En 1946 la recién creada División de Salud Mental del Ministerio de Sanidad aprobó el diseño de un nuevo hospital psiquiátrico. En 1947 comenzó su construcción en un terreno de 200 hectáreas pertenecientes a la Hacienda Bárbula. Eran 30 pabellones con capacidad para 1200 pacientes. El 9 de diciembre de 1951 se inaugura una primera etapa con 15 pabellones para  400 camas, vivienda para el Director, residencia para médicos y enfermeras, iglesia, teatro, comedor, campos deportivos, y terrenos para la actividad agropecuaria.

Todavía existía la idea de aislamiento de los enfermos de la población sana, pero no las reclusiones en celdas. El psiquiátrico, alejado de Valencia favorecía la socialización entre los internos y la libre circulación en ambientes abiertos y por espaciosas avenidas con muchos árboles.

Hacia 1878 Arturo Michelena mediante dibujos de  Trinidad, Ño Manuel, la loca de los Lugo y Carlos Muñoz documenta la existencia de locos populares de Valencia por encargo de Melchor Monteverde quien los usa como grabados en cajetillas de cigarros.

Pero Valencia tiene una larga galería de locos memorables. En la década del cincuenta del siglo pasado se recuerda a varios. Uno de ellos, Lázaro, recorría las calles diciendo: “Esta casa es mía”, “Este negocio es mío”. El loco Casimiro quien amenazaba con un garrote mientras los muchachos le gritaban: “Casimiro que te agarra el toro, Casimiro que te coge el tiro”.También estaba una mujer delgada y alta que llamaban el Anima sola que acostumbraba meterse en las casas y pedirle a los dueños que se fueran. Había uno, de buena familia, que caminaba entre Tinaquillo y Valencia, donde descansaba en la Plaza Candelaria.

Andrés Díaz, dueño de Fotoestudio Tahon en el pasaje Tarbes de la Plaza Bolívar se dedicó a fotografiar a sus locos, de los que se hacía amigo. Entre ellos, el General Sanabria y Chichí la burra, un fanático del Magallanes.

En Guacara hubo también sus locos como Santiago, la Chochera que cantaba y exigía que la aplaudieran o Clávale la vista a quien le pagaban para que mirara fijamente a alguien. En el Puerto en el movimiento cooperativo se recuerda al Pichón.

Dentro de Bárbula el paciente más famoso fue Sony León quien en 1952 obtuvo el campeonato nacional del peso pluma y en 1959 le ganó por decisión al norteamericano WilliePep, excampeón mundial del peso pluma. En los años sesenta llegó del Pedagógico al Liceo Sanabria un profesor de matemática, José Díaz, que enfermó y fue internado en Bárbula desde donde se trasladaba a los cafetines de la UC y en algunas ocasiones se metía a dar clase a los estudiantes de Ingeniería.

Rafailito, estuvo de asistente de Alcides Hurtado en las guerrillas de Falcón donde había nacido. Decía que vivir en el Psiquiátrico era lo mejor que le había ocurrido: allí no lo buscaba la policía, tenía comida, techo y podía salir todo el día a la Facultad de Economía donde en su Centro de Estudiantes se cambiaba de ropa para pasar como estudiante.

Un pilar de la psiquiatría en Carabobo fue el Dr. José Solanes, graduado en la Universidad de Barcelona, discípulo de Emilio Mira y López, militante troskista, médico del Ejercito Republicano que se exilia en Francia después del triunfo de Franco. En el Hospital Psiquiátrico de Rodez trata como paciente y establece una clara amistad con el poeta  Antoine Artaud, una de las figuras del Surrealismo. En 1949 viene a Venezuela como psiquiatra en Anare. Tres años después se residencia en Valencia como Director de la Colonia psiquiátrica de Bárbula y  desde allí y la cátedra de Psiquiatría de la Universidad de Carabobo, cumplió una avanzada labor de siembra de espíritus y formación profesional. Fue Presidente de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría entre 1975 y 1976.

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