Ni el Centro Carter ni el Panel de Expertos de Naciones Unidas (ONU) reconocen los resultados de las elecciones presidenciales anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Los anuncios han generado una oleada de reacciones en todo el país, pero en el ámbito internacional la situación podría tornarse más complicada.
Politólogos consultados por Efecto Cocuyo señalan que será más difícil para los gobiernos democráticos, especialmente los considerados aliados a Miraflores, avalar una reelección de Maduro “por la fuerza”, mientras se apela a negociaciones para presionar una salida al conflicto político planteado por una nueva crisis de legitimidad.
No son vinculantes, pero impactan
«Los informes del Centro Carter y de la ONU no son vinculantes, es decir, no pueden incidir en que el CNE desproclame a Maduro, pero ponen en duda la legitimidad de origen del nuevo gobierno a partir de enero de 2025, la institucionalidad del país y la separación de poderes», señaló el politólogo Santiago Rodríguez.
Rodríguez añadió que estos hechos hacen muy difícil un reconocimiento de Maduro por gran parte de la comunidad internacional y explicó que «tendrá que hacer esfuerzos, como mostrar las actas, para demostrar que sí ganó, así como hizo la oposición».
El profesor de la Universidad de Carabobo advirtió que los efectos de la posición de ambos observadores internacionales, que afirmó gozan de amplio reconocimiento de la comunidad internacional, se pueden traducir en ruptura de relaciones diplomáticas entre algunos países y Venezuela, así como de acuerdos económicos.
“Tendrán incidencia en la mediación de Brasil y Colombia y la solución que buscan, este tipo de informes afectará cualquier decisión que tomen”, agregó.
Asimismo, alertó que la ilegitimidad de origen de un nuevo gobierno de Maduro —basado en los informes del Centro Carter y de la ONU— podría ser usado por organismos internacionales como la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Internacional de Justicia, entre otros, para no reconocer la representación legal de Miraflores y emitir fallos en contra.
Los gobiernos de Brasil y Colombia han sido insistentes en sus solicitudes al Poder Electoral venezolano para que muestre las actas de votación, mesa por mesa, a fin de que puedan ser verificadas de manera independiente, mientras que México ha optado por esperar el fallo del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) pese a que inicialmente Andrés Manuel López Obrador hizo la misma petición.
La Unión Europea también dejó claro que sin “pruebas” no se puede avalar un supuesto triunfo de Maduro en las urnas.
“Es fundamental distinguir entre el proceso de votación y el crimen electoral cometido al dar resultados sin base. El informe de la ONU distingue eso. Se dio el acto electoral en sí, la gente fue, votó, atestiguó y obtuvo las actas. El sistema encargado de recoger y totalizar ese acto lo hizo, pero la autoridad decidió interrumpir el proceso y dar un resultado que verbalizó sin sustento de ningún tipo. No hace falta repetir elecciones, solo oficializar su resultado real”, interpretó la consultora política, Carmen Beatriz Fernández, del informe del Panel de Expertos.
Empuja a indecisos
Para el politólogo Luis Remiro, si bien algunos países se han mostrado cautos a la hora de desconocer por completo los resultados dados por el CNE, no será tan fácil que Maduro se imponga al mundo como presidente reelecto.
“Puede que este informe (del Panel de Expertos) que es preliminar, motive a otros países a reconocer de forma más abierta el triunfo de Edmundo González a partir de las pruebas mostradas por la oposición. Vimos algo similar en 2019 con Juan Guaidó reconocido como presidente legítimo, pero ahora es distinto, porque aliados del gobierno se han resistido a reconocer a Maduro. Es otro tipo de presión”, sostuvo.
Chile y Perú han reconocido abiertamente el triunfo electoral del opositor Edmundo González, que, de acuerdo con las actas publicadas por la Plataforma Unitaria Democrática, venció a Maduro con 67% de los votos sobre 30%.
Pero este 14 de agosto, el subsecretario para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, Brian Nichols, apoyó el informe del Panel de Expertos y afirmó que los resultados del CNE de Venezuela que dieron la victoria a Maduro carecen de sentido por la «completa falta de transparencia» en el proceso.
Acto seguido, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, pidió a Maduro que se sincere y reconozca que Edmundo González Urrutia obtuvo la mayoría de los votos.
“Si algún gobierno, o los partidos en los países tenían dudas, los informes del Centro Carter y del Panel de Expertos dan más veracidad a las denuncias de fraude electoral masivo que hace la oposición”, apuntó Remiro.
¿Panel de Expertos debió publicar?
Los reproches del gobierno venezolano y de los poderes Legislativo y Electoral hacia el pronunciamiento del Panel de Expertos se han enfilado al carácter privado del informe, según el acuerdo con el CNE para los comicios presidenciales y las propias reglas de la ONU.
Sin embargo, ambos politólogos justifican la posición de Naciones Unidas ante la “gravedad” de lo sucedido con los comicios presidenciales.
A juicio de Rodríguez, el “escándalo” propiciado por el anuncio de un triunfo de Maduro sin pruebas, la no publicación de las actas de votación hasta la fecha por parte del CNE y que se hayan saltado los protocolos al pasar la controversia a manos del Tribunal Supremo de Justicia, provocó la publicación del informe del Panel con la autorización del secretario general de la ONU, António Guterres, como máxima autoridad.
“Para eso son esas instituciones resortes de la democracia en el mundo y se actúa cuando corresponde, para dar insumos a otras instituciones y gobiernos, en aras también de que se busquen salidas por la vía de las negociaciones en la que medien líderes políticos internacionales. Creo que la salida que puede haber ahora a este conflicto será internacional ante la crisis de gobernabilidad y legitimidad que Maduro no podrá saltar”, advirtió.
Remiro resaltó que la represión desatada por el gobierno a través de los organismos de seguridad contra quienes han protestado los resultados del CNE también habría movido a Naciones Unidas a dejar un poco de lado su neutralidad para que sean respetados los derechos humanos.