La campaña en Estados Unidos pasó de ser previsible a convertirse, en pocas semanas, en una de las más dinámicas e inciertas de la historia.
Tras la decisión del presidente Joe Biden, de 81 años, de retirarse de la pelea por la reelección, después del cuestionado desempeño en el primer debate contra Donald Trump de finales de junio, el Partido Demócrata ve con optimismo la candidatura de Kamala Harris a la presidencia de EE.UU.
El promedio de las encuestas nacionales de FiveThirtyEight, uno de los principales sitios de análisis de sondeos, ubica a la vicepresidenta Harris como favorita con un 46,1% frente a su rival republicano, el expresidente Donald Trump, con un 43,4%.
Estos números llenan de entusiasmo al equipo de Harris, sobre todo si se tiene en cuenta que Biden, antes de retirarse de la contienda el pasado 21 de julio, tenía a su partido 3,2 puntos por debajo de los republicanos, según el mismo promedio de encuestas.
«El despliegue de la campaña demócrata ha atraído una atención continua, una cobertura positiva en los medios y, hasta ahora, ha superado momentos potencialmente divisivos con gran efecto», le dice a BBC Mundo Julian Zelizer, profesor de la Universidad de Princeton.
La vicepresidenta de Estados Unidos se ubica primera en las encuestas en Wisconsin, Pensillvania y Michigan, tres de los seis battleground states -o estados disputados- que serán clave en las elecciones del 5 de noviembre, según sondeos del domingo de The New York Times y Siena College.
De todos modos, a pesar de notar un «entusiasmo sin precedentes», en el interior de la campaña son cautelosos.
Tienen presente que la elección se define por un pequeño número de votos en unos pocos estados. No se olvidan que la ventaja de Harris es apenas superior al margen favorable que tenía Hillary Clinton en los comicios de 2016 en los que finalmente se impuso Trump.
Además, Harris carga con ciertos puntos débiles de la actual gestión del gobierno demócrata, como son la inflación, los problemas migratorios o la guerra en Ucrania, aunque en este sentido, la posición de Biden como candidato era más vulnerable.
Harris alcanzó a recaudar en solo dos semanas US$310 millones para su campaña, el doble de lo donado a Trump en ese período, según difundió el equipo demócrata.
En un escenario tan dinámico, la situación favorable para los demócratas tal vez no sea más que un momento.
Pero no cabe duda de que Harris logró en solo tres semanas un objetivo que muchos creían improbable: darle la vuelta a las encuestas en favor de los demócratas.
Estos son algunos de los elementos que explican esta hazaña.
1. Harris como estímulo
Hace solo cinco años, Harris era una senadora por California que aspiraba a la candidatura demócrata para las presidenciales de noviembre de 2020.
Llevaba consigo además un largo recorrido en la justicia como fiscal general de California, uno de los cargos jurídicos más importantes en el estado con más habitantes de EE.UU.
Aunque sus aspiraciones presidenciales no avanzaron en 2020, la decisión de Biden de incorporarla a su fórmula presidencial como candidata a la vicepresidencia puso las miradas y la atención sobre ella.
Nacida en Oakland, California, de madre india y padre jamaicano, se involucró en la cultura negra de la mano de su madre.
La diversidad de sus raíces, el rol de las mujeres en su vida, el hecho de no haber sido madre biológica y su recorrido académico la ubican como una candidata de «múltiples identidades».
«Kamala representa la coalición en pleno de los distintos sectores que integran nuestro partido y nuestro país», le dice a BBC Mundo María Carolina Casado, directora de medios hispanos de la campaña demócrata.
Capaz de desenvolverse también con soltura en las comunidades blancas, Harris puede representar una diversidad de votantes aún mayor que Joe Biden, un valor que se destaca dentro de las filas demócratas y que generó una extraña reacción del expresidente Trump.
«¿Es india o es negra? Respeto ambas opciones, pero ella obviamente no, porque fue india de principio a fin, hasta que dio un giro y se volvió negra», dijo el candidato republicano sobre su rival durante un evento en la Asociación Nacional de Periodistas Negros que se reunió en Chicago.
Además, Harris, a poco de cumplir 60 años, es dos décadas menor que Biden y 18 años más joven que Trump, con lo que ha conseguido desbaratar la estrategia republicana que consistía en criticar la avanzada edad del actual mandatario.
«Harris neutralizó el mayor problema en contra de la candidatura demócrata y volvió la cuestión de la edad en contra de Trump«, le dice a BBC Mundo Zelizer.
Para el analista, Harris ha logrado no solo desprenderse del pesado debate sobre la edad que nublaba el resto de la discusión, sino que ha conseguido que el tema de los años se vuelva contra el propio expresidente.
