La canciller mexicana Alicia Bárcena informó este viernes que el gobierno de su país, que en agosto pidió a Nicolás Maduro que entregara la totalidad de actas electorales para probar así su victoria en los comicios de julio, tomó una posición de no intervención en la crisis venezolana.
«Creemos que la comunidad internacional debe dar a los venezolanos la oportunidad de que tomen sus propias decisiones con cierta soberanía (…) Somos un país que tiene como principio la no intervención, y el respeto a la soberanía de otros países», argumentó Bárcena en una rueda de prensa en la ONU.
La secretaria de Relaciones Exteriores de México agregó que esta crisis es un «problema nacional», aunque también se convirtió en un «problema internacional», donde confían en la sociedad venezolana para resolverlo porque son «una comunidad muy capaz y muy bien preparada».
Hace un mes, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que no reconocía la victoria del chavismo en las urnas y pedía a Maduro que permitiera al Consejo Nacional Electoral venezolano difundir la totalidad de las actas, que apuntaban al triunfo del candidato opositor Edmundo González, ahora exiliado en España.
Por qué México cambió de posición sobre Venezuela
Por otra parte, México también integró junto con Brasil y Colombia un pacto tripartito, que el país norteamericano ya abandonó semanas atrás, para tratar de impulsar una solución a la crisis política venezolana a través de tres gobiernos con un perfil ideológico progresista y más cercano al chavismo.
«Nos habíamos unido Brasil, México y Colombia para presionar, no presionar sino realmente pedir la publicación de las actas y los resultados de las elecciones en Venezuela (…) Los tres países, México, Colombia y Brasil, estamos muy de acuerdo en que esta tiene que ser una decisión venezolana», argumentó Bárcena.
Concluyó que esa es la posición de México «en estos momentos», pero que «no quiere decir» que dejen de estar «interesados» por la crisis venezolana, solo que confían en la «no intervención».
De forma paralela a la semana de Alto Nivel de la ONU, este jueves se firmó una declaración conjunta sobre la situación en Venezuela, que fue impulsada por EE.UU. y Argentina, y a la que se sumaron una treintena de delegaciones internacionales, entre las que no se encontraba México.
El documento apuntaba ya hacia la necesidad de contar con el chavismo para una transición de poder pacífica y democrática en Venezuela, con garantías para Maduro y para la oposición.