Los detenidos fueron llevados a un CDI
Una fuente reveló que dos funcionarios entraron de civil al local

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El domingo 23 de julio, Juan*, de paso por Valencia, se aventuró a visitar junto a un amigo el Avalon Man Club, ubicado en la avenida Bolívar, al norte de la capital carabobeña; un spa, sauna y sitio de esparcimiento que es frecuentado por hombres gais y bisexuales.

Pocas horas después, fue detenido, reseñado, presentado en tribunales y luego excarcelado, sin gozar de libertad plena, no sin antes ser etiquetado públicamente por su preferencia sexual.

Juan es uno de los llamados “33 de Valencia” y su historia, contada a Efecto Cocuyo por un familiar que pidió omitir su identidad por razones de seguridad, revela todas las irregularidades y vejaciones a las que fueron sometidos esos ciudadanos.

Junto al amigo, Juan* se sentó esa tarde en la barra del local, donde también venden licores, cuando de pronto, aproximadamente luego de las 4:00 y 5:00 p. m., funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) irrumpieron en el local.

Allí pudo ver cuando los agentes entablaron conversación con el dueño del recinto y le pidieron los documentos del negocio, porque, según escuchó, supuestamente había una denuncia anónima por contaminación sónica. 

La fuente señala que antes de que se produjera el allanamiento, dos funcionarios vestidos de civil ingresaron al establecimiento para mezclarse entre los clientes; minutos después llegó la comisión que detuvo a los 33 hombres.

Juan* desde la barra podía escuchar gran parte de la conversación que sostenían los funcionarios con el propietario de Avalon, al que notó molesto por los argumentos que esgrimía la policía, mientras en todo momento mostraba los documentos que validan la legalidad del establecimiento.

La aprehensión 

Ese domingo 23 de julio, en la sauna no hubo orgía, como reseñaron algunos medios de comunicación y algunas minutas filtradas en grupos policiales. “Allí nadie estaba desnudo como dijeron, todos estaban vestidos y no estaban teniendo sexo en el lugar y si así fuera no es un delito”, cuenta la fuente.

La detención se produjo bajo engaño. Los funcionarios policiales le indicaron a los detenidos que tenían que acompañarlos al comando, para que sirvieran como testigos del procedimiento, pero no les dieron muchos detalles. 

El allanamiento se realizó sin orden judicial y los funcionarios tampoco detuvieron a los hombres cometiendo algún delito en flagrancia. En el local había aproximadamente 39 personas, seis de ellas no fueron detenidas por los efectivos de seguridad. “Al parecer pagaron para no ser detenidos”, contó la fuente. 

La fuente relata que dentro de la comisaría un funcionario pidió una coima de 1.000 dólares, que debían reunir entre todos los detenidos para evitar el procedimiento judicial, y aunque los hombres accedieron a reunir el dinero, por miedo a estar en la cárcel, otro efectivo de seguridad les indicó que los aprehendidos no iban a pagar nada. En ese momento ya la Fiscalía estaba enterada del caso. 

Los 33 detenidos llegaron a la sede de la PNB de Los Guayos, donde lo primero que hicieron los funcionarios es pedirles el dinero que tenían en moneda extranjera, para que de esta manera cuando fueran encerrados con los presos comunes, estos no los fueran a robar. 

“Ellos inocentemente entregaron sus divisas”, cuenta la fuente. 

Llevados a un CDI

La familia de Juan* no sabía nada de su paradero. A las 9 de la mañana del lunes 24 de julio, el joven pudo notificar a sus familiares mediante un contacto telefónico que había sido detenido, pero que los funcionarios policiales le explicaron que pronto sería liberado. 

Sus familiares se dirigieron a la sede policial donde estaban detenidos y luego al Palacio de Justicia de Carabobo, para conocer en qué estado se encontraban y lo que había ocurrido.

Los familiares solo tuvieron acceso a los detenidos por cinco minutos, allí corroboraron que se encontraban bien y que no estaban detenidos en una celda con presos ordinarios. 

“Él me comentó que esa noche los funcionarios le llevaron muchos perros calientes y también jabón para que se bañaran. En ese punto, creo que ya los funcionarios sabían que habían metido la pata con ese procedimiento”, dijo. 

El familiar señala que al día siguiente de la detención, los 33 hombres fueron llevados en grupo de 10 hasta un Centro de Diagnóstico Integral (CDI), para que los médicos corroboraron que los detenidos no habían sido sometidos a golpes y torturas. 

“Los tenían como delincuentes, como si hubieran matado a alguien, el martes los trasladaron al Palacio de Justicia para la audiencia, pero estuvieron esperando todo el día porque no encontraban un lugar donde pudieran estar los 33 muchachos. Al final no se dio la audiencia y a las 11 de la noche nos dijeron que no se iba a realizar”, dijo. 

Su padre se enteró de que es gay

Parte de la familia de Juan sabía de las preferencias de Juan; menos su padre. Ese fin de semana largo, tras la viralización en redes sociales y reseñas de prensa, finalmente supo la verdad: su hijo es gay. 

“Mi papá no sabía que mi familiar era homosexual; ese día se enteró, pero afortunadamente no lo tomó mal, ni le reclamó ni nada, pero igualmente está ese resentimiento. En el local había personas con esposas, hijos y ellas se enteraron de la peor manera”, comenta. 

Juan*, cabizbajo junto al resto de los detenidos, fue retratado por las cámaras de la Policía Nacional, como si ser homosexual fuera un delito. La foto se publicó en portales informativos y grupos de WhatsApp, en los que fueron criminalizados por el simple hecho de estar disfrutando de un fin de semana en un local privado. 

El día de su arresto le decomisaron 20 dólares y 300 bolívares en efectivo, además de su teléfono celular. El dinero no le ha sido devuelto y el móvil supuestamente está en la Fiscalía, donde le exigieron la factura para poder retirarlo. 

Juan y los otros ciudadanos detenidos fueron excarcelados, pero están sometidos a un régimen de presentación cada 30 días. Los delitos por los que fueron imputados son: ultraje al pudor, agavillamiento y contaminación sónica, pero los abogados defensores insisten que deben ser absueltos de todos esos cargos, porque no hubo delito. 

*Juan es un nombre ficticio para proteger la identidad de la fuente