Zulia | Vecinos de Colinas de la Revolución improvisan para sobrevivir

Entre las urbanizaciones La Coromoto y La 40, está el sector Colinas de la Revolución, ubicado en el municipio San Francisco, del estado Zulia y a cinco minutos de la sede de la Alcaldía, pero para las oficinas municipales y regionales, este sector no es prioridad.

Doscientas diez familias viven en casa pequeñas, en piezas de lata, en ranchos de madera. Tienen necesidades prioritarias como la alimentación, pero lo que más anhelan es poder contar con servicios públicos básicos.

Justo al entrar, por la calle 160, al lado de la Unidad Educativa Arquidiocesana Hermano Nectario María, un gran mural con un mensaje ambientalista da la bienvenida. Solo hay un poco de asfalto en la primera calle. Los otro cuatro caminos y las veredas son de arena y escombros.

Los vecinos contaron el pasado 5 de mayo, en una actividad de una ONG aliada de El Pitazo que Colinas de la Revolución se fundó hace nueve años, pero que están olvidados. La mayoría de la población son niños y aseguran que el principal problema que padecen es que no cuentan con una red eléctrica estable y segura.

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“Aquí tenemos luz porque entre todos fuimos comprando cables, lo pegamos en un punto de otra comunidad y pusimos tubos y palos que son como los postes. Sabemos que eso no es seguro y nos da muchísimo miedo porque con los vientos que están haciendo eso se puede caer. Necesitamos que nos pongan la luz legal", comenta Keli Chacín, habitante del sector.

Saben que esa improvisación solo es sinónimo de peligro por los niños. Los vecinos explican que hace dos años, dos habitantes sufrieron accidentes, en hechos distintos, mientras intentaban solucionar un problema en el tendido eléctrico improvisado. “Quedaron pegados y cayeron. Uno de ellos aún tiene dolores y molestias en la espalda", asegura Chacín.

No pueden hacer reclamos a la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), porque no forman parte del sistema, pese a que algunas viviendas tienen nomenclaturas y sus dueños títulos de propiedad.

Sin agua

En Colinas de la Revolución tampoco hay servicio formal de agua corriente por tubería. Igual que con la electricidad, los vecinos por autogestión compraron metros de mangueras y la conectaron a una tubería madre ubicada a 200 metros, para poder tener agua en sus viviendas.

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“Desde hace seis años comenzamos a comprarlas. Como tenemos pocos metros, el resto de las personas tienen que pedirles a sus vecinos que le regalen un poquito de agua. Llega una vez a la semana y dura dos o tres días. Cuando llueve el agua arrastra las mangueras hasta la cañada La Silva y los hombres tienen que meterse a buscarlas", señala Ilda Pérez.

Para cocinar recurren a bombonas de gas o a la leña, por los altos costos de los cilindros. “Tenemos muchos niños y no podemos estar cocinando así porque el humo los enferma", explica una vocera.

Tampoco cuentan con servicio de aseo urbano y se ven obligados a lanzar la basura a la cañada antes de que se acumule. Algunas familias solo comen una o dos veces al día y las bolsas de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), llegan solo dos o tres veces al año. “Comemos arepitas, arroz o granos. A veces toca el arrocito solo porque es lo que tenemos", dice una joven madre de tres niños.

Los habitantes del sector exigen a las autoridades que los ayuden a solucionar sus problemas, pero con urgencia el de la electricidad y el gas.

“Hemos buscado al gobernador (Omar Prieto), en las actividades que ha hecho en otros sectores y le entregamos documentos sobre el tema de la luz. Los recibieron y quedaron en venir, pero aún nada. También fuimos a la sede del Instituto Público Municipal de Gas de San Francisco, pero seguimos cocinando con leña porque no hay respuestas", manifestaron los vecinos a los miembros de la Asociación Civil Mediosur, organización aliada de El Pitazo, que colocó dos papelógrafos informativos sobre el coronavirus y entregó 236 arepas y 46 jabones.

Con información de Francisco Rincón