2. La elección de Tim Walz
Para el profesor de la Universidad de Princeton, la elección del gobernador de Minnesota, Tim Walz, para integrar la fórmula demócrata robustece la candidatura de Harris y apunta a enviar un «mensaje de estabilidad».
«Walz tiene popularidad entre los votantes de la clase trabajadora rural en zonas como el Medio Oeste, tiene también experiencia legislativa por su paso por la Cámara de Representantes y su conexión con el Capitolio», dice Zelizer.
Walz -un antiguo profesor de secundaria, entrenador de fútbol americano y veterano de la Guardia Nacional- se convirtió en «actor confiable» para el votante blanco del Medio Oeste que no quiere votar por Trump y de gran parte del país que respalda las causas progresistas como la educación pública.
«Harris, al elegir a Walz, ayudó a la campaña. Él es un gran comunicador y balancea bien la fórmula en términos de geografía electoral y de raza», le dice a BBC Mundo Thomas Kennedy, exmiembro del Comité Nacional Demócrata, que ha sido crítico con Biden y a quien la llegada de Harris lo vuelve a acercar a la propuesta electoral del partido.
El hecho de que Walz represente los intereses de Estados Unidos rural y que haya logrado ganar las elecciones a gobernador en un estado con tradición republicana como Minnesota hace del candidato un «buen complemento» para Harris, según el equipo de campaña demócrata.
Del otro lado, la elección del senador por Ohio JD Vance como candidato a vicepresidente de Trump parece haberle traído más problemas que soluciones a la campaña republicana.
El político y escritor, autor del bestseller Hillbilly Elegy, ha generado controversias por sus declaraciones sobre las mujeres que no tienen hijos y sus cambios de opinión sobre Trump, a quien en el pasado llegó a comparar con Hitler.
El promedio de encuestas de FiveThirtyEight sobre la imagen de JD Vance lo ubica en un porcentaje negativo.
3. La cercanía con los votantes
En los manuales de campañas electorales, la cercanía es un valor.
«La personalidad de Harris, su frescura, su cercanía con la gente y su carácter espontáneo han marcado el tono de esta nueva etapa de la campaña», dice Casado, del equipo demócrata.
El presidente Biden, con sus discursos guionados y poco enérgicos, le había inculcado a la estrategia demócrata un ritmo aletargado, muy cuestionado por los demócratas más críticos del presidente.
Incluso el vaporoso lema de Biden sobre la «amenaza a la democracia que representa Trump» ha sido reemplazado por una causa más fácil de reconocer por un votante no involucrado en la dinámica del partido como es la «libertad».
«Muchos de nosotros somos lo suficientemente mayores como para recordar cuando los republicanos eran los que hablaban de libertad», ironizó Walz en el acto de presentación de su candidatura en un estadio de Filadelfia, Pensilvania.
Para la vicegobernadora de California, Eleni Kounalakis, una demócrata cercana a Harris, la nueva impronta de la campaña refleja el «gran sentido del humor» de la nueva candidata a la presidencia.
«Estas cosas demuestran ser sus fortalezas. La alegría de Harris está rompiendo los matices oscuros y amenazantes de Donald Trump y su compañero de fórmula», opina Kounalakis.
De hecho, la nueva fórmula presidencial no duda en llamar al binomio Trump-Vance «raros».
«Estos tipos son raros, y sí, simplemente raros», dijo Walz en una declaración que rápidamente se convirtió en un lema de campaña.
Trump le respondió: «Creo que somos lo contrario de raros, ellos son raros».
«La calificación de raros le ha servido a la campaña demócrata para definir a la oposición», dice Kennedy, quien analiza de manera positiva esta estrategia en la comunicación de la campaña.
David Polyansky, subdirector de campaña del gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, en las primarias de 2024, le dijo a la BBC que la ventaja demócrata podría responder a que Harris le quitó el protagonismo a Trump en los medios.
Si bien Harris ha conseguido eclipsar la imagen de Trump, incluso después del intento de asesinato que sufrió el expresidente, es evidente que el protagonismo en los medios no durará mucho tiempo.
«El punto final del período de luna de miel es la Convención Nacional Demócrata y luego será una rutina de dos meses probablemente con algunos debates», le dijo a la BBC un asesor de Harris, quien asegura que la candidata deberá trabajar para mantener el entusiasmo.
Para Kennedy, «Trump, mientras tanto, está replicando los peores hits de DeSantis».
«Trump le dijo a Elon Musk que le gusta el cambio climático porque va a poder comprar más propiedades frente al mar», resalta Kennedy, quien no cree que este tipo de declaraciones sean efectivas para los republicanos.
Dentro de la campaña saben que la «luna de miel» con Kamala Harris no durará para siempre, pero tienen a su favor la velocidad que le imprime el hecho de que sea una campaña corta.