Barinas.- Para Henry Rodríguez no ha sido fácil que en el Hospital Luis Razetti de Barinas le hagan una operación para restituirle la colostomía. Según su cuenta, tiene dos años en lista de espera y en varias ocasiones lo han dejado con todo preparado, como le ocurrió el pasado viernes, 13 de septiembre.
El drama que afronta este joven que vive en la urbanización Raúl Leoni de Barinas, capital del estado llanero homónimo, data de hace más de dos años cuando recibió varios disparos en un intercambio de tiros donde él quedó en medio de la línea de fuego.
En dos oportunidades, que recuerde Rafael Camargo, secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de la Salud de Barinas, en el hospital le han hecho comprar los insumos y hacerse los exámenes médicos para su intervención, pero se queda con todo comprado porque no lo intervienen.
Henry, de 27 años, vive en una casa de interés social junto a 13 personas más, dijo Camargo, quien además es su vecino. “Cada vez que lo entusiasman para operarlo, entre los vecinos hacen colectas para cancelarle los exámenes de laboratorio y comprarle los insumos. La última vez el costo de los análisis estuvo cercano a los 2.000.000 de bolívares”, recordó.
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Falsas esperanzas
El miércoles, 11 de septiembre, Henry Rodríguez, quien vive de la caridad de sus vecinos porque su condición de salud no le permite trabajar, nuevamente se fue hasta el hospital Razetti, de donde lo llamaron para que fuera porque lo iban a intervenir para restituirle la colostomía. Esperó dos días y el viernes lo devolvieron para su casa porque ya no lo podían operar.
Según Camargo, todo se trató de un show mediático de las autoridades hospitalarias. “Sacaron a todos los pacientes del cuarto piso porque venía el gobernador a hacer una inspección y no quería ver a nadie hospitalizado. Esa es la verdad”, argumentó el dirigente del sector salud.
En el cuarto piso del Razetti hay al menos 12 personas que tienen más de cuatro meses hospitalizados en espera para una intervención quirúrgica. En oportunidades, refirió Camargo, los envían para sus casas -cada vez que hay algún operativo o inspección- y después los vuelven a internar.
Lo de Henry Rodríguez es un caso que hay que atender con urgencia por razones humanitarias, comentó Camargo. “Ese muchacho, que mientras estuvo sano trabajaba como despachador en tiendas comerciales, no tiene recursos ni para comprarse las bolsas de colostomía y mucho menos para hacer la dieta balanceada que demanda su precaria condición de salud”, precisó.
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