Se ausentó la lluvia y la aridez asolaba la pequeña comarca, su pastor apeló a la fe por intervención divina. Acudieron todos a la convocatoria, pero sólo un niño llevó su paraguas, sólo un pequeño tuvo fe.
Decía el apóstol Pablo que “la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de algo que no se ve”.
Ha sido un país asolado por el autoritarismo, la corrupción, hundido en la miseria, la desesperanza, sumido en la incredulidad, la desconfianza, el que María Corina Machado ha encendido para un cambio pleno de oportunidades y prosperidad.
Lo ha hecho con el paraguas de la fe en el cambio, blindada por la coherencia y la luminosidad políticas, sin dobleces ni ambigüedades, con determinación y valentía.
Ha sido un acto de fe que le ha devuelto al pueblo venezolano la energía, la luz, la confianza en sus propias fuerzas, con una potentísima inyección de soberanía, con las primarias del 2023.
Es la fe, la convicción que desborda en torrentes indetenibles de cada pueblo que visita, anunciando la buena nueva de que tendremos un nuevo presidente llamado Edmundo, cuyo estandarte despliega mañana, tarde y noche, sin descanso, a través de ríos, trochas, carreteras por caseríos y ciudades.
Es el paño de lágrimas de venezolanos que habían perdido la esperanza y la aclaman en medio de consignas, himnos, llantos, apretones.
El río del cambio con Edmundo, es indetenible. El adversario se convence de una transición política en paz. El país no olvidará su obra destructora, envilecedora y voraz, pero necesitamos paz, estabilidad, concentrarnos en el nuevo país que crearemos, con oportunidades para todos. La justicia estará atenta.
Con MCM, tres han sido las claves que nos conducirán a la victoria con Edmundo González: la conexión política, la propuesta política del cambio, clara, oportuna y contundente.
En segundo lugar la conexión moral, haberle devuelto al país la fuerza moral del “Sí se puede”, hundida en la impotencia, vapuleada por la impunidad.
La conexión de la Fe, la fuerza espiritual trasmitida, nacida de la convicción de lo que creemos y la encarnación de ella en MCM y EGU, con la ayuda de Dios y de todos lo que creemos en Venezuela.
La cuarta conexión ya está en camino: Defender el voto, los 600K, luchar por nuestro destino como Nación.
