Para los docentes Merlis Andara, Mery Francia Zuniaga y Raúl Pérez, no hay nada que celebrar este 15 de enero, Día del Maestro. La paciencia y la resiliencia de estos hombres y mujeres aparece en cada expresión. Para seguir educando debieron a acudir a emprendimientos desde sus hogares, a las ventas, a dar clases particulares, entre otros servicios

Otra vez llegó el 15 de enero, Día del Maestro en el país; otro año sin nada que celebrar, aseguran los docentes caraqueños. Consideran que es tiempo de exigir respeto, de hacer valer sus derechos como ciudadanos venezolanos. Los segundos padres del estudiante no la están pasando bien, con unos sueldos míseros y reiterados casos de acoso laboral. Reinventarse para poder sostener a sus familias es la estrategia que han asumido miles en Venezuela, para no morir de hambre y seguir educando.

Hoy 15 de enero se cumplen también 89 años de la fundación de la Federación Venezolana de Maestros; sus directivos confiesan que los docentes que siguen educando son los que se sostienen por su vocación, por su ética, por su creatividad, por esa esa fuerza inexplicable que da la entereza moral.

El Pitazo celebra que existan todavía muchos venezolanos comprometidos con la educación. Hoy les presentamos tres testimonios de maestros que viven en comunidades populares de Caracas, que entienden y persisten en la idea de que el país se puede recuperar, reconstruir, pero con mucha educación de calidad:

«La crisis se enfrenta es educando»

Merlis Andara, docente de la Unidad Educativa Nacional Nueva Caracas, Catia

La Licenciada en Educación Merlis Andara Arias cuenta con 52 años de vida y más de 20 años como docente. Egresada de la Universidad Simón Rodríguez, cuenta también con una maestría. Actualmente se desenvuelve como maestra integral en la Unidad Educativa Nacional Nueva Caracas, ubicada en Catia. La educadora se confiesa enamorada de su profesión.

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«El sueldo de un docente es muy bajo; en la quincena gano Bs. 1.800.000, a pesar de ser docente del nivel 3. Ante la falta de dinero, opté por hacer comida para vender en mi casa; en diciembre vendí hallacas y bollitos navideños. Hago también tratamientos faciales, masajes reductores», destacó la educadora.

Recordó que ha sido señalada por directores y supervisores por alertar cuando ve situaciones irregulares en la institución en donde trabaja. «Los educadores necesitamos trabajar unidos a la hora de atender los problemas en nuestros colegios».

Reveló que existen muchos colegas que se encuentran en estado de indigencia, en pobreza, pero que no lo comentan por pena. «Hay casos de maestros solos en el país, sin familiares; otros se encuentran enfermos con este sueldo mísero; la verdad es que la impresión que tengo es que pareciera que los maestros somos invisibles para el Ministerio de Educación».

«Es vital formar ciudadanos con valores»

Raúl Pérez es docente especialista en niños con deficiencia en el aprendizaje. Actualmente da clases en la Unidad Educativa 12 de marzo de la parroquia Sucre. Es egresado del colegio universitario Profesor José Lorenzo Pérez Rodríguez. Cuenta con 45 años de vida, una hija y un camión de esperanzas puestas en su estudiantado.

«Me preocupo por transmitirles a mis muchachos valores; con estos van a ser seres humanos útiles y protegidos a la hora de pasar por momentos difíciles. Creo en el estudiantado venezolano; creo en mis alumnos. Cuando escucho muchas quejas de mis alumnos, familiares y amigos por la situación del país, les recuerdo que lo que padecemos no es eterno. Creo que los docentes somos claves en el cambio que el país necesita», reflexiona el educador.

La bicicleta, su modo de traslado preferido y más económico, se hizo toda una protagonista cuando decidió dedicarse a ofrecer el servicio de entrega, mensajería y encomiendas para la ciudad y zonas aledañas. Para contactar a sus clientes usa esta cuenta de instagram: @delivery_service_ccs. «Imposible pagar los gastos de mi hija con un sueldo mensual que no supera los Bs. 3.000.000,00. Crear este delivery me ha permitido obtener a la semana unos diez dólares, gracias a Dios que poco a poco llegan nuevos clientes».

«Si vuelvo a nacer, seré otra vez educadora»

Mary Francia Zuniaga, docente de la parroquia Caricuao

Mary Francia Zuniaga tiene 27 años como educadora de los 52 que tiene de vida. Egresada de la Universidad Central de Venezuela como Licenciada en Educación, habla de lo orgullosa que siempre se ha sentido de ser maestra. Recuerda que su primera experiencia como docente fue en la Unidad Educativa Distrital La Pedrera, ubicada en la carretera vieja de La Guaira, escuela que desapareció con la vaguada del estado Vargas en 1999″.

Zuniaga confiesa que a pesar de que es docente nivel 3, su sueldo no le alcanza para mucho: «Tengo tres hijas; solo queda conmigo una que tiene 20 años. Recuerdo que le consulté que me estaban ofreciendo unas amigas unas cosas para vender. Me sentía extraña; temía que unos de mis representantes me viera en esto. Luego mi hija me ayudó a decidirme cuando me dijo que en tiempo de crisis toca sobrevivir»

Para la maestra Zuniaga, el derecho al estudio debe estar acompañado con el respeto al derecho humano de todos los maestros del país. «Nunca he creído en los paros, pero tampoco creo en la discriminación y manipulación que por años nos ha querido imponer el Ministerio de Educación, diciendo que cercenamos la educación de los estudiantes cuando exigimos nuestras reivindicaciones laborales y beneficios».

La educación es para la docente Zuniaga la llave que abre un mundo de posibilidades al individuo. Denunció que actualmente fue silenciada, apartada en la Unidad Educativa Caricuao por exigir y alertar sobre posibles contagios para los docentes por la falta de medidas de bioseguridad, agua, herramientas de trabajo, etc.

«Por suerte, estoy dando clases particulares en mi hogar, y vendo productos alimenticios para distraerme de la situación que me han impuesto por expresarme. Creo que la falta de solidaridad de algunos maestros frente a la posición de los que exigimos es lo que está haciendo nuestra lucha eterna e improductiva», refirió.

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