Votos muertos cadena Whatsapp falso

En claves:

  • Luego del simulacro electoral del 30 de junio de 2024 circuló una cadena de WhatsApp de una supuesta denuncia de usurpación de identidad de un elector para generar un voto doble: el de esa persona y de una fallecida
  • Las captahuellas del simulacro no tenían registradas las huellas de los más de 21 millones de electores que participarán en los comicios presidenciales
  • Para usurpar la identidad de una persona fallecida es necesario quebrar la herradura electoral y tener una cadena de complicidad, que incluiría testigos de los diferentes partidos políticos
  • Si la captahuella no registra a un elector, por no tener miembros superiores, huellas dactilares de baja calidad u otro caso, se debe pedir una clave especial al CNE. Para volver a pedirla, deben votar 8 electores con huellas claramente identificadas

A La Tía de WhatsApp, a quien le puedes escribir dando clic acá, le llegó el rumor de que, en el simulacro electoral del 30 de junio de 2024, usaron la huella dactilar de un elector para ejercer un doble voto: tanto de esa persona como de una fallecida. Aunque esta creencia es parte del panorama electoral venezolano desde hace años, te explicamos por qué esto es falso y de qué manera puede suceder la usurpación de identidad de un fallecido al momento de ejercer el voto.

La desinformación corrió a través de WhatsApp, contando la supuesta experiencia de un elector anónimo, cuyos datos del centro de votación tampoco se revelan en el texto de cuatro párrafos titulado “¿Cómo el muerto ejerce su voto?”. En resumen, la cadena explica que, entre el miembro de mesa, encargado de solicitar la cédula de identidad laminada y ubicar sus datos en el cuaderno de votación, y el operador, quien monitorea la captación de la huella dactilar, le distrajeron para ingresar datos de una persona fallecida, y así registrar “el voto muerto y el voto activo”.

Función del simulacro electoral

Para entender si esto es posible, se consultó al director de Votoscopio y periodista político, Eugenio Martínez, quien aclaró que, el caso difundido en la cadena de WhatsApp puede ocurrir, porque en el simulacro electoral “las máquinas captahuellas funcionan en modo DEMO, no tienen almacenadas las huellas de los 21 millones de lectores que están habilitados para votar, eso es técnicamente imposible”.

Es decir; el día del simulacro la identificación biométrica “está en modo demostración (…), simplemente para mostrar cómo debe ser el proceso de registro de huellas, pero ahí no se está haciendo una comparación biométrica de las huellas”, aclara Martínez.

Se debe tomar en cuenta que para el simulacro electoral se habilitaron solo 1.174 centros de votación con 3.006 mesas electorales, de los 5.797 centros de votación y las 30.026 mesas habilitadas para las elecciones presidenciales del 28 de julio, lo que valida que las mesas usadas para el simulacro no tengan registrada las huellas de los electores, porque además, “las personas inscritas en el Registro Electoral podrán participar en cualquier colegio habilitado”.

Sin embargo, Martínez explica que el día del simulacro, las máquinas no son para probar la plataforma biométrica, sino “para que la gente se familiarice con la pantalla de la máquina y con los instrumentos de votación”. Mientras que, el día de la elección, “el dispositivo biométrico tiene almacenada las huellas de los electores que votan en la mesa donde está desplegada esa máquina”.

Asimismo, Martínez explica que el día de la elección, la máquina tiene la posibilidad de dar cinco respuestas a la verificación biométrica: match cuando las huellas coinciden y no match en casos como que las huellas no coinciden; que el elector no tiene las huellas registradas en el sistema; que las huellas registradas tienen muy mala calidad para analizarse o que el elector no tiene miembros superiores, es decir, no tiene manos. 

¿Se puede usurpar la identidad?

Ante la duda de si es posible usurpar la identidad de una persona fallecida usando el no match, el equipo de Cocuyo Chequea entrevistó a Griselda Colina, fundadora del Observatorio Global de Comunicación y Democracia y ex rectora suplente del Consejo Nacional Electoral (CNE), quien nos explicó que “el Sistema De Autenticación Integrado [SAI] está diseñado para captar y reconocer (o no) la huella del elector”, ya sea de alguno de los dedos pulgares o índices. 

“En caso de que una persona quiera usurpar la identidad de otra, la captahuella indica que no hubo coincidencia con la huella registrada (no match)”, y agrega que “el sistema está programado para que luego de dos no match seguidos, la máquina se bloquee”. Si eso ocurre y se evidencia que el elector aparece en el cuaderno de votación, Colina explica que “el presidente de mesa debe pedir a la sede central del CNE una clave para desbloquearlo . Todo esto queda registrado”.

Se debe quebrar la herradura electoral

Eugenio Martínez comenta que, para el simulacro electoral, se habilitaron tanto “centros pilotos que tienen todas las estructuras de la herradura electoral como centros que no son pilotos, “donde hay una versión reducida de la estación de votación y de la herradura electoral”. Por tanto, la cadena de WhatsApp que circula sobre el simulacro del 30 de junio de 2024, “relata uno de los episodios que pueden ocurrir en el simulacro, que no tienen que ver con el funcionamiento del sistema, en el sentido estricto, para el día de la elección”.

Martínez también aclara que, aunque “es posible usurpar la identidad de 1 persona, no es posible hacerlo sistemáticamente (…), ya que puedes necesitar toda una cadena de complicidad que facilite ese proceso”, lo que significa romper la herradura electoral, que son los pasos establecidos por el CNE como protocolo para garantizar el derecho al voto, la cual incluye cuatro estaciones por las que debe pasar cada votante.

“Tal como está configurado [el sistema], no puede evitar la usurpación de identidad, el sistema lo que evita es la usurpación sistemática o masiva de identidad. Vamos a suponer que en una mesa alguien vota por un posible fallecido, el presidente de mesa desbloquea la máquina con su clave especial [emitida por el CNE] que permita seguir trabajando el proceso”. 

Al respecto, Griselda Colina explica que en caso de que la huella de alguna persona arroje no match “puede igual votar, porque se privilegia el derecho al voto, por encima de no hacer match”, al comprobar la identidad de la persona con la cédula original laminada y los datos registrados en la mesa electoral. Sin embargo, es imprescindible que luego de hacer no match y se desbloquee la máquina con el código único emitido por el CNE (luego de haber facilitado los datos personales del votante a la sede central), haya mínimo 8 electores que hagan match para que la máquina no se siga bloqueando.

“Ese mito que hay de que llegan 8, 10, 15 personas que no hacen match, que usurpan la identidad y pueden votar, es mentira, es completamente falso”, expresa la ex rectora suplente del CNE, Griselda Colina.

Por ello, Martínez explica que la advertencia que hace la cadena de WhatsApp, sobre no colocar el pulgar en la captahuella hasta que la operadora introduce tu número de cédula en la máquina y entonces verificar que aparezcan tus datos, no tiene sentido, puesto que “quien escribió la cadena, no tiene la precisión de cómo funciona el sistema el día de la elección”.

Captura de herradura electoral del Manual de Mesa Electoral del CNE 2024

Además, Colina afirma que “el sistema de votación automatizado cumple con garantías que permiten asegurar el proceso de votación desde la identificación de los electores hasta la emisión del voto, el escrutinio y la totalización. Esto queda registrado en las auditorías, que son más de 16, que se hacen a lo largo del proceso y donde participan representantes de los partidos políticos y también grupos de observación por vía remota”.

Desinformación zombi

“La usurpación de identidad es uno de los temas recurrentes en cada proceso electoral”, comenta Colina. A partir del año 2010 han aumentado las desinformaciones referentes a votos emitidos por personas fallecidas, como la mal información publicada por el diario El Universal, citada por el medio ecuatoriano El Comercio, al asegurar que “en las elecciones parlamentarias de 2010, las presidenciales del 7 de octubre y los comicios regionales celebrados en Venezuela el 16 de diciembre de 2012 también ‘votaron’ muertos”, según una investigación del periodista consultado para esta verificación, Eugenio Martínez.

El artículo expresa que Martínez “cifró en unos 210.000 “los difuntos que sufragan””. Sin embargo, al consultar al propio autor de la investigación, Martínez aclara que: “Esto es un error. Lo que escribí en ese trabajo es que existían (para esa fecha) 210.000 electores fallecidos que aún estaban como electores activos, no que ese número había votado. Lo que se dijo en ese trabajo es que en las pocas mesas del 100% de participación, se encontraban unos pocos electores fallecidos, según los datos del Registro Civil”.

Asimismo, se difundió el rumor, que también aparece en el artículo de El Comercio, de que en las elecciones presidenciales de abril del 2013, en las cuales resultó ganador Nicolás Maduro con 50,66% frente al 49,1%, exactamente 1,56% de diferencia, “la coalición de los antichavistas detalló que hubo alrededor de 300.000 votos emitidos bajo el nombre de personas fallecidas. Esa cifra significó el 1,5% del padrón electoral de la época”.

Sin pruebas de fraude

En consonancia, una columna del periodista Andrés Oppenheimer, denuncia que “después de las elecciones del 2013, la coalición de la oposición informó que hubo cerca de 300.000 votos emitidos bajo el nombre de personas fallecidas. Eso representó el 1.5 por ciento del padrón electoral”. Sin embargo, aclara que “el informe del Centro Carter llegó a la conclusión de que a pesar de la supuesta ausencia de fraude masivo en el registro electoral, la OEA, la Unión Europea y el Centro Carter “han recomendado, desde hace tiempo, una amplia auditoría de la lista de votantes””.

Ante dicha irregularidad, un artículo del diario El Mundo evidencia que, para las elecciones municipales del año 2013, la oposición presentó una lista con los datos de 180.125 fallecidos activos en el Registro Electoral del CNE, para depurarlos del registro por estar “autorizadas a votar pese a haber muerto”. 

No obstante, al hacer una búsqueda con palabras claves (votos + personas fallecidas), en las páginas webs de oenegés dedicadas a monitorear los procesos electorales en Venezuela como el Observatorio Global de Comunicación y Democracia, el Observatorio Electoral Venezolano y la organización civil Súmate, no se encontraron artículos oficiales que evidencian masivamente la usurpación de identidad de personas fallecidas en procesos electoral del país. 

Al contrario, Martínez expresa que, en los comicios regionales del año 2021, “de 30.000 máquinas que había, solamente se pidieron 170 claves adicionales para desbloquear” las máquinas que no compatibilizaban los datos biométricos de los electores. 

A tomar en cuenta

Para tener la certeza de que la identificación de un familiar fallecido no sea usada para usurpar su identidad en un proceso electoral, Colina expresa que “es importante saber que si una persona conoce que un familiar fallecido sigue en el Registro Electoral, debe hacer el reporte al CNE, directamente con el acta de defunción, y verificar que en el próximo corte del registro hayan excluido a esta persona fallecida”. 

Por ello, desde Cocuyo Chequea instamos consultar el número de cédula de un familiar fallecido en el Registro Electoral, para asegurarse que su estatus presente una objeción por fallecido, y en caso de que se mantengan como electores activos, realizar el trámite con la Planilla de Reclamo y Registro de Fallecidos.

Conclusión

La posibilidad de usurpar la identidad de una persona fallecida para votar es un tema que ha generado preocupación en la sociedad venezolana desde las elecciones del año 2010, particularmente en contextos electorales como el simulacro del 30 de junio de 2024.

Sin embargo, como se explicó al aplicar nuestro método de verificación, el sistema electoral venezolano está diseñado con mecanismos de seguridad, como la verificación biométrica, bloqueo de máquinas electorales, requerimiento de claves especiales para desbloquearlas y auditorías periódicas, que dificultan la usurpación sistemática de identidades. No obstante, esto no garantiza que no ocurran excepciones de usurpar la identidad de algunas personas fallecidas, pero se requiere la complicidad de los miembros de la herradura electoral, que está constituida por testigos de los distintos partidos que participan en el proceso.

Aunque puede ser fácil creer que un elector está inscrito múltiples veces en el Registro Electoral, cuando en realidad corresponde a personas homónimas (sus dos nombres y apellidos son iguales), o que el CNE adelantó resultados del simulacro electoral, siendo falso, te invitamos a consultarle a la Tía de WhatsApp al respecto. Así, sus sobrinos humanos podemos ayudarte a chequear información electoral para evitar que tú y otras personas crean y repliquen desinformaciones. 

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