¿Es viable un gobierno de coalición como lo plantean Lula y Petro? Analistas políticos responden que no
Lula y Petro han apelado al éxito de experiencias internas para proponer un gobierno de coalición en Venezuela. Foto: EFE

Basados en experiencias internas, los presidentes de Brasil y Colombia ponen sobre la mesa lo que consideran pueden ser alternativas para el conflicto político venezolano, profundizado a raíz de las elecciones presidenciales del 28 de julio. Una de ellas es la repetición de los comicios, la otra es un gobierno de coalición hasta enero de 2025, cuando debe asumir el jefe de Estado electo.

¿De qué se trata un gobierno de coalición? ¿Es viable en la actual coyuntura venezolana? Analistas políticos consultados por Efecto Cocuyo responden de entrada que no porque implicaría un reconocimiento de los resultados electorales que no está a la vista por los momentos, el cese de la represión de la que se sostiene el poder político y porque lo que correspondería sería un gobierno de transición que es un concepto diferente.

¿Qué es un gobierno de coalición?

“De Nicolás Maduro depende una solución política para Venezuela que lleve paz y prosperidad a su pueblo. La experiencia del Frente Nacional colombiano es una experiencia que usada transitoriamente puede ayudar a la solución definitiva”, señaló el mandatario colombiano, Gustavo Petro, este 15 de agosto.

El Frente Nacional al que se refiere Petro fue un pacto político entre los partidos Liberal y Conservador de Colombia, cuyo objetivo fue sacar del poder al general Gustavo Rojas Pinilla, quien luego de un golpe de Estado en 1953 pretendía perpetuarse en el mando. Dicho acuerdo estuvo vigente entre los años 1958 y 1974.

Mientras que Lula apela a la experiencia de su propio gobierno que comenzó con un intento de golpe de Estado, en el que ha integrado a diversas fuerzas políticas para garantizar la gobernabilidad.

El doctor en Ciencia Política, Daniel Varnagy, señala que una coalición generalmente se da durante el ejercicio regular de un período de gobierno y en sistemas parlamentarios, en los que varios partidos políticos con más puntos comunes que con diferencias, integran puntos de vista y generan una coalición para por ejemplo impulsar una ley, porque una sola organización política no tiene la suficiente fuerza.

“Una transición que es el concepto que cabe se da con un cambio de gobierno y de sistema del A al B, en el que se establecen equipos de trabajo entre quien entregará el poder y quien lo va a recibir para establecer garantías en lo político y administrativo”, apuntó el profesor titular de la Universidad Simón Bolívar.

Para Varnagy, de momento, la transición no parece posible en Venezuela por la reelección que pretende imponer el gobierno de Nicolás Maduro, que no da muestras de querer reconocer que perdió los comicios presidenciales del 28 de julio.

Mientras el Poder Electoral sigue sin publicar las actas de votación mesa por mesa y el Poder Judicial dice realizar un “peritaje” del material electoral sin garantías de transparencia, la oposición publicó en una plataforma 83% de las actas obtenidas por testigos electorales que dan cuenta que Edmundo González derrotó a Maduro con 67% de la votación frente a 30%.

Machado ha ratificado que no aceptará una negociación que no conduzca a una transición Credit: EFE

Pacto político difícil

Para el politólogo Christian Rivas, un gobierno de coalición como el que plantea la mediación internacional, esta vez con gobiernos aliados del venezolano, tendría que nacer de un pacto político que no avizora entre la líder la oposición, María Corina Machado, el partido de gobierno Psuv y especialmente representantes del poder político como Diosdado Cabello.

Machado ha dicho que la única negociación con Miraflores que aceptará es para una transición política ordenada y en paz, puesto que no está dispuesta a ceder la soberanía popular que el 28 de julio se expresó en las urnas y decidió que Maduro ya no debe ser presidente. Ha dejado claro que tampoco aceptará repetición de las elecciones, propuesta con la que no parece tampoco comulgar el actual gobernante.

Rivas sostuvo que, al no contar con los votos, el gobierno madurista ha decidido mantenerse en el poder apoyado en la cúpula militar y apelando a la represión para callar las voces que se opongan abiertamente, situación que advierte será ratificada por el Poder Judicial cuando, afirmó, falle a favor de la reelección de Maduro, sin mostrar los verdaderos resultados de la votación.  

“Una coalición sólo sería posible a mi modo de ver con el chavismo que no apoya a Maduro, figuras como Juan Barreto, Andrés Izarra, Héctor Navarro, que contribuiría a generar tranquilidad en el chavismo descontento que tampoco acompaña a la oposición, más la integración de la Fuerza Armada, pero Maduro domina a la cúpula”, apuntó.

Para ambos analistas es difícil que las propuestas puestas sobre la mesa por la mediación que protagonizan Lula y Petro se cristalicen, pese a la afinidad ideológica con Maduro que sigue una lógica distinta a la de los países democráticos para mantenerse en Miraflores.

“Maduro apunta a quedarse en el poder con serias consecuencias para la economía y el tema migratorio, sólo que esta vez no será sostenible por la gravedad de lo ocurrido con las elecciones, la manera tan descarada con la que se desconoce la voluntad popular. La ciudadanía consciente de que votó y ganó para un cambio sigue atenta a la ruta que marque María Corina Machado mientras la izquierda de otros países ya está diciendo con sus declaraciones que Maduro huele mal y no lo quieren cerca”, añadió Rivas.

Lula Da Silva afirmó este viernes que Venezuela «vive un régimen muy desagradable, con una tendencia autoritaria» y admitió que sus ideas no han gustado a los factores políticos venezolanos tanto de gobierno como de oposición.