Se cumple un mes de la llegada de Edmundo González a España: cuál ha sido el impacto según politólogos
Pedro Sánchez no ha reconocido a González Urrutia como presidente electo pero lo recibió en La Moncloa. Foto: EFE

Se cumplió un mes desde que el embajador de carrera, Edmundo González, ganador de las elecciones presidenciales del 28 de julio, según las actas recabadas y publicadas por la oposición, abandonó el país para solicitar asilo político en España.

Politólogos consultados por Efecto Cocuyo señalan que, en este tiempo, los esfuerzos del exdiplomático y María Corina Machado, se dirigen a ganar apoyo internacional, no sólo para que Nicolás Maduro no sea reconocido como presidente, sino para presionar una negociación que conduzca a una transición democrática en Venezuela. Además, rearticular a la oposición a lo interno pese a la persecución política.

Todo esto, advierten Luis Rendueles y Luis Remiro, aún sin resultados a la vista que indiquen que Maduro desistirá de juramentarse el 10 de enero de 2025 ante la Asamblea Nacional.

¿Qué ha ganado el gobierno?

“Ganar tiempo siempre ha sido la jugada más inteligente del gobierno para poder avanzar en sus objetivos políticos y lograr que los dirigentes de la oposición causen frustración y decepción en las bases. Hoy el escenario no dista mucho del de hace un mes: hay mucha incertidumbre y todo se reducirá al 10 de enero de 2025”, expresó Rendueles.

Sin embargo, el consultor político señala que al considerarse el 10 de enero como una fecha límite importante, todavía queda juego en medio de la crisis política venezolana, agravada por la proclamación de Maduro como presidente electo por el Poder Electoral, sin pruebas que la avalen.

“Edmundo González sigue siendo el presidente electo, aunque el apoyo internacional hasta el momento no se ha traducido en resultados o cambios tangibles. Seguro hay muchos movimientos que no vemos, pero hasta ahora parece que no hay un resultado significativo. Tocará esperar al 10 de enero”, acotó.

Para Remiro, doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Barcelona (España), con el exilio forzado de González Urrutia, Miraflores propinó un golpe anímico en las filas opositoras y especialmente entre una mayoría de electores que votó por el excandidato presidencial y con ello el deseo de emigrar.

Enfatizó también que el desconocimiento del gobierno a un triunfo del exdiplomático, sacarlo del país y el uso de la fuerza represiva para imponerse, ha llevado a una desarticulación de la oposición en su estrategia para que se imponga la voluntad popular del 28 de julio.

¿Qué ha ganado la oposición?

Durante su participación en el Foro La Toja, Edmundo González aseguró que, pese a verse forzado actualmente a formar parte de la creciente ola migratoria venezolana, su exilio por “presiones inenarrables y amenazas extremas” es “temporal”.

Durante el tiempo que lleva en España, al exdiplomático lo reconoció el Congreso de los Diputados como presidente electo de Venezuela. El Parlamento instó al mandatario español, Pedro Sánchez a hacer lo propio. Sánchez sigue sin dar ese paso, pero recibió a González Urrutia en la residencia presidencial La Moncloa, en un gesto que se interpretó como el reconocimiento implícito a la victoria del 28 de julio.

Durante el último mes, el exdiplomático no ha cesado en su llamado a que se profundice una presión combinada de la comunidad internacional que contribuya a que en Venezuela se haga valer plenamente la soberanía popular expresada en las urnas.

“Durante todo este tiempo el gobierno no logró imponer su versión sobre que Edmundo González salió de Venezuela por voluntad propia, quedó claro que fue forzado y obligado a firmar una carta bajo coacción. Se quiso además envolver al gobierno de España en toda la trama lo que hizo a Miraflores perder a ese país como aliado y lo empujó a darle mayor visibilidad a Edmundo, ha tenido gran tribuna, lo que también usa Edmundo para alentar a la coordinación de la oposición a lo interno”, apuntó Remiro.

¿Qué se espera de la comunidad internacional?

Para los venideros 17 y 18 de octubre está previsto que se celebre un Consejo Europeo en el que los jefes del Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) tratarán la crisis venezolana, a petición de España.

En sintonía con Edmundo González, el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ratificó este 8 de octubre que la solución a Venezuela no puede ser más que política y debe surgir de la presión internacional.

Los politólogos consultados creen que la posición de buena parte de la comunidad internacional se mantendrá de cara al 10 de enero, en no reconocer a Maduro como presidente al no demostrar el supuesto triunfo atribuido por el Poder Electoral, pero tampoco a González Urrutia a falta de una proclamación del ente rector.

“No creo que se repita un escenario de 2019 con Juan Guaidó, cuando diversos países del mundo decidieron dejar de reconocer a un gobierno de facto, en el poder, para reconocer a un gobierno proclamado. En este caso, un gobierno electo, pero desconocido desde el primer día por el Consejo Nacional Electoral. Los esfuerzos internacionales, lejos de buscar agravar el conflicto, deben apuntar a lograr una negociación. Por más difícil e improbable que parezca”, subrayó Rendueles.

Remiro espera una posición más clara de los países en cuento a Maduro y González Urrutia a partir del 10 de enero, de persistir la situación actual, pero al igual que Rendueles no espera que el reconocimiento internacional al exdiplomático pase de aceptar que ganó las elecciones porque se ve impedido de ejercer.

En un contexto de mayores sanciones internacionales, también recuerda que hay lazos económicos que pueden ayudar al gobierno de Maduro a resistir y es lo que ha llevado a que trasnacionales como Repsol de España y Chevron de Estados Unidos, permanezcan en Venezuela, pese a no haberse reconocido a la administración de Maduro desde 2018.