamento de alto costo para el lupus, que era entregado en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss). “Desde que no lo entregan en el Seguro no tomo el medicamento, es imposible, los fármacos que necesito cuestan entre 500 y 1500 dólares. He aprendido a vivir con los dolores", cuenta la señora Pirela.
A pesar de esos dolores, María Pirela debe cargar tobos y tratar de limpiar con la mayor rapidez su casa cuando llega el agua, una sequía que empezó antes de la cuarentena pero que se agrava en medio de la pandemia por el COVID-19.
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