Caminar por Caracas no es una labor sencilla porque es una actividad que requiere atención para evitar caer en el sinfín de huecos o baches viales que se cuentan en calles y avenidas de la ciudad. En respuesta a esta problemática, algunas personas optaron por sellar con cartones, trozos de madera o alfombras estos espacios, pero, ¿es solución al problema?

“¡Cuidado con la alcantarilla!", gritan los comerciantes y vendedores caraqueños de la avenida Sur 13 de La Candelaria, en Caracas, cuando algún transeúnte se topa por sorpresa con las rejillas deterioradas de los sótanos eléctricos de las aceras. El aviso hace que muchos eviten pisar el orificio de 40 centímetros de ancho que está en el piso y los salve de una caída libre en un hueco de casi 3 metros, que puede ocasionarles desde una lesión, hasta una fractura.

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“Esas tablitas se las puso el señor (dueño) que estaba anteriormente aquí porque el hijo de una de sus trabajadoras casi se cae por allí", comenta la vendedora Denis Díaz, mientras observa el gran espacio vacío.

Asegura que esta alcantarilla está así desde hace 16 meses. “Es un peligro y si el señor Rodrigo no le hubiera puesto esas tablitas más de uno pudo haber caído", señala con preocupación Díaz.


Más de uno pudo haber caído

Denis Díaz, vendedora de La Candelaria

Esta situación se repite en la calle Real de Los Magallanes de Catia, al frente de la tienda Mango Bajito, que comercializa mercancía china a bajos precios. A esta alcantarilla, los perrocalenteros que trabajan en los alrededores decidieron colocarle un mueble y hasta un letrero amarillo en el que se lee: “¡Atención! Piso mojado". Esto ha impedido que los transeúntes tropiecen o se lesionen con el hueco.

Siempre se lastiman entre el muslo y la batata (pantorrilla)", cuentan los vendedores de comida. Los trabajarores informales explican que ese aviso de alerta amarillo y el mueble blanco tiene al menos seis meses que lo pusieron y los responsables no han reparado el espacio.

“Vienen niños caminando agarrados de la mano de la mamá y de repente se caen", relata el trabajador del puesto de comida rápida.

Para evitar esta situación, el dueño del carrito de perrocalientes se ofreció a soldar las piezas, pero algunos funcionarios le indicaron que eso era ilegal, comentaron los trabajadores.

“Hay sitios en Caracas que generan mucha basura y también el sistema de recolección de desechos sólidos a veces no funciona adecuadamente en ciertas zonas. Entonces, cuando llueve estos residuos son arrastrados y se van acumulando en estas estructuras, las tapan y vienen los colapsos", explica.

El ingeniero civil resaltó que el ente encargado de estos espacios son las alcaldías de cada ciudad. “Responsables de mantener aguas negras y drenajes. Sin embargo, las aguas negras hasta hace poco estaban en manos de Hidrocapital", señaló.

Todo este panorama hace que el caraqueño tenga que ser consciente de su entorno y atento a cada paso que da para evitar salir lastimado, advirtió la peluquera Ivanna Campos.


La falta de mantenimiento hace que muchas rejillas estén dañadas

Jesús Olivares, exvicepresidente de Distribución y Asuntos Regulatorios de la Electricidad de Caracas

La sentencia de Campos describe la situación: “Las calles caraqueñas no son para estar paseando porque en un descuido, en el mejor de los casos, puedes terminar con un pie doblado".

Los perrocalenteros señalan que funcionarios de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) y de la Alcaldía de Caracas recorren este sector, pero no toman acciones para resolver la situación.

Pero las fallas estructurales de estos espacios no solo afectan a estos sectores sino que también se repiten en las calles Argentina, segunda transversal de la Argentina, Colombia, Bolívar, Panamericana de Catia; en la avenida Universidad; en la calle Negrín de Sabana Grande; en la Avenida Francisco de Miranda a la altura de Los Cortijos, La California y Macaracuay, entre otras.

Las personas consultadas por El Pitazo aseguraron que las principales víctimas de las alcantarillas rotas o sin rejillas son los adultos mayores y niños, quienes caminan distraídos por las calles de los municipios que integran la ciudad capitalina.

La falta de mantenimiento es un riesgo

Jesús Olivares, exvicepresidente de Distribución y Asuntos Regulatorios de la Electricidad de Caracas, explica que la red de Caracas es un alto porcentaje subterránea, es decir, los equipos están bajo tierra y, por ello, es que en las aceras de la ciudad se encontran rejillas grandes y largas, donde están ubicados los sótanos de transformación o de interrupción.

Estas rejillas son para permitir la ventilación del sótano, porque los transformadores se calientan por su funcionamiento y las rejillas permiten que haya circulación de aire", señala al referirse al funcionamiento de estos espacios.

Para Olivares, estos sótanos no pueden estar dañados porque cualquier persona podría caer dentro de esos espacios eléctricos.


