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Mandatarios de varios países del continente han mostrado su preocupación por lo que ocurre en Venezuela

Durante las primeras jornadas de la 79ª Asamblea General de las Naciones Unidas, que comenzó el 24 de septiembre y se extenderá hasta el 30, varios presidentes del mundo, especialmente los latinoamericanos, aprovecharon sus discursos para manifestar su preocupación por la situación política y electoral en Venezuela.

Los discursos pronunciados en el encuentro de la ONU han extendido los reveses sufridos por el Gobierno de Nicolás Maduro en el campo internacional, en la medida en que un creciente número de países cuestionan el anuncio de los resultados de la elección del 28 de julio.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en un mensaje enfocado en la lucha global por la libertad, destacó la valentía de los votantes venezolanos y afirmó que emitieron su voto por “un cambio que no puede ser negado”. 

Con esta declaración, Biden reiteró el apoyo de su gobierno a las demandas de transparencia en los comicios y dijo: “El mundo sabe la verdad” sobre lo que ocurrió en Venezuela.

Por su parte, el presidente chileno Gabriel Boric fue aún más directo al referirse a la crisis venezolana como un ejemplo de lo que, él considera, es autoritarismo.

En su discurso, Boric afirmó que la comunidad internacional está “frente a una dictadura que pretende robarse una elección”. En este sentido, enfatizó la necesidad de reconocer el triunfo de Edmundo González Urrutia.

Aunado a eso, Boric también hizo un llamado a respetar los derechos humanos, independientemente del color político del gobierno que los vulnere.

El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, también expresó su rechazo a la represión de las aspiraciones de “libertad y justicia” en Venezuela, uniéndose a otros líderes regionales que han pedido una solución política y pacífica a la crisis venezolana. Arévalo destacó la importancia de preservar los principios democráticos en la región y denunció las violaciones a los derechos humanos en el país sudamericano.

El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, aseguró este jueves durante su participación en la Asamblea General de Naciones Unidas que «ha llegado la hora de actuar por Venezuela» y que se debe condenar lo que sucede en el país caribeño.

«No puedo dejar de mencionar lo que está pasando en Venezuela. Entre otras cosas, porque esto no es nuevo en nuestra postura. Por suerte siempre estuvimos lejos de ese régimen autoritario e intolerante, que ha atentando contra la libertad y que ha atentado contra el bien común», apuntó.

En ese sentido, agregó que todos saben lo que pasa allí desde hace mucho tiempo e hizo hincapié en que muchos líderes «han mirado para el costado» por falta de interés o por interés.

«Yo creo que acá no se trata de presentar las actas de las elecciones, ni nada que se le parezca. Acá se trata de condenar el fraude, se trata de condenar el régimen y condenar no solo un proceso electoral viciado. Hay que hacerlo también con la persecución política, con la violación de los derechos humanos, con la prisión arbitraria», puntualizó Lacalle Pou.

Por su lado, el presidente de Paraguay, Santiago Peña, aseveró que el proceso electoral ignoró la voluntad del pueblo venezolano.

«No hay otra forma de convivencia que no sea la democracia y el Estado de derecho. La democracia es simplemente innegociable. Por eso debo condenar alto y fuerte lo que está sucediendo con nuestros hermanos venezolanos (…) El proceso electoral ignoró la voluntad del pueblo venezolano y se caracterizó por graves actos del régimen», expresó.

Asimismo, durante su intervención, el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, reiteró que el CNE debe entregar las actas de las elecciones presidenciales celebradas el 28 de julio, «como lo piden todos los países que apoyan la democracia».

«Venezuela combina la concentración del poder, la persecución a la oposición y la censura a los medios. Seguiremos insistiendo en la publicación de las actas electorales. Sin esto no hay ganador legítimo», aaseveró.

Europa también habló

Desde Europa, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, instó a la comunidad internacional a no permanecer impasible ante la situación en Venezuela. En su intervención, expresó solidaridad con el pueblo venezolano y recordó que las legítimas aspiraciones de libertad y democracia de decenas de millones de personas siguen sin cumplirse.

Al igual que Biden, Meloni señaló que, tras dos meses de las elecciones presidenciales en Venezuela, los resultados no se han reconocido. “Y al mismo tiempo ha habido una represión brutal, la muerte de decenas de manifestantes, detenciones arbitrarias de miles de opositores políticos y además, el candidato presidencial de la oposición tuvo que huir del país. Tenemos que ser firmes”, insistió.

El presidente del gobierno español Pedro Sánchez también dedicó una parte de su discurso a Venezuela y a la importancia de un recuento transparente de los votos. Es por ello que pidió el recuento electoral, pero hecho en condiciones de total transparencia. 

La respuesta del chavismo

Vale agregar que el gobernante Nicolás Maduro no asistió al evento. En su lugar acudió su ministro de Relaciones Exteriores, Yván Gil.

El canciller venezolano, que llegó el lunes por la mañana a la ciudad de Nueva York, demandó el levantamiento de todas las sanciones y bloqueos a nivel global y prometió que en los próximos días las autoridades de su país revelarán nuevas pruebas sobre los presuntos planes conspirativos que “sorprenderán al mundo”.

«Se ha alimentado, desde esta tribuna, esa campaña fascista y de desinformación contra nuestro país. El gobierno de Estados Unidos, y sus gobiernos satélite y serviles, se han dedicado a mentir, atacar y amenazar a nuestro pueblo desde este recinto que es símbolo de paz y entendimiento, intentando imponer una falsa narrativa», sostuvo el canciller.

En este sentido, acusó a Washington de estar «al frente de esta gigantesca operación», en alusión al cuestionamiento internacional que ha recibido la reelección de Maduro en las presidenciales del 28 de julio, que no ha sido reconocida por numerosos países y es señalada de fraudulenta por el mayor bloque opositor, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD).