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Tareck El Aissami ha salido del grupo
Quien fuera uno de los hombres fuertes del chavismo por más de 20 años anunció su renuncia al Ministerio de Petróleo, luego de que dos colaboradores cercanos fuesen detenidos en el marco de una investigación por graves hechos de corrupción administrativa y malversación de fondos
Joselit Ramírez Camacho, exjefe de la Superintendencia Nacional de Criptoactivos y Actividades Conexas (Sunacrip), exjefe del despacho El Aissami  cuando fue gobernador y considerado su «mano derecha» es uno de los detenidos. El otro es Hugbel Roa, diputado a la AN oficialista, exministro y cercano a El Aissami desde sus tiempos como dirigente estudiantil  

 

El ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, renunció este lunes 20 de marzo a su cargo tras recientes investigaciones por presuntos hechos de corrupción en Petróleos de Venezuela (Pdvsa).

«En virtud de las investigaciones que se han iniciado sobre graves hechos de corrupción en Pdvsa he tomado la decisión de presentar mi renuncia como Ministro de Petróleo, con el propósito de apoyar, acompañar y respaldar totalmente este proceso», indicó el funcionario a través de Twitter.

 

En otro trino, El Aissami se puso a disposición de la dirección del Psuv  para apoyar la «cruzada» que, según comentó, inició el gobernante Nicolás Maduro «contra los antivalores que estamos obligados a combatir, hasta con nuestras vidas».

La Policía Nacional Anticorrupción,  creada en 2014 vía habilitante por Nicolás Maduro, informó el pasado 17 de marzo que le solicitó al Ministerio Público el encauzamiento de individuos vinculados al poder judicial, industria petrolera y alcaldías municipales. 

A través de un comunicado, el organismo señaló que «una serie de individuos podrían estar incursos en graves hechos de corrupción administrativa y malversación de fondos», sin especificar nombres ni cargos. 

Entre los detenidos en el marco de estas investigaciones resaltan figuras muy cercanas a El Aissami durante su trayectoria como funcionario oficialista, e incluso, desde su época de dirigente estudiantil.

El merideño de padres sirios, que se define en su cuenta en Twitter como «radicalmente chavista», se ha paseado por una serie de cargos para trascender en poco más de una década de dirigente estudiantil de izquierda a hombre fuerte del chavismo.

El Aissami fue el primer jefe de la Misión Identidad que se inventó el fallecido Hugo Chávez para cedular a venezolanos de regiones apartadas.

En 2005, obtuvo un curul como parlamentario en Mérida y dos años más tarde dejó ese cargo para iniciar labores como viceministro de Prevención y Seguridad Ciudadana.

Un año después, en septiembre de 2008, fue designado ministro de Interior y Justicia, cartera que ocupó hasta el año 2012. Indica el sitio web Insight Crime que las modificaciones que adelantó en el sistema penitenciario propiciaron la aparición de los pranes en las cárceles venezolanas. 

En 2012, El Aissami se convirtió en gobernador de Aragua, pero su máxima cuota de poder llegó en enero de 2017, cuando Nicolás Maduro lo ascendió a vicepresidente ejecutivo de la República.

Maduro además le delegó 14 funciones importantes del manejo del  Estado como el control de presupuestos y la creación de entidades gubernamentales, un gesto que algunos interpretaron que podía significar la «unción» como figura de relevo de Maduro. 

En junio de 2018, el gobernante venezolano lo designó titular del recién creado Ministerio de Industrias y Producción Nacional y lo mandó a ocuparse de la vicepresidencia sectorial de economía.

En 2020, en los albores de la pandemia, Maduro le encomendó ponerse al frente del Ministerio del Petróleo, cargo que mantuvo hasta el 20 de marzo de 2023. 

 

Emparentados por sanciones y acusaciones

El primer funcionario detenido en las recientes investigaciones por corrupción fue Joselit Ramírez Camacho, exjefe de la Superintendencia Nacional de Criptoactivos y Actividades Conexas (Sunacrip), quien ocupó ese cargo desde el 19 de junio de 2018.

Ramírez Camacho, oriundo del estado Mérida al igual que El Aissami, fue director del despacho de este en la gobernación de Aragua en 2012.

El diario oficialista Últimas Noticias reveló que Ramírez Camacho habría participado desde la Sunacrip en un esquema para «para impedir el ingreso al Ejecutivo Nacional de las divisas obtenidas por venta de petróleo».

Un experto petrolero consultado por el medio explicó que entre octubre y noviembre de 2022, Venezuela vendió cerca de 120 millones de barriles de crudo por un monto de más de $3.000 millones.

Para supuestamente evadir las intenciones de EEUU de «torpedear dichas operaciones», se recurrió al mecanismo de las criptomonedas. La Sunacrip era el ente que debía concretar las transacciones y hacer que el dinero bajara al gobierno.  Pero, según la versión que publica Últimas Noticias, en una revisión en diciembre, el Ejecutivo Nacional no encontró ese dinero en sus cuentas. 

Sobre la «mano derecha» de El Aissami, como es calificado Ramírez Camacho, pesa una acusación de  EEUU que data de 2020 por su presunta vinculación con el  “crimen organizado transnacional” y por «lavar dinero obtenido ilícitamente”.

EEUU ofreció entonces una recompensa de  $5 millones por por información que llevara a su arresto. Lo señalaron de tener «profundos lazos políticos, sociales y económicos con múltiples supuestos capos del narcotráfico, incluyendo a Tareck El Aissami”.

El Aissami

 

EEUU ratificó con su acusación lo que se empezó a conocer desde 2010: los supuestos vínculos de El Aissami con el crimen organizado.

El narcotraficante venezolano Walid Makled aseguró entonces que un hermano de El Aissami facilitaba sus negocios ilegales, y que El Aissami, como ministro de Interior y Justicia, estaba al tanto de estos procedimientos y colaboraba con ellos. 

En 2017, la Oficina de Controles de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos sancionó a El Aissami por «desempeñar un papel importante en el tráfico de sustancias ilícitas».

El documento de la OFAC afirmaba que, como vicepresidente, El Aissami “facilitó, coordinó y protegió” al narcotráfico en Venezuela. Lo acusaban de hacer negocios directos con el narcotraficante venezolano Walid Makled y de coordinar envíos de droga hacia México y Estados Unidos para el cartel mexicano Los Zetas.

En julio de 2019, el gobierno de Estados Unidos inició la búsqueda de El Aissami por el delito de narcotráfico internacional, tras acusarlo de facilitar el envío de narcóticos desde Venezuela a través de aviones que partieron de Venezuela, así como también de supervisar las rutas de la droga a través de los puertos.

En abril de 2020, cuando El Aissami fue designado ministro de Petróleo, un funcionario del gobierno de Biden destacó que el entonces nuevo funcionario petrolero de Venezuela era «sancionado, acusado y buscado por tráfico de drogas» y que no auguraban que tuviese un exitoso desempeño como ministro petrolero. 

«Con estas calificaciones, será más de la misma mala gestión y corrupción cuando los venezolanos más necesitan que el sector petrolero funcione», escribía Brian A. Nichols,  subsecretario de asuntos del hemisferio occidental del Departamento de Estado.

 

Graduado en chavismo junto a Roa

El Aissami siempre estuvo vinculado con movimientos políticos de izquierda, desde que estudió Derecho y Criminología en la Universidad de Los Andes (ULA).

Y desde esos años mozos conocía a Hugbel Roa,  politólogo y abogado egresado de esa misma casa de estudios en donde fundó el Movimiento Utopía 78. Este grupo llegó a presidir la Federación de Centros Universitarios bajo el liderazgo justamente de El Aissami.

 

Roa es otro de los recientemente detenidos por actos ilícitos en Pdvsa. El diputado a la AN oficialista escogida en 2020 también se desempeñó como ministro de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología y suma otros escándalos en su haber, como lanzar un micrófono a un diputado opositor en plena sesión de la AN en octubre de 2016.

Roa llegó al ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología en el mismo momento en el que El Aissami fue nombrado vicepresidente,  ambos por designación de Maduro en enero de 2017.

No son pocas las veces que Roa ha posado junto a El Aissami. Las gráficas no solo datan de sus años como compañeros universitarios y dirigentes estudiantiles. El Aissami y Roa participaron juntos en actos clave como funcionarios del chavismo. Una de esas fotografías es de febrero de 2018 cuando ambos, junto a Maduro, anunciaban el nacimiento del Petro.

 

El Aissami Roa Maduro

En diciembre de 2021, las informaciones sobre una posible gravedad de El Aissami fueron difundidos por la agencia Reuters.

La «fe de vida» del exministro de Petróleo fue nada más y nada menos que el extracto de una partida de baloncesto junto a Roa.

«Aquí estamos, plenos de salud, con esta fuerza renovada para seguir llevando adelante el sueño de nuestro Libertador Simón Bolívar, la causa de nuestro comandante Hugo Chávez”, expresaba El Aissami en su aclaratoria. 

El Aissami grupos terroristas y megabandas

El padre y el tío de El Aissami fueron funcionarios del  partido del fallecido expresidente Haffez Al-Assad, padre del dictador sirio Bachar Al Assad.

Sus detractores denuncian que se valió de esta red política para poner a Venezuela el centro de un eje de relaciones y para beneficiar a grupos terroristas. 

En 2014, Robert Morgenthau,  fiscal de distrito de Nueva York, dijo que el político chavista había proporcionado pasaportes venezolanos a organizaciones terroristas como Hamas y Hezbollah.

El sitio web IranWire aseguró en publicación de abril de 2021 que se ha vinculado a la organización Hezbollah a través de su relación con Ghazi Nasr al Din, un exmiembro del personal de la Embajada de Venezuela en Damasco, y su hermano Ghasan.

«Ambos fueron responsables de reclutar árabes venezolanos para enviarlos al Líbano para recibir entrenamiento de Hezbollah», afirma el texto.

 

Se precisa que Ghazi Nasr al Din está en la lista de más buscados de la Oficina Federal de Investigaciones de los Estados Unidos (FBI) y que ese mismo organismo lo señala como colaborador de Tareck El Aissami en el «tráfico de drogas en Venezuela».

En abril de 2017, el coronel Vladimir Medrano Rengifo, exdirector general de la Oficina de Identificación, Migración y Extranjería de Venezuela, reveló a El Nuevo Herald que, en una supuesta operación encabezada por el entonces vicepresidente El Aissami, el gobierno de Venezuela otorgó de manera ilegal 10 mil pasaportes a ciudadanos de Siria e Irán.

Medrano Rengifo sugirió que este número podía ser mucho mayor y que El Aissami lo forzó a salir de su cargo por intentar detener este flujo de ciudadanos al Medio Oriente con documentación venezolana. 

Por su parte, CNN afirmó haber tenido acceso a un reporte confidencial de inteligencia regional en 2013, en donde constaba que  173 individuos del Medio Oriente obtuvieron pasaportes y documentos venezolanos de 2008 a 2012. En el grupo, aseguraban, había vinculados a la organización terrorista Hezbollah.

«Según el informe, el hombre que ordenó la emisión de los pasaportes es Tareck El Aissami, un político venezolano que fue nombrado vicepresidente de la república en enero de -ese-año (…) El Assaimi  se encargó cedular, otorgar visas y nacionalizar a ciudadanos naturales de distintos países con particular interés en sirios, libaneses, jordanos, iraníes e iraquíes”, se lee en el texto del canal informativo. 

Investigación sobre pasaportes venezolanos que CNN transmitirá involucra a Tareck El Aissami

Entretanto, en 2014, el  Centro para una Sociedad Libre y Segura, organización con sede en Washington, se refirió en un informe a la entrega de pasaportes venezolanos a ciudadanos iraníes. El documento identificaba a El Aissami como el líder de dicha operación y a miembros de Hezbolá y la Guardia Revolucionaria como beneficiarios.

“A lo largo de los años, Tareck El Aissami ha desarrollado una red financiera sofisticada y de múltiples capas que funciona como un conducto criminal-terrorista para traer militantes islámicos a Venezuela y países vecinos, así como enviar fondos ilícitos de América Latina al Medio Oriente”, precisaba el informe.

Hugo Carvajal, exjefe de inteligencia del chavismo, también llegó a contar que llegó a viajar a Siria con El Aissami y que allá se reunieron con un representante de Hezbolá. Según su versión, en ese encuentro, el operador de Hezbolá le dio tres rifles a El Aissami.

En dicho viaje, de acuerdo con Carvajal, El Aissami habría planteado que milicianos de Hezbolá  visitaran Venezuela para trabajar junto con combatientes de las FARC.

Por otra parte, el sitio Insight Crime afirma que el período de El Aissami como gobernador coincidió con el fortalecimiento de la megabanda El Tren de Aragua.

Indican que El Aissami habría obstruido esfuerzos de la policía local para desmantelar el grupo criminal y que facilitó el cierre de la estación policial del barrio San Vicente para que la megabanda  ganara territorio.

«Un reporte de Transparencia Venezuela alega que El Aissami también estuvo involucrado en el traslado de prisioneros desde la cárcel de Tocorón, la base principal del Tren de Aragua, al estado Sucre en 2018. Esto, para que el Tren pudiera disputar el control de la ruta de droga con las bandas locales», describe Insight Crime.