Su estado de salud continúa siendo grave
Necesita un fisioterapeuta

La salud de la presa política Ermilendris Benítez sigue delicada. Tras casi seis años de prisión, las complicaciones médicas de la mujer de 42 años de edad son motivo de profunda preocupación de sus familiares.

Fuentes cercanas a Benítez informaron la mañana de este miércoles 20 de marzo que la presa política sigue con dolores en la columna y, aunque le medicaron tratamientos, los fármacos no han servido.

“Ella sigue igual, con el mismo dolor y le mandaron un tratamiento, pero no le ha hecho efecto. Le mandaron a hacer una resonancia y rayos X y en lo que tenga los resultados tiene otra consulta médica”, informó una fuente familiar a Efecto Cocuyo.

Aunque los tratos crueles e inhumanos a los que fue sometida Benítez dentro del Instituto Nacional de Orientación Femenina (Inof), ubicado en Los Teques en el estado Miranda, han disminuido, las condiciones de reclusión siguen siendo las mismas que la familia ha denunciado en reiteradas ocasiones.

La familia de la privada de libertad, que fue sentenciada a 30 años de prisión por estar presuntamente involucrada en un intento magnicidio contra el gobernante Nicolás Maduro en el año 2018, informó que la subdirectora del Inof autorizará  el traslado cuando cuenten con la ubicación del centro médico donde Benítez se realizará el estudio.  

“En lo que encontremos el hospital indicado, ellos (autoridades del Inof) nos dijeron que se montan en el traslado”, dijo.

Dolor de columna le afecta la pierna

La fuente señaló que el dolor de la columna que tiene Ermilendris también le afecta parte de la pierna. La presa política anteriormente fue llevada a un centro médico donde además de atenderla, la remitieron a un fisioterapeuta.

“No hallo cómo conseguirlo (fisioterapeuta) porque he ido a varios hospitales y no encuentro especialistas”, expresó la fuente familiar.

En diciembre del año pasado, la salud de Ermilendris empeoró. Tenía la mitad de la cara hinchada, choques de tensión arterial, un parpado caído y una hernia en la columna.

El año pasado, a Benítez le recomendaron una operación, ya que los tratamientos médicos no le hacían efecto; sin embargo, recientemente los médicos esperan que la fisioterapia la haga sentir mejor.

Benítez está en silla de ruedas

A causa de las torturas y una infiltración de biopolímeros en sus glúteos, Benítez se encuentra aún en silla de ruedas. No puede estar mucho tiempo de pie debido a un intenso dolor en la columna.

La familia de Benítez vuelve a pedir una medida humanitaria, ya que temen que su estado de salud se siga deteriorando con el pasar de los días.

En febrero del año pasado, el Grupo de Trabajo sobre las Detenciones Arbitrarias de la Organización de Naciones Unidas (ONU) aseguró que la detención de Benítez fue arbitraria.

Estos expertos pidieron al gobierno venezolano ponerla “inmediatamente en libertad y concederle el derecho efectivo a obtener una indemnización y otros tipos de reparación, de acuerdo con el derecho internacional”, según se lee en un documento difundido por el organismo de la ONU.

Benítez fue detenida sin orden de arresto. El grupo de Naciones Unidas señaló que a la mujer no le hicieron conocer los motivos de su detención y la mantuvieron incomunicada.

En abril del año pasado y de nuevo en febrero de este 2024 la ONG Amnistía Internacional exigió atención médica urgente para ella en un llamado público.

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