Como todos los 21 de cada mes, Alicia Rojas (67 años, del sector El Atlántico de la parroquia San Juan, en Caracas) revisó su cuenta bancaria para cerciorarse del pago de su pensión. Extrañamente, el importe no aparecía reflejado. Preguntó a su esposo que también está pensionado y él le contestó que le pagaron como siempre, sin problemas.
Al día siguiente, el 22, hizo la misma operación y nada. Como ya se avecinaba el fin de semana, lo dejó pasar hasta el lunes siguiente. Volvió entonces a su sesión de banca en línea y seguía sin su dinero. Bien es cierto que la pensión no le representa mucho, son apenas 130 bolívares o 3,55 dólares, pero le ayuda a completar alguna compra o para los “pasajes”.
Por ello, decidió pasar por la agencia para preguntar por su pago. “Efectivamente, señora, no le depositaron. Debe ir al Seguro Social”, le contestó la empleada bancaria. Por la tarde, en una conversación con una amiga, se dio cuenta de que su caso no era único, pues a ella tampoco le depositaron el mes de agosto. Por lo tanto, acordaron ir juntas a la sede del IVSS de El Paraíso, el más cercano a sus zonas de residencia.
Una vez allí, Alicia y su amiga Marina Romero (68 años, habitante de la urbanización Artigas) se dieron cuenta de que el problema fue masivo. No supieron decirles la razón del inconveniente, pero les impactó saber que para el sistema ambas habían fallecido. “¡¿Qué?!”, “¡¿Cómo?!”, fueron las primeras frases que pudieron esgrimir. Tras la fase de incredulidad, llegó la de la rabia. “¿Cómo es que, sin un acta de defunción, el Seguro Social decide “matarnos”? En este país ocurre cada cosa. ¡Todo es una burla!”.
A los abuelos les exigen una larga lista de requisitos para solventar el problema de la pensión
Pero lo peor es que para reactivarlas de nuevo en el IVSS les solicitaron una lista de requisitos que encendieron más la ira de ambas. Al menos, ese día, una treintena de adultos mayores se quejó de la misma situación. En el lugar hay quienes contabilizaron la misma cantidad diaria desde el pasado viernes, lo que lleva a suponer que en esa oficina han acudido cientos de abuelos afectados.
Sólo en la capital hay cuatro oficinas recaudadoras. Una funcionaria de la sede de El Paraíso, que prefirió no ser identificada, dijo que a esta sede se suman la de Parque Central, Chacao y Macaracuay. No se descarta que esas otras también estén recibiendo quejas, y que esto se esté repitiendo en otras entidades del país.
Guillermo Pacheco, de 65 años, habitante de El Valle, quien también interponía su queja, enumeró una buena cantidad de copias (de la cédula de identidad, de una captura de pantalla de la cuenta individual del IVSS, de dos planillas 14-213 y de la captura de pantalla de la pensión en línea).
Recaudos engorrosos
Pero el asunto es que, deploró, hay otros elementos más engorrosos: “Te piden también una fe de vida, emitida por la jefatura civil; una constancia de tu centro de votación emitida por el CNE que demuestre que eres elector activo y una carta explicativa de tu caso”.
Además, ocurre que a algunos les colocan en una lista, escrita a mano, unos requerimientos que a otros no. Y cuando llegan a la oficina, “los echan para atrás porque algo les falta”, lo que genera mayores frustraciones. “Deberían poder hacer algo impreso con todo completo, para que no haya este tipo de episodios”, resaltó Pacheco.
A esta altura, Ilena Jiménez (75 años, habitante de la avenida San Martín) intervino en el relato para señalar que su esposo tuvo que pagar 70 bolívares por la fe de vida en la jefatura, por lo que no es sólo el esfuerzo de buscar todos los recaudos (traslados, colas y demás) sino el desembolso: “Fácilmente se te va el monto de la pensión en todo eso y te quedas corto”.
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A los abuelos siempre los maltratan
Con ella coincidió la señora Judith Betancourt, de 66 años, habitante de Catia. “Estoy conmovida, no sólo porque me hayan dado por fallecida en el IVSS sino por la cantidad de abuelitos, más viejitos que yo, que se tienen que poner en esas gestiones y no están en condiciones de salud para eso. Yo aún me siento muy activa, pero hay gente que no puede, está sola, es muy mayor, o quizás está en cama, atravesando enfermedades crónicas”.
Para la señora Betancourt, es ridículo que la carga de la prueba de que se sigue con vida para cobrar la pensión recaiga en los afectados, cuando al parecer se trata de un error del sistema que los técnicos del Seguro Social deberían poder resolver.
En este particular, la señora Alicia Rojas aportó que piden muchos recaudos cuando lo que se necesita es que el afectado vaya con su cédula y ponga su huella dactilar a la orden: “¿Qué más fe de vida requieren? Lo demás es demasiada burocracia y desconsideración con los adultos mayores, a los que tratan como si no tienen ningún valor”.
“Y lo peor es que acaban de crear un supuesto Ministerio del Adulto Mayor. Una acción electorera, porque llegó muy cerca de las presidenciales. Ahí el Gobierno sí se acordó de los abuelos porque necesitaba sus votos, de resto siempre los maltrata, incluso dejándoles de pagar la pensión”, puntualizó.
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