A las 10:00 de la mañana de un sábado cualquiera, te puede sorprender un “duende” en el Jardín de los Abuelos, un lugar de contemplación y recreación, que ocupa una de las 4,5 hectáreas del Bosque Urbano Santos Kartaya, en el Paseo Orégano, municipio San Diego.
Cuesta imaginarse que en 2017 el Jardin de los Abuelos, el sendero hacia el Mirador y el bosque de galería llamado Refugio Celestial, era un basurero al aire libre en una zona verde de la avenida 179B, de donde se sacó una tonelada de basura y escombros.
Al entrar al Jardín de los Abuelos hay unas sillas que invitan a sentarse y tomar un respiro entre helechos y flores. Puedes quedarte allí si no quieres subir por el sendero empedrado hasta el Mirador de los Abuelos y disfrutar de una panorámica 360°.
La recompensa vale la pena. Observar el Lago de Valencia si está despejado, a lo lejos la ciudad. Al voltear, la imponente Fila Orégano, una cordillera montañosa que pertenece al Parque San Estaban.
Paseo Orégano: Un bosque urbano
“Era una necesidad, no había recursos, pero se empezó”, dice Freddy Pinto, el primero en sacar escombros y basura del espacio que años después se convirtió en el Jardín de los Abuelos. Por eso se le identifica como su fundador.
Pinto lo recuerda: «Más que pelear con los botadores de basura, peleamos con el medio ambiente, que estaba muy deteriorado, lleno de escombros, roedores, animales rastreros y mucho bachaco, que se tuvo que eliminar para que creciera la vegetación. La candela llegaba todos los años, así que era necesario que nos organizáramos, yo solo no podía. El principal enemigo de San Diego son los incendios forestales”.
El duende del bosque urbano
Omar Kartaya puede estar cortando monte con su machete por el sendero que conduce al Paseo Orégano, donde ha sembrado 58 matas de café. También se le ve atravesando el bosque de galería Refugio Celestial, para revisar si necesita mantenimiento el puente “9Cito”. Lo hace junto a su vecino Marco Oropeza, otro ochentón, hábil para trabajar la madera. Ambos se ocupan de aprovechar el terreno con peldaños que ayuden a caminar en esas áreas verdes recuperadas de la basura y los escombros.
El problema del agua era lo más grave. Así que sacó un punto de agua de su casa y acordó con el fundador del Jardín de los Abuelos, Freddy Pinto, pegar una manguera para regar. Hasta que encontraron un tanque abandonado que se salvó de los incendios forestales. Entre todos los que se fueron sumando lo recuperaron para el riego.
Así nació el compañerismo. «Le dimos un parado a los vecinos que tenían el lugar para botar los escombros de remodelaciones y construcciones. Como consecuencia de tantos años de abandono oficial y de inconsciencia vecinal, no hay una capita de tierra sin piedras de al menos 10 centimetros, por eso cada árbol sembrado se demora para crecer.
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Abrir los espacios en el Paseo Orégano
Cuenta Kartaya que cuando ya estaba limpio, se fajó a abrir una brecha para llegar a la cima, que hoy es un lugar para actividades musicales, para recitar poesia. En uno de esos encuentros, gratamente impresionado por el trabajo incansable de los adultos mayores, Fedor Colom, vecino con vena de cantante y artista plástico, se entusiasma.
Era necesario ampliar el trabajo hasta otras áreas verdes que estaban peor en la avenida 179A, interconexión de las urbanizaciones El Morro II y La Esmeralda. Allí, junto al Grupo Ambiental El Morro II, sacaron dos toneladas de escombros y basura en todo ese sector que hoy se conoce como Paseo Orégano, integrado por el Bosque Santos kartaya, la Plaza de los Fundadores, el Sendero Fila Orégano, El Mirador y el Jardín de los Abuelos.
Son al menos unas cinco hectáreas que ha recuperado el equipo de jubilados activos, vecinos y profesionales de avanzada edad, todos integrantes del Grupo Ambiental Morro II. Ellos han puesto su conocimiento y experiencia para avanzar sin desmayo en la protección del pulmón natural de la Fila Orégano.
No hay datos, pero sí una solución
En 2017 la recolección de la basura en la Gran Valencia tenía un retraso de más
de 120 millones de kilos en calles, avenida, urbanizaciones, sectores y barriadas,
según el reporte del presidente de la empresa Desechos Sólidos Carabobo (Desoca),
José Peralta, al informar sobre el Plan de Saneamiento Ambiental, activado
por el gobernador de la entidad ese año, Rafael Lacava.
En Venezuela, sin embargo, no hay planes, programas, ni se conoce algún tipo de
control. Solo hay un decreto del año 2010 que declara en emergencia la
disposición final de los residuos sólidos. “Si los sitios legales a donde debe ir la
basura no tienen control, los botaderos informales, menos” reflexiona una
especialista que le hace seguimiento al problema de los desechos sólidos.
Puedes leer: Carabobeños aprendieron cómo recuperar los cerros afectados por incendios
La comisión Permanente de Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático de
la Asamblea Nacional planteaba en 2018 la falta de conciencia ciudadana en
zonas urbanas y rurales, donde lