Año escolar en pandemia: ¿qué opinan los niños al respecto?

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Ya no hay espacio para más niños en la casa donde la profesora Marlene Machado dicta tareas dirigidas en La Agricultura, una de las barriadas laberínticas de Petare, al este de Caracas. Este agosto de 2023 se le llenaron las plazas disponibles: 30 en total. Pero madres y padres siguen tocando a su puerta para pedir un cupo.

Otros 25 representantes le han solicitado que acepte a sus hijos en el período vacacional. Alegan que es urgente, que los pequeños no logran leer con fluidez, confunden los números y apenas pueden escribir corrido un párrafo de tres líneas.

El año escolar en Venezuela, deficiente e incompleto, dejó una amplia población de jóvenes sin conocimientos básicos de primaria y secundaria.

“No tengo lugar en la casa, no caben más niños. Si sumamos esos 25 serían más de 50, ¿dónde los pongo?”, dice Marlene, quien cobra cinco dólares semanales por estudiante.

“Profe, no importa. Siéntelos en el piso. Necesitamos que aprendan algo, le traemos mesas, sillas. Lo que sea”, alegó un padre a inicios de mes, pero Machado tuvo que negarse, porque en su pequeña casa no puede meter a otro estudiante.

Tareas dirigidas, la opción de muchos

Cada vez más familias inscriben a sus hijos en tareas dirigidas, tras la culminación del año lectivo 2022-2023 que la Federación Venezolana de Maestros (FVM) tildó de “accidentado”.

La organización advirtió que los jóvenes a lo largo del territorio fueron ascendidos de grado sin cumplir los requerimientos necesarios.

“Los niños no aprendieron nada en la escuela este año. Este mes me llegó un niño de 10 años que no lee. De los que tengo, el más pequeño tiene cuatro años y el más grande tiene 11. Los padres están buscando de nivelarlos para que no vayan perdidos, pero algunas maestras están a tope. Otras agarraron sus vacaciones”, dice Machado a Efecto Cocuyo.

La crisis educativa en el país no tiene precedentes, aseguran historiadores y educadores. Si en la capital es grave, en el interior la situación se agudiza más. En estados como Barinas, Portuguesa, Delta Amacuro y Guárico miles de niños perdieron 70 % del año escolar en medio de las protestas de docentes por las pésimas condiciones laborales, el modelo de horario mosaico y las fallas de infraestructura y servicios de los planteles.

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¿Qué aprendieron los niños?

En 2019, Nicolás Maduro afirmó que 80 % de los niños en Venezuela asistían a escuelas públicas. En 2022, había 8.763.066 estudiantes inscritos en el territorio nacional, según el Plan Victoria Bicentenario, un documento publicado por el Ministerio para la Comunicación y la Información.

Posteriormente, la ministra de Educación, Yelitze Santaella, indicó en entrevista para VTV que hay por lo menos 29.103 centros educativos en el país.

A inicios de este año el padre Manuel Aristorena, exdirector nacional de Fe y Alegría, alertó que 80 % de los niños venezolanos al terminar la primaria no tenían capacidades de una lectura comprensiva; casi un millón de jóvenes no asistían a las escuela y la mayoría de los planteles tenían un retraso de hasta 15 años en términos de tecnología.

De acuerdo con investigaciones recientes, la situación empeoró en zonas como Distrito Capital en abril de 2023.

Durante ese mes, la Dirección de Investigación y Estadísticas Educativas de la Fundación para el Desarrollo Integral del Docente (Fudeind), con el auspicio de la Hanns Seidel Stiftung, publicó un estudio realizado en escuelas del Área Metropolitana de Caracas, con niños de sexto grado.

Los resultados arrojaron que 90 % de los estudiantes no respondió correctamente en las áreas de Castellano, Matemática o Ciencias.

“En Ciencias Sociales se cometieron errores de este tipo: afirmar que Canadá y Estados Unidos son países latinoamericanos. Decir que Apure, Canaima, Miranda o Zulia son estados andinos. Indicar que la policía, la LOPNA o la ONU es el poder encargado de la justicia en nuestro país”, reza el documento.

Fudeind también señaló que algunos afirmaron que la palabra “semana” es un verbo y que “Tú, Nosotros, Ellos” son verbos o adjetivos.

No hay estudios o cifras oficiales que dimensionen el panorama en estados como Barinas, donde 90 % de las escuelas dejaron de dar clases desde el 9 de enero hasta el 15 de mayo. Estos datos fueron suministrados por el Sindicato Venezolano de Maestros (Sinvema) y confirmados por la FVM a finales de julio.

En medio de las fallas del sector educativo público, las tareas dirigidas se ha afianzado como una alternativa para que los niños, niñas y adolescentes puedan acceder a los contenidos que no se les impartió en el período escolar correspondiente.

La nivelación en el interior del país

Decenas de anuncios de tareas dirigidas “vacacionales” en los estados Monagas, Portuguesa, Trujillo, Mérida, Zulia, Guárico y Miranda han aparecido en Facebook en las últimas dos semanas. Lo primero que ofrecen es “nivelación”, algo que las familias buscan tras un año en el que llevaron a sus hijos a las escuelas apenas ocho días al mes por el horario mosaico.

Este horario es una modalidad incluso aceptada por las diferentes Zonas Educativas del país, en la que los profesores laboran solo dos jornadas a la semana y el resto de los días se dedican a actividades más lucrativas. Un docente en Venezuela no percibe más de 30 dólares mensuales y la canasta básica se sitúa en 511 dólares, según datos de la FVM.

Maestros ofrecen nivelar estudiantes antes de que empiece el nuevo año escolar.

“Yo cobro 15 dólares al mes por niño. No voy a parar en vacaciones, los representantes me están llamando para que los niños empiecen en las tareas dirigidas. Me están llegando con muchos problemas de lectura y matemática”, dijo a Efecto Cocuyo la profesora Belkis Muñoz, quien este 2023 atendió a 50 estudiantes en Guanare, Portuguesa.

En esta entidad del occidente del país más del 50 % de los centros educativos no funcionaron entre enero y junio, varios representantes encontraron una solución en inscribir a sus hijos dos o tres horas al día en clases particulares a partir de febrero, para que no perdieran el período académico por completo.

Pero las tareas dirigidas no suplen la labor de una escuela y no es posible recuperar todo un año académico perdido en solo cuatro meses. Por ello, representantes decidieron continuar con las clases en vacaciones.

“Yo soy comerciante, si no trabajo no comemos. No puedo estar encima de la niña enseñándole a leer, no puedo. Tampoco me la puedo llevar al trabajo porque yo estoy en la calle, no en una tienda. ¿Dónde la dejo estos meses? No, prefiero pagar 10 dólares con mucho esfuerzo, que es lo que me cobran a mí. Ella aprende algo y yo estoy más tranquila”, explicó Rosy Rodríguez, desde Ospino. Tiene una hija de seis años.

En las zonas rurales del interior del país, donde hay difícil acceso y poca conexión a Internet, las tareas dirigidas se anuncian de boca a boca. Los vecinos cuelgan pequeños carteles en sus casas y esperan a que los interesados se acerquen a preguntar.

Las tareas dirigidas no resuelven la crisis

Raquel Figueroa, especialista en Políticas Educativas y dirigente sindical del Colegio de Profesores de Venezuela, expresó que una de las situaciones más graves que se han detectado el último año es que estudiantes de educación media asisten a tareas dirigidas debido a que no ven materias como Matemática o Química, porque no tienen profesores que las impartan.

Los más perjudicados son los que salen de quinto año y buscan ingresar en carreras para las que necesitan conocimientos numéricos o científicos de base. De acuerdo con la FVM, la deserción docente asciende a 70 % en 2023 en toda Venezuela y la cifra podría aumentar en 2024.

“El que debe nivelar es el plantel y eso no se está haciendo. Los padres y representantes se ven obligados a pagar tareas dirigidas debido a la situación paupérrima de los centros educativos. Estamos ante una educación mediocre”, apuntó Raquel Figueroa.

Añadió que los alumnos no deberían estar pasando sus vacaciones en clases: los representantes inscriben a los jóvenes con profesores para que tengan “nociones básicas” de contenidos que deberían haber visto en tres lapsos del año académico, algo que interrumpe el período de descanso reglamentario.

Insistió en que las tareas dirigidas no sustituyen los procesos de socialización y enseñanza que solo pueden darse en una institución.

“La educación no es solo para entregarle contenido al estudiante; sirve para su formación ciudadana, para la vida. Eso no se dio. Las consecuencias son graves, hay una afectación total”, puntualizó la docente.

No hay cifras oficiales de cuántas iniciativas de tareas dirigidas hay en el país. No obstante, el Colegio de Profesores y la FVM muestran preocupación por el aumento de ofertas y el silencio del Estado venezolano ante la emergencia educativa que no parece tener solución a corto plazo.