Caracas.- El Hotel New Jersey, de la Candelaria, servía de centro de operaciones para la producción de contenidos pornográficos, según lo detalló el director del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), Douglas Rico, quien aseguró que en un cuarto de la pensión se grababan cintas que luego eran difundidas a través de páginas en internet, a cambio de dinero digital.
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Por el delito de explotación sexual, señalado en la Ley contra la delincuencia organizada, y el de exhibición de material pornográfico, estipulado en la Ley especial contra los delitos informáticos, fueron detenidos 14 ciudadanos el pasado 19 de septiembre.
Robert Alexander Monroy, Leonardo José Méndez, Juan Carlos Yocrel, Kerlis Gabriela Gutiérrez, Yuneska Jishenyerlin Valera, Nahomi Sinay Linares, Grecimar Carolina Aguiar, Sabineth del Carmen Torres, Joisset Chiquinquirá Pérez, Kaiberlin Joelnali Fonseca y otras cuatro adolescentes de 16 años, fueron aprehendidos por las autoridades por formar parte del grupo de una red que se se valía de la aplicación Tango para buscar a jóvenes que necesitaran dinero y aceptaran el exponer su cuerpo como una forma conseguirlo.
El comisario Rico indicó que luego que las damas, la mayoría menores de los 23 años, aceptaban el trabajo. Los jefes de la red les decían que enviaran videos a través de otras aplicaciones de mensajería, pues Tango tiene una configuración de seguridad que al identificar desnudos envía una alerta y suspende al usuario. Había paquetes para enviarlos por privado y también estaba la opción de ser expuestas en páginas de internet.
Funcionarios del Cicpc fueron informados de esta situación y el pasado jueves 19 de septiembre una comisión ingresó al Hotel Jersey y comprobó que de lunes a viernes este grupo de personas ocupaba una habitación, donde al momento del allanamiento se incautaron computadoras, ropa interior y objetos sexuales.
El contenido pornográfico era pagado por parte de sus consumidores en dinero digital, a través de una cuenta en Payoneer. Este dinero era cambiado a bolívares y transferido a una cuenta en el banco Banesco a nombre de Wuilfredo Morillo, quien al momento del procedimiento se dio a la fuga.
Morillo ha sido identificado por las autoridades como el principal cabecilla de la banda, pues se encargaba del dinero y pagaba a los trabajadores. A las jóvenes y adolescentes que protagonizaban los audiovisuales les cancelaba un 10% de la ganancia semanal; del resto del dinero se desconoce su distribución.
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