Como parte de las actividades que organizó el PCV para celebrar los 66 años del derrocamiento de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, militantes de esa organización repartieron folletos en la plaza Bolívar, contentivo de su posición sobre el particular.
En el escrito indicaban que el pueblo venezolano, y particularmente el carabobeño, ha demostrado a lo largo de su historia que tiene coraje, voluntad y determinación, a la hora de quitarse de encima a los gobiernos opresores, traidores, vende patria y corruptos que ha tenido el país a lo largo de siglo y medio de vida republicana.
Refieren que uno de ello fue el gobierno del general Marcos Pérez Jiménez, quien impuso por 10 años un régimen dictatorial, de terror, al servicio de los intereses económicos del gran capital nacional y transnacional gringo.
Administró grandes recursos económicos provenientes de los ingresos petroleros y mineros que le permitieron, no solo emprender faraónicas obras de infraestructura vial, social e industrial, sino también, bajo la sombra de esa inversión pública, enriquecerse él y su entono íntimo (militar y empresarial) a través de la corrupción.
Mientras tanto, paralelamente a ello, los niveles de pobreza del pueblo venezolano aumentaba cada día más en la medida en que la riqueza del país (petrolera y minera fundamentalmente), se distribuía desigualmente en favor de la burguesía y la élite gobernante: tocándole al pueblo las migajas.
Eso explica el éxodo del campo a la ciudad en busca de mejores condiciones de vida y los cinturones de miseria en los cerros de Caracas y demás capitales del país.
Para ocultar esa realidad y continuar usufructuando tal riqueza a su favor, era necesario e indispensable liquidar las libertades democráticas y demás derechos sociales recién conquistados durante los gobiernos de Medinas Angarita y Rómulo Gallegos.
Impuso un régimen de terror a través de una brutal y sistemática represión policial de la lucha social, sindical y política, y el confinamiento de sus líderes en campos de concentración como Guasina, en Delta Amacuro y la isla del Burro en Valencia.
Sostienen que innumerables dirigentes del PCV y de otros partidos (AD y URD), fueron víctimas de ese régimen de terror, al igual que muchos luchadores sindicales y sociales; lo que creó las condiciones subjetivas para unir a todas las fuerzas del pueblo en contra de la dictadura.
En función de esa táctica política (unidad en la acción), el XIII Pleno del Comité Central del PCV, realizado en 1957, acordó impulsar la más amplia unidad popular y democrática contra la dictadura, cuyo instrumento político de unidad fue la Junta Patriótica, integrada por los partidos PCV, URD, AD y URD.
Esta, en coordinación con sectores militares, académicos, religiosos y de la prensa descontentos, organizó el derrocamiento de la dictadura que aquel 23 de Enero de 1958 y se concretó con la huida del dictador Pérez Jiménez.
Con nota de prensa
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