El segundo obispo de Valencia, monseñor Salvador Montes de Oca, se convirtió en el único religioso venezolano asesinado por las tropas nazis en Italia, en medio de la Segunda Guerra Mundial.
Este viernes se cumplen 80 años de su fusilamiento, junto a otros 10 monjes del monasterio La Cartuja Farneta de Lucca, acusados de resguardar a perseguidos de la Gestapo. Fray Bernardo María se llamaba para ese entonces y tenía 49 años.
El fusilamiento se produjo el 6 de septiembre de 1944 en plena Segunda Guerra Mundial. El religioso formaba parte del monasterio La Cartuja, ubicado en Monte Magno de Camaiore, La Toscana, donde ciertamente por caridad, se había dado refugio a algunos perseguidos en la guerra.
Junto a los otros monjes, el religioso venezolano había sido sacado preso del monasterio días antes, para ser sometidos por efectivos del ejército nazi a interrogatorios, seguidos de torturas. También los despojaron de sus hábitos.
El día del fusilamiento
Ese 6 de septiembre se les volvió a interrogar, pero estaban muy débiles, debido a las torturas a que habían sido sometidos. Esto molestó de sobremanera a sus verdugos, quienes no dudaron en dispararles a todos en una curva de la carretera donde los tenían.
Los cuerpos permanecieron en el suelo cierto tiempo, pues nadie quería recogerlos por temor a represalia de los nazis. Después los enterraron a todos en una fosa común.
El cuerpo de monseñor Montes de Oca fue identificado por el breviario que siempre cargaba consigo. Este es un libro contentivo de liturgia de la iglesia católica, que incluye las obligaciones religiosas que se deben cumplir y él no lo soltaba para nada.
La narrativa de la muerte trágica de este prelado de la iglesia católica, está recogida en un documental titulado “Pastor de Almas”, elaborado por el departamento de Comunicación de la Conferencia Episcopal Venezolana.
En ese trabajo se incluye el testimonio del fallecido arzobispo de Valencia, monseñor Reinaldo Del Prette, el cardenal Baltazar Porras y los sacerdotes Antonio Arocha y Roberto Sipols, así como el historiador Luis Cubillán Fonseca y de algunos familiares de Montes de Oca.
Restos de Monseñor Montes de Oca de vuelta a Venezuela
La noticia sobre la muerte del obispo se conoció en Venezuela en enero de 1945, es decir, cuatro meses después. Esto causó una enorme tristeza entre la feligresía valenciana, que siempre manifestó su afecto por el sacerdote.
Dos años más tarde sus restos fueron traídos a Venezuela y se le rindieron honores religiosos y militares. Reposan en la catedral de Valencia.
El obispo martir
El padre Antonio Arocha, vicepostulador de la causa de monseñor Montes de Oca, no duda en calificar al Siervo de Dios como un obispo mártir que vivió una vida de sacrificios, entregada a la causa del evangelio.
Monseñor Del Prette sostenía que era un ejemplo de vida para todos los bautizados en la iglesia católica. Lo recordaba como un hombre de firmes sus convicciones.
Expulsado de su país
Nacido en Carora, estado Lara, Salvador Montes de Oca se convirtió en el segundo obispo de Valencia, donde realizó su trabajo pastoral desde 1927 a 1934.
Por ser fiel defensor del matrimonio eclesiástico, fue expulsado del país en el año 1929, por decisión del presidente para ese entonces, Juan Bautista Pérez, designado por el general Juan Vicente Gómez.
Unos policías lo detuvieron en Los Teques, cuando regresaba de Caracas a Valencia, y lo llevaron al puerto de La Guaira, desde donde fue trasladado a Trinidad, acusado de obrar contra la República y el patronato eclesiástico.
El presidente Pérez le propuso que se retractara de lo expresado, para revocar el decreto de expulsión, pero se negó a hacerlo. En el año 1931, el general Juan Vicente Gómez, quien había asumido el mandato de nuevo, le suspendió el destierro, sin exigir retractación.
Cuando volvió a Valencia se encontró con un gran recibimiento por parte de la feligresía que le tenía mucho aprecio.
En el 1934 murió su madre Rosario de Montes de Oca, lo cual lo sumergió en una enorme tristeza. Ese año decidió viajar a Roma, donde se enteró de una calumnia en su contra.
Allá se enfermó y fue operado de peritonitis, pero su salud se fue deteriorando, por lo que decidió renunciar a su cargo. Acordó entonces hacerse monje y retirarse al monasterio de donde fue sacado para fusilarlo.
Plaza en honer a Monseñor Montes de Oca
En homenaje a su segundo obispo, Valencia tiene una plaza que lleva su nombre, inaugurada en el año 1955 en ocasión del cuatricenterario de la ciudad, ubicada en la parroquia San José, cerca de la redoma de Guaparo.
Por años, el atractivo principal del espacio público fue un grupo escultórico elaborado en 1946 por el artista Antonio Rodríguez del Villar. Incluía una estatua del apreciado clérigo, y dos figuras más, sedente y yacente.
En 1997 el alcalde Francisco “Paco Cabrera” remodeló la plaza. A la reinauguración asistieron el arzobispo Jorge Urosa Savino, los obispos Reinaldo Del Prette, José Vicente Andueza y Ramón Linares, al igual que el exministro Rafael Montes de Oca.
En el año 2017 las esculturas fueron vandalizadas por desconocidos, por lo que debieron ser desmontadas por la alcaldía para proceder a su restauración. El trabajo fue realizado por el artista Gustavo Castrillo, bajo la supervisión de la arquitecta Sara Atienzar.
Cinco años después de la afectación, en diciembre de 2022, fue instalado de nuevo el grupo escultórico en la plaza. Pero quedó prácticamente relegado, pues el atractivo principal ahora es un parque temático infantil denominado Dracula-Kids, que montó el gobernador Rafael Lacava.
Honores a Monseñor
Para conmemorar el 80 aniversario del fusilamiento del Siervo de Dios, la Arquidiócesis de Valencia programó una misa. Será este sábado 7, a las 10:30am en la catedral. El oficio religioso será presidido por el obispo de Carora, monseñor Carlos Curiel.