Foto Cortesía Sabonina

La escasez de artículos de aseo personal en 2014, cuando Venezuela experimentó uno de los picos más altos de crisis económica, llevó a Neyelí Núñez a reinventarse. La ingeniero industrial confiesa que la cosmética natural siempre llamó su atención, así que se puso manos a la obra.

Cubrir la necesidad personal del aseo dio pie a la creación de jabones. “Comencé a indagar hasta que hice mis propios jabones y los compartí con familiares y amigos. Al ver que a ellos les gustaron, lo vi como una idea de negocio”, comenta Núñez.

Este fue el primer paso en el mundo de la cosmética natural para Neyelí, pues luego de ir a bazares y eventos, y escuchar las necesidades de la gente, decidió estudiar hasta convertir su emprendimiento en una marca.

Conocer y conservar

Actualmente Sabonina tiene desde cremas y exfoliantes hasta tónicos y limpiadores. Pero llevar su conocimiento a las comunidades, según Neyelí, es su verdadero propósito.

Para ella es importante valorar lo que la naturaleza ofrece, ayudar a su conservación y empoderar a las mujeres a través de la creación de sus propios productos.

La ingeniero comenzó dictando talleres y llevando jornadas de aprendizaje a través de su iglesia a comunidades. Era “una manera de que otras personas puedan tener esto como negocio o aprender a hacerlo para su uso en casa. Generalmente son de muy bajos recursos y muchas veces no tienen un jabón para higienizarse. Esa es la inquietud y la necesidad de compartir esto”, explica.

El reciclaje en casa y la participación en jornadas de separación de residuos la llevó a unir esfuerzos con la Fundación El Zulia Recicla.

“Yo les pregunté si recibían aceite vegetal, me dijeron que no. Entonces les expliqué que teníamos que hacerlo porque en Zulia genera una gran cantidad de aceite debido al tipo de comida que consumimos y no hay una disposición adecuada para ese residuo que contamina el agua y el suelo, la opción es hacer velas y jabones”.

La fundación la invitó a las comunidades para enseñar a otros ciudadanos a hacer jabones y así comenzaron hace dos años y medio con conversatorios y talleres. Hasta hoy han llegado a más de 200 personas.

Jabón con aceite reciclado

Hacer jabones es un proceso que se basa en una fórmula sencilla, dice Neyelí. Lo primero es reciclar el aceite que se usó en casa sin importar qué se frio en él. Hay que tamizar (colarlo) para evitar que queden residuos de comida, agregarle soda cáustica y agua.

La idea es que la gente lo reutilice para convertirlo en jabón que no contamine el agua. Si tienes un aceite que ha estado sometido a temperaturas muy elevadas, pierde sus propiedades; dependiendo del aceite, tal vez no vayas a aprovechar sus propiedades terapéuticas, pero será un jabón que te va a limpiar adecuadamente y que vas a poder usar para tu cuerpo o la ropa”.

En las comunidades se da la explicación básica sin aroma, pero la gente siempre puede usar lo que tenga en casa y eso ha desatado una creatividad increíble, según comenta Núñez.

Jabón con aceite Reciclado en Zulia
Al menos 50 personas se beneficiaron de los talleres de reciclaje y producción de jabón artesanal en la comunidad wayuu El Hoyito | Foto cortesía El Zulia Recicla

“Tal vez no tengan para comprar una fragancia o aceite esencial, pero si tienen siembra de orégano o romero que son plantas muy aromáticas; entonces, en vez de echarle agua, se hace una infusión con esa planta y eso les va a ayudar al aroma. Siempre hay maneras económicas y creativas para mejorar el producto”.

Empoderamiento comunitario

Cada vez son más las mujeres que se unen a estas actividades dentro de las comunidades y fuera de ellas, para aprender. Sabonina y El Zulia Recicla trabajaron en la comunidad wayuu El Hoyito, al oeste de Maracaibo. Allí un grupo de mujeres aprendió a hacer jabones, pero además Neyelí sigue dictando talleres en su laboratorio y vía online.

Las mujeres que han aprendido en las comunidades han tenido un impulso para seguir adquiriendo conocimientos de cosmética natural y han comenzado a generar ingresos”

Grisel Mercadante, directora de la fundación El Zulia Recicla, destacó la importancia del desarrollo en diferentes niveles que generan cadenas de valor para posicionar el reciclaje y que la materia prima se revalorice.

“En el caso del aceite quemado se pueden generar estrategias para que no impacten en el ambiente. Si lo reconocemos como un material con valor económico y que puede potenciar los saberes de una comunidad, entonces fortalecemos a las comunidades y generamos cadenas de valor con economía, productividad y reciclaje”, explica Mercadante.

Dijo que en el caso de El Hoyito, este engranaje de Sabonina, El Zulia Recicla y la comunidad ha sido muy valioso. “Ellos tuvieron la oportunidad de identificar el valor y lo aprovechable que puede ser un residuo; más allá de la narrativa, del discurso, pudieron palpar lo importante que es este tipo de recurso”.

Neyelí insiste en que su éxito se basa en llevar un mensaje positivo a las mujeres.

“Hay que recordarles el valor que tienen. Tenemos muchos testimonios de mujeres que han recuperado su autoestima, que han salido de la depresión después de descubrir lo que pueden hacer, el valor de su interior y sus capacidades. La fortaleza que tienen para salir adelante, porque después de todo la belleza es una consecuencia de la salud”, dijo

Revalorizar para el futuro

¿Cuántas veces usted ha tirado por el desagüe del fregadero el aceite que ya usó? ¿Sabía que un litro de aceite vegetal usado puede contaminar aproximadamente 40.000 litros de agua?

Zuliana hace jabones artesanales
Neyelí recicla aceite e imparte estos conocimientos con las comunidades de bajos recursos | Foto cortesía Sabonina

En el caso del Zulia esta acción contribuye a la alta contaminación que ya tienen los afluentes del estado. Esto incluye el lago de Maracaibo, donde van a parar más de 60 % de los residuos que genera la población como plástico, vidrio, electrodomésticos, partes de vehículos y aceites de todo tipo.

Organizaciones ambientalistas del estado trabajan arduamente para frenar este tipo de actos que, muchas veces por desconocimiento, contribuyen a la muerte de la naturaleza.

Mercadante ha propuesto generar una red que permita la venta de este tipo de productos que se hagan en las comunidades.

“El reciclaje es oferta y demanda, entonces en la medida que se generen estrategias para revalorizar productos, habrá mayor reciclaje y reutilización”, finalizó Mercadante.

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