A dos meses de las elecciones presidenciales en Venezuela, los mandatarios de Brasil, Colombia y México siguen sin reconocer los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE) que dieron como vencedor a Nicolás Maduro. Pero, ni Luiz Inácio Lula Da Silva ni Gustavo Petro y mucho menos Andrés López Obrador reconocen a Edmundo González Urrutia.
Sin embargo, los tres gobiernos han coincidido en que el (CNE) debe presentar las actas electorales pormenorizadas para ellos dar un veredicto.
“Brasil quisiera estar con sus grandes socios, como lo son Colombia y México, en un tema que es tan delicado para la región”, indicó la secretaria para América Latina y el Caribe de la cancillería brasileña, Gisela Padovan, en declaraciones a la prensa.
Sin acuerdos tras hablar con Sheinbaum
Los tres gobiernos planeaban una nueva reunión para hablar sobre Venezuela, que se realizaría este lunes 30 de septiembre, un día antes de la toma de posesión de Claudia Sheinbaum como la primera mujer al frente de la Presidencia de México.
¿Qué significa para el Gobierno de Maduro que todavía sus vecinos y aliados ideológicos más cercanos no lo reconozcan?
El presidente Gustavo Petro ha puesto el balón en la cancha de Nicolás Maduro. Al mandatario venezolano ahora le toca enfrentar dos elementos en contra: el creciente descontento en la región y el poco tiempo que tiene de aquí al 10 de enero, cuando están previstos los actos de posesión en Caracas.
En el programa La Noche de NTN24, el diputado de Brasil con la mayor votación en la historia de su país, Eduardo Bolsonaro, afirmó que “en la realidad, lo que están haciendo es dar más tiempo para Maduro e intentar bajar la presión de las personas que están en las calles”.
Y es que, a pesar de las críticas y las acusaciones de falta de compromiso del régimen venezolano con los principios democráticos, líderes como Lula y Petro han sido reticentes a condenar abiertamente a Maduro.
«Lula no habló nada de Venezuela en la apertura de la Asamblea Nacional en las Naciones Unidas, porque para él está todo normal», resaltó Bolsonaro.
Y agregó: “Petro está más cercano a Nicolás Maduro que cualquier otro demócrata”, sugiriendo un posible endurecimiento de las políticas en Colombia que emulen las del régimen venezolano.
El diputado brasileño subrayó que la oposición venezolana, encabezada por figuras como María Corina Machado y Edmundo González, presidente electo en el exilio, enfrenta desafíos significativos. “Maduro solo va a salir a través de la fuerza”, comentó.
Un desafío
El politólogo Luis Schenoni, director del Programa de Estudios de Seguridad de University College London, indicó a CNN que en la tradición diplomática Brasil “siempre tuvo una posición mediadora en conflictos territoriales o sucesiones o cambios de régimen”, con los objetivos de consolidarse como un agente de resolución de controversia y aportar estabilidad.
En ese rol, el Gobierno de Lula asumió en los últimos días la custodia de las embajadas en Caracas de Argentina y Perú, cuyos diplomáticos fueron expulsados por el gobierno de Maduro después de que los dos países reconocieron a Edmundo González Urrutia como ganador de las presidenciales.
Schenoni apuntó que “sin Lula, estas alianzas con (Andrés) López Obrador y (Gustavo) Petro serían más difíciles de coordinar. Además (Lula) tiene más llegada a Maduro y a potenciales aliados, como Rusia o China”, dos países que han reconocido el resultado del CNE y que también son socios de Brasil en el bloque BRICS.
También, el politólogo afirma que es una posición “muy incómoda” para el mandatario brasileño. No solo por la cercanía que mostró en el pasado con el chavismo y por los distintos escenarios internos en Venezuela, también por la complejidad del tema a nivel regional.
Entre los distintos escenarios de conflicto en Venezuela, Schenoni menciona algunos como un recrudecimiento del éxodo migratorio ante un agravamiento de la situación humanitaria (que inevitablemente afectaría a Brasil, que ya cuenta con más de 500.000 venezolanos en su territorio, según Acnur) y otras posibilidades sombrías como una guerra civil o un conflicto militar por el Esequibo en Guyana, una zona en disputa.
Oxígeno para Maduro
En el marco Cumbre Concordia 2024 en Nueva York, el expresidente de Colombia Iván Duque habló con NTN24 sobre la situación que se vive en Venezuela.
“Después del triunfo incuestionable de Edmundo González no podemos darnos el lujo de que Nicolás Maduro se salga con la suya porque si lo hace el resto de las democracias de América Latina van a estar en riesgo”, dijo.
Asimismo, aseguró que hay muchos países que se han prestado para autodenominarse mediadores y lo que han hecho “es darle todo el oxígeno a Maduro”.
“Colombia, México y Brasil han jugado a darle oxígeno a Maduro, ellos están jugando a que Maduro se quede. Aquí lo único que hay para negociar son los términos de la salida de Nicolás Maduro. A las buenas o a las malas tiene que salir la dictadura”, recalcó.
México se apartará, dice Petro
El viernes 27 de septiembre, la entonces Secretaria de Relaciones Exteriores de México, Alicia Bárcena, dijo que su país no iba a inmiscuirse más en el caso venezolano, con lo que rebajó así la exigencia que desde agosto había hecho López Obrador.
Este 1 de octubre, tras hablar con Sheinbaum, el presidente colombiano Gustavo Petro, dijo en declaraciones a la prensa que México dejaría de ser mediador junto con Brasil por la crisis venezolana.
«México va a mantener su postura de no intervención en ningún asunto. Entonces los veo más en la posición de apartarse de la discusión», le dijo el colombiano a los periodistas que lo entrevistaron en Ciudad de México.
Sin embargo, el canciller colombiano Luis Gilberto Murillo reiteró este martes la posición de ese país de no reconocer los resultados oficiales de las elecciones presidenciales uqe dieron ganador a Nicolás maduro.
«El presidente (colombiano, Gustavo) Petro ha sido muy claro: no vamos a reconocer los resultados hasta tanto se disipen esas dudas, lo cual no se ha hecho y ha debido hacerse de acuerdo al sistema legal venezolano el pasado 28 de agosto», expresó Murillo durante un debate de control político en el Senado sobre la postura del ejecutivo frente a las elecciones venezolanas, en declaraciones que recogió la agencia española Efe.
La respuesta de Caracas fue la de cuestionar a Murillo al decir que «no tenía moral» para hablar de Venezuela.