Cuatro veces ha vivido en primera persona Dhameliz Díaz cómo le ponen una coraza a la libertad de prensa. La periodista sufrió el cierre de RCTV, la edición impresa de El Carabobeño, y la salida del aire de Unión Radio Noticias y, luego, Onda en Carabobo.
Para ella no ha sido fácil. “He experimentado en carne propia la tristeza de lo que significa esa tenaza de la hegemonía comunicacional aprisionando nuestra garganta. Es como que nos quita la respiración y siento que ese oxígeno que nos están quitando es el que garantiza y que le da vida a la democracia”.
Este 3 de mayo se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa tras la proclamación de la fecha por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, siguiendo la recomendación de la Conferencia General de la UNESCO.
Según establece el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se trata de un derecho fundamental: «Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión».
Libertad de prensa amenazada en ley
Pero en Venezuela, la experiencia de periodistas de diferentes regiones deja en evidencia que es un derecho reprimido y que está mucho más amenazado con el Proyecto de Ley contra el Fascismo, Neofascismo y otras Expresiones Similares.
Como una espada de Damocles que se impone a todos por cualquier cosa que se diga, incluso siendo verdad, definió la comunicadora aragüeña, Carla Carrera, este nuevo instrumento jurídico.
“Puede ser cuchillo para tu garganta porque ya ni siquiera será suficiente con tener las pruebas de lo que se dice”.
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Para Estenif Olivarez, periodista de un medio internacional, la Ley contra el Fascismo aumentará el miedo, incluso, entre los trabajadores de la prensa. Se tendrá que cuestionar qué tan peligroso es publicar o no alguna información o una opinión sobre la misma ley.
“Esto viene a completar la Ley contra el Odio que me parece que es usada a la medida del gobierno, ya que es una ley muy subjetiva, porque lo que puede ser una señal de protesta o una opinión contestataria o contraria a lo que el gobierno marque en su línea de información, nos ponen un paredón a todos”.
Aumento de la autocensura
Una gran amenaza de la libertad de prensa en el país lo representa la autocensura. Jhoalis Siveiro, periodista del estado Bolívar, relató que entre los principales retos en esa región del país tiene que ver con que al ir más allá los municipios principales, como Caroni o Angostura del Orinoco, la censura y autocensura es muchísimo mayor, debido a los ataques que vienen directamente de las autoridades gubernamentales y de los simpatizantes del oficialismo.
“Por ser pueblos, saben dónde vives y no solamente te amenazan a ti, sino que amenazan a tu familia. Esto se suma que hacia esos municipios, sobre todo hacia el sur del estado, está el pranato minero que tiene una alta incidencia en los hechos violentos de la entidad y eso hace mucho más difícil contactar a las fuentes o que se atrevan a hablar, aunque sea bajo anonimato”.
Esto ha provocado que los periodistas independientes de Bolívar evalúen una y otra vez qué se puede difundir ante la opinión pública y qué se reserva. Evitan así el riesgo de ser víctima de una amenaza o un ataque, bien sea físico o psicológico.
“Y de la Ley contra el Fascismo va a profundizar muchísimo más la autocensura porque se avalarán esos ataques que hay hacia la libertad de prensa, lo que no solo harpa que las personas eviten protestar, o dar alguna declaración sobre cómo está la situación hasta de servicios públicos en su municipio, sino que nosotros como periodistas muchas veces pensaremos si vale la pena exponerse de esa manera por ejercer nuestro trabajo”.
Periodistas venezolanos sin acceso a la información pública
La libertad de prensa no puede ser plena si no existe acceso a la información pública, y con esa premisa, el periodista carabobeño, Jorge Jiménez Flores, destacó que existe un cerco mediático impuesto desde la mayoría de las instituciones públicas, porque pertenecen al oficialismo.
“En Carabobo prácticamente nunca se puede entrevistar al gobernador. Los periodistas bajo la gestión de Rafael Lacava hemos podido conversar con él muy poco. El gobernador se comunica por las redes sociales, porque creo que él no percibe en los medios y en los periodistas un canal de comunicación”.
