Pincelada Histórica

Nació en la población de Canaguá del estado Barinas, el 1ro de noviembre de 1792, denominada por los llaneros combatientes como: «La Señora», en señal de respeto y admiración; hija del ganadero Francisco Ortiz y Micaela Orzúa. Huérfana a temprana edad de padre y madre; sus tíos maternos se encargaron de educarla.

Contaba diecisiete años cuando conoció a José Antonio Páez con diecinueve años; para el momento peón desde 1807, de la Hacienda «La Calzada» cercana a Canaguá, propiedad de Manuel Antonio Pulido, futuro prócer de la independencia. Contrajeron nupcias en Canaguá el 1ro de julio de 1809, con la bendición del presbítero Pedro José Leal.

En su testamento Páez declaró que no poseía ninguna clase de bienes y que su esposa aportó al matrimonio reses y bestias caballares.

A partir del 19 de abril de 1810 el futuro «Centauro de los llanos» se alistó en el escuadrón de caballería de Pulido. Dominga lo seguía con un grupo de troperas, (en Colombia las denominan Juanas y en México Adelitas), encargadas de la logística y atención de los soldados heridos y enfermos. Páez en su autobiografía apuntó: «Nunca sabrá la juventud del mañana, todos los sacrificios y privaciones de los que hicimos la independencia».

A finales de 1813, el capitán Páez fue capturado y encarcelado por el jefe realista Antonio Puy, gobernador de Barinas. Dominga al enterarse se le presentó al español con una carta abogando por la libertad de su marido. Puy hizo caso omiso a la comunicación y dirigiéndose a Dominga le dijo: “La próxima le daré cuatro tiros si sigue defendiendo a estos picaros traidores al rey».

El 6 diciembre de 1813, Dominga al oscurecer junto al oficial Ramón García de Sena, realizó cuatro disparos al otro lado del río e hizo conocer la presencia de soldados de caballería que se aproximaban con sed de venganza. Es cuando Puy apresuradamente abandonó Barinas, dirigiéndose a San Fernando de Apure, quedando liberados ciento quince presos. Este relato es conocido como la presencia del «ejército de las Ánimas Benditas del Purgatorio».

Después de la batalla de Carabobo, el general en jefe Páez dejó a Dominga con sus hijos, nacidos y criados con sacrificio durante el fragor de la lucha.

La apureña Barbarita Nieves será la nueva compañera de Páez. Coloquialmente hablando: «Dominga se comió las verdes y Barbarita las maduras».

La estrella de Páez empezó a opacarse, al enfrentarse al gobierno de los hermanos Monagas. Procedente de Curazao el 1ro de julio de 1849, invadió Venezuela por la Vela, en su avance fue derrotado en Macapo por el general de división José Laurencio Silva, quien lo trasladó a la cárcel pública de San Jacinto de Caracas, y finalmente recluido el 8 de noviembre en el castillo de San Antonio su Eminencia en Cumaná. Para poder respirar tenía que hacerlo acostado y pegado a la hendija de la puerta.

La abnegada mujer recibió la noticia con serenidad, lo visitó en compañía de su hija. Sin perder tiempo acudió al Congreso y ante el Presidente José Tadeo Monagas que conoció en los avatares independentistas.

El 20 de marzo el Congreso decretó la expulsión de Páez hacia la isla de Saint Thomas. Zarpó de Cumaná en el buque «Libertador» el 24 de mayo de 1850. Una vez en la isla, Páez pretendió retenerla. Una frase de Dominga ratifica la firmeza de la voluntad puesta a prueba: “Vuelvo a mi retiro, solamente vine a cumplir un deber de esposa cristiana a sacarle a usted de la prisión». El «Centauro» zarpó de Saint Thomas el 13 de junio de ese año vía Filadelfia.

En Venezuela Doña Dominga trataba de recuperar los bienes confiscados a su esposo y los hatos de su propiedad, los cuales no fueron devueltos. A los ochenta años y sin recursos económicos, Dominga solicitó al Congreso «la limosna de una pensión». Falleció esta digna dama de la historia en Caracas el 31 de diciembre de 1875.

Cuando el «Centauro de los Llanos» falleció de Bronconeumonía en Nueva York, el 6 de mayo de 1873, sin disponer de recursos económicos, lo acompañó su hijo Ramón Páez Ricaurte, ( Achaguas 1810- Calabozo 1894), en una relación que tuvo con la neogranadina,(Casanare), Maria Soledad Ricaurte.

Ramón fue diplomático, escritor y pintor. Una de sus obras: «La vida de los llanos de Venezuela», escrita en inglés en Nueva York en 1863 fue editada en español en 1973, auspiciada por la Ilustre Academia de Historia de Venezuela.

En Caracas y Barinas, dos instituciones educativas honran el nombre de Dominga Ortiz, bien denominada: «La Señora»

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