Desde los tiempos de las grandes movilizaciones, cuando salimos por millares con el clamor libertario en las gargantas, ahogado después entre gases y detonaciones, en la vil conjura de la tiranía en contra de la voluntad de las mayorías, no se veía tanta gente en las calles ni se escuchaban los gritos de esperanza despertar los ecos en los montes y llanuras de esta tierra.

El paso decidido de una dama valiente y la palabra de un hombre sabio y bondadoso han levantado el polvo de los caminos y las emociones en aquellos corazones que vieron rotos sus anhelos y que hoy palpitan al ritmo de la conquista de la libertad.

Esta patria querida, esclava de las traiciones de quienes recibieron su confianza, se ha levantado en contra de la opresión del conformismo. Ya no habrá reposo en el chinchorro ni retozo en el río mientras no se produzca el cambio anhelado.

Se mueve una cruzada liberadora del oprobio, se enarbolan banderas de dignidad y valor en la toma del país entero mediante la voluntad expresada por millones que será depositada en cajas resplandecientes de redención rompiendo las cadenas de las mazmorras de la opresión.

Días duros por venir, caminos borrascosos que deberán ser transitados. Es momento de abrir pozo profundo para luego dejar correr en nuevo cauce el torrente de las aguas transformadoras sobre el territorio nacional, regando los campos fértiles del renacimiento.

Un pueblo no puede vivir de glorias añejas, necesita reeditar la heroicidad de su gentilicio en pruebas que se presentan con el correr de los tiempos. Y es que ésta es una oportunidad gloriosa que reafirmar nuestra vocación de nación libre y protagonista de su propio destino. Este es el momento y nos tocó a nosotros, las generaciones del nuevo milenio, unidas ahora para cumplir la tarea y desfilar juntos en el paseo de la inmortalidad.

¡Levanta la cara Venezuela! Inspírate y toma impulso para la jornada esplendorosa que tienes por delante. Hemos dejado el silencio y superado la quietud, hasta los corazones tibios se han encendido en llamas de conquista y victoria.

Viejos poetas han vuelto a escribir y jóvenes autores relatan en prosa las nuevas proezas. La convicción crece, la confianza aumenta y la luz de las verdades se enciende para pisar la oscuridad de los viejos lamentos.

Campos de esperanza que retoñan, viveros de sueños que florecen, se perciben los olores de la primavera venezolana. Estamos aquí y ahora, somos protagonistas de esta causa de amor, Venezuela será libre.

 

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