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Esto se replica en el resto de los funcionarios públicos en la entidad, incluso en los alcaldes, opositores o no.
“Si hay un accidente enorme en la autopista Valencia – Puerto Cabello, mi fuente directa sería Protección Civil, pero esa institución depende de que el gobernador los autorice o no a declarar. Eso, evidentemente, se convierte en un obstáculo para la libertad de prensa en Carabobo porque no hay acceso a la información pública. Es demasiado evidente y eso lo hemos vivido sobre todo en los últimos 10 – 12 años”.
A esto se suma que hay fuentes que tienen miedo de declarar sobre diversos temas, lo que también afecta la libertad de prensa. “En el ámbito privado se ha comportado de otra manera y es más por autocensura que por un cerco mediático, y lo hacen por temor”.
El efecto de la falta de datos oficiales
La falta de fuentes y de informaciones oficiales es uno de los grandes retos de la libertad de prensa, de acuerdo con la periodista Irene Mejías, quien valora los datos que proporcionan diferentes organizaciones, pero que no son suficientes como para cotejar con lo que realmente pasa en el país como, por ejemplo, la información necesaria de los boletines epidemiológicos en condiciones de vida que no se publican.
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En Caracas, la zona donde Mejías ejerce el periodismo, se agregan otras dificultades como el complicado acceso a ciertas zonas por el riesgo que representan los colectivos armados de grupos irregulares.
Esteninf Olivarez, corresponsal internacional desde la capital del país, expresó que para ella es imposible lograr muchas veces las dos versiones de una historia. “No tengo ningún tipo de acceso a fuente oficial”.
La periodista resaltó el riesgo del daño o robo de los equipos de trabajo en plena cobertura periodística, como sucedió en reiteradas oportunidades durante las protestas de 2014 y 2017 y, más recientemente, el 1 de mayo de este año.
Libertad de prensa coartada por varios flancos
Son diversos los motivos que atentan contra la libertad de prensa, según expuso el periodista Ronny Rodríguez Rosas, desde el estado Monagas.
En esa región, uno de los principales retos es lograr que haya un periodismo independiente que no esté ligado a los intereses políticos de los gobernantes de turno. “Eso pasa porque los dueños de esos medios entiendan el papel que juegan en la defensa de la democracia y no solo como un espacio de prebenda para los políticos o sus intereses económicos”.
El cierre de emisoras de radio, como en otros estados del país, han dejado en Monagas un vacío informativo importante. “Por miedo, ya la gente ni siquiera llama a los espacios radiales que quedan para quejarse o emitir opiniones”.
Rodríguez Rosas resaltó que los medios necesitan ser autosustentables financieramente y, en un contexto de una economía precaria, no lo pueden lograr, “y sin ello no hay buenos sueldos a los trabajadores, ni inversión en equipos, mientras hay más presiones desde el poder para estar al servicio de los intereses políticos y no de la gente”.
Menos espacios para la libertad de prensa
El espacio de la libertad de prensa y, en general, de la voz de disidentes que promueven los derechos humanos se estrecha cada vez más con el paso del tiempo en Venezuela. Así lo expresó el periodista del estado Yaracuy, Ricardo Tarazona.
El cierre de medios de comunicación por diferentes circunstancias ha sido determinante. “La mayoría de los medios de tradicionales en el país se han extinguido y, nuestro estado Yaracuy, no es la excepción con menos espacios de expresión y municipios que permanecen en completa orfandad informativa, con emisoras que perdieron el norte y dejaron a un lado su papel de informar para dedicarse al entretenimiento o al deporte, con periodistas que han decidido callar antes de herir la susceptibilidad del gobierno de turno”.
Aseguró que esta situación se profundizará de aplicarse la Ley contra el Fascismo que definió como un nuevo instrumento para censurar y castigar a la disidencia.
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