La alcaldía ha venido a arreglar la calle, pero dice que las alcantarillas no le pertenecen

Liliana DaFontes, comerciante de cigarrillos de la calle Argentina de Catia

“La falta de mantenimiento hace que muchas rejillas estén dañadas y, por otro lado, al estar llenas de basura, reducen la ventilación de los equipos, se calienten más de lo normal y puedan fallar o dañarse", expresa el trabajador eléctrico.

El exvicepresidente de Distribución y Asuntos Regulatorios asevera que en la antigua Electricidad de Caracas existían planes de mantenimiento y cuadrillas de estructuras, que eran las que se encargaban de este tipo de trabajos en los sótanos.

“Entraban, recogían la basura, construían y limpiaban las rejillas, y garantizaban que estuvieran en buen estado para evitar cualquier accidente", agrega el experto eléctrico.

Olivares recuerda que contaban con un programa normal de revisión de todos los sótanos de la red de distribución de Caracas. “Se hacía un recorrido bajo una programación y se tomaban los correctivos necesarios. Eso se garantizó hace más de 20 años, pero eso ya no se hace", lamenta.


Cuando llueve, los residuos son arrastrados y se van acumulando en estas estructuras, las tapan y vienen los colapsos

Manuel Gómez, ingeniero civil

Ante las fallas estructurales, la ciudadanía ha tomado algunas acciones para evitar que los transeúntes continúen lastimándose. Algunas de las soluciones locales es la colocación de rejillas parecidas o láminas de metal, pero que no corresponden totalmente al lugar, taparlas con cartón, madera o alfombras.

El exvicepresidente de Distribución y Asuntos Regulatorios advirtió que las rejillas tienen un diseño con cálculo del peso que deben soportar y una resistencia estimada.

Colocar tablas es extremadamente peligroso porque esos sótanos tienen una profundidad cercana a los tres metros y una caída puede ser grave", alertó Olivares.

Las fallas van más allá de sótanos de electricidad

Las fallas viales en la ciudad de Caracas no solo se ubican en estos espacios eléctricos sino también en los sistemas de drenaje, como en la calle Argentina, entre la segunda y tercera avenidas.

“He denunciado en Tiktok y por Instagram, pero ni me responden", dice la vendedora de cigarrillos Liliana DaFontes, mientras observa la alcantarilla llena de bolsas y vasos plásticos, trozos de cartón.

Según esta comerciante, la situación es preocupante para quienes hacen vida en el sector y, por ello, en ocasiones optan por reunir entre todos para pagarles a las personas de la calle para que destapen esos espacios.


Esos sótanos tienen una profundidad cercana a los tres metros y una caída puede ser grave

Jesús Olivares, exempleado de la Electricidad de Caracas

Los que arreglamos esto (alcantarillas) somos los de la comunidad porque los comercios no te dan ni medio", señala DaFontes. Aclara que cuando se refiere a la comunidad habla de los habitantes de esta calle y de los buhoneros que pasan su día en las aceras.

“La alcaldía ha venido a arreglar la calle, pero dice que las alcantarillas no le pertenecen", afirmó la comerciante.

DaFontes recuerda que su mamá va a cumplir 10 años de muerta y en todo ese tiempo no han realizado ningún trabajo en esa calle, pese a que se está hundiendo debido al paso constante de gandolas.

“Son los camiones que pasan por aquí y uno les pide colaboración a los (comerciantes) chinos, pero no la quieren dar porque, claro, ellos le pagan a la alcaldía y dicen que esta debería encargarse", añade con indignación la catiense.

“Allí hay un hueco y la gente lo tapó con un cartón. Además, esa rejilla no es de alcantarilla. Eso fue hecho por nosotros, pero ya no podemos seguir haciendo porque la gente no colabora", señala esta comerciante informal y habitante de esta zona de Catia.

El ingeniero civil Manuel Gómez indica que las rejillas o sumideros de reja, como se le conocen en Venezuela, suelen ser bastante robustas desde el punto de vista estructural, por lo que es difícil que fallen.


La comunidad es la que arregla esto (alcantarillas) porque los comercios no te dan ni medio

Liliana DaFontes, comerciante de cigarrillos en la calle Argentina de Catia

El problema viene cuando la construcción es deficiente, se omiten eventualmente detalles físicos en esa estructura o cuando hay una sobrecarga excesiva", añade el también especialista en el área hidráulica.

Gómez destaca que una rejilla bien construida, siguiendo los parámetros, puede durar 20 o 30 años mientras se realicen las revisiones periódicas pertinentes.

“Las revisiones periódicas vienen para el mantenimiento, la limpieza respectiva, algo que en época de lluvia debería ser una vez a la semana o cada 15 días, dependiendo del sitio donde esté ubicado", explica.

En la ciudad capitalina hace falta mucho mantenimiento porque estos sistemas y estructuras deben limpiarse periódicamente, recalca Gómez.

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