Trabajadoras y activistas se concentraron este 8 de marzo en la Plaza Brión de Chacaíto, en Caracas, para exigir derechos laborales y libertad para las presas políticas en el marco del Día Internacional de la Mujer. Durante la mañana marcharon con pancartas hasta la Plaza Francia, de Altamira, en el municipio Chacao.
«Naciones Unidas señala para esta fecha que, en un mundo que enfrenta múltiples crisis que someten a las comunidades a una inmensa opresión, lograr la igualdad de género es más vital que nunca: garantizar los derechos de las mujeres y las niñas (…) Las mujeres venezolanas nos unimos al llamado, nos sumamos a la movilización este 8 de marzo bajo el lema: Financiar los derechos de las mujeres es acelerar la igualdad«, expresó la bioanalista y sindicalista Yadira González.
Demandó la recuperación de la calidad de vida, del valor del trabajo y del salario en Venezuela, que a la fecha permanece estancado en 130 bolívares que equivalen a 3,6 dólares según la tasa del Banco Central (BCV).
«En las concentraciones, asambleas y encuentros sindicales la presencia de las mujeres ha sido mayoritaria. Las mujeres sufrimos cotidianamente el peso de la larga crisis que vive el país, sobre nuestros hombros recae el hacer frente al hambre, la inseguridad, la miseria. Pero nuestro sostenido trabajo para enfrentar esta crisis no ha significado una mejora de nuestras condiciones de vida», agregó González.
Señaló que la mayoría de las mujeres venezolanas no solo son las cabezas de hogar y deben cuidar a sus familias, sino que «ocupan los peores puestos en el mercado laboral».
«Tanto la situación de emergencia humanitaria compleja como la pandemia del COVID-19 acentuaron la desigualdad de género en Venezuela. La cuarentena significó, entre todos los males, un aumento de la violencia familiar, en particular de la violencia contra las mujeres, la intensificación del trabajo doméstico no remunerado, retiro del mercado de trabajo por atender a los hijos tras el cierre de las escuelas», continuó.
Además de garantías al derecho a la educación y salud, acceso a los servicios públicos e incremento salarial, las manifestantes también exigieron atención a la pobreza menstrual y que se reconozca el derecho al trabajo sin dolor y los efectos discapacitantes de la menstruación:
«Con permisos de hasta tres días en los casos que sean necesarios. (…) Incorporar en los convenios colectivos de trabajo los productos para la higiene menstrual y la eliminación del IVA a esos productos«, apuntó González.
Aumento de sueldo, principal solicitud
El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (Ovsc) registró al menos 6.956 manifestaciones en 2023. De acuerdo con los datos de la organización, las mujeres participaron en 97% de todas las protestas que ocurrieron en el año, la mayoría de ellas por reivindicaciones salariales.
«Al Estado le exigimos políticas reales, políticas adaptadas a nuestra realidad y al bolsillo del venezolano. Tener un sueldo de dos o tres dólares, ¿de qué nos sirve? A ninguna mujer le alcanza ese sueldo», dijo Valentina Pacheco, vocera de la fundación Más Iguales.
De acuerdo con Naciones Unidas (ONU) alrededor del mundo las mujeres tienen los trabajos peor remunerados y menos calificados, «con mayor inseguridad laboral y una baja representación en los puestos de toma de decisiones». En 2022 el organismo afirmó que la brecha salarial entre las trabajadoras y los trabajadores rozaba el 23 %.
No hay cifras oficiales en Venezuela que ilustren la brecha entre los sueldos en las diferentes áreas. Sin embargo, se conoce que las trabajadoras del sector público tienen hasta tres trabajos u oficios para poder sostener a sus familias.
«En el país tenemos muchas leyes y si las leemos parece que hemos avanzado en defensa del derecho de la igualdad de género. Pero, ¿de qué sirve si en la práctica eso no es reconocido? ¿Dónde están los financiamientos, cuáles son las estructuras, cuáles son los elementos para poder proteger a las mujeres? Seguimos indefensas en un país donde ni siquiera se nos reconoce un salario digno», dijo Judith León, presidenta de la Federación de Colegios de Bioanalistas.
En Venezuela se sigue oprimiendo
Durante la marcha de este 8 de marzo, algunas activistas recordaron a la defensora y abogada y activista Rocío San Miguel, que fue detenida por cuerpos de seguridad del gobierno de Nicolás Maduro el 9 de febrero de 2024.
Organizaciones nacionales e internacionales han alertado que en su caso hubo violación del debido proceso y que hasta la fecha se le ha negado el derecho a la defensa privada.
Hay al menos 26 mujeres presas por motivos políticos, según datos aportados a Efecto Cocuyo por las organizaciones Foro Penal y de la ONG Justicia, Encuentro y Perdón (Jepv).
«Hoy no estamos celebrando, estamos marchando por salud, por medicinas, por pensiones y salarios dignos y, sobre todo, porque cese la persecución y la violencia política contra la mujer por pensar diferente. Rocío San Miguel está detenida injustamente porque tenía unos mapas en su casa, ¿qué clase de fiscal tenemos nosotros que se burla de los venezolanos para sembrar el miedo?», apuntó Leida Brito, popularmente conocida como «La abuela del casco rojo».
Indicó que seguirá alzando la voz por las presas políticas del país y por todos los venezolanos que sufren las consecuencias de una crisis que se agrava con los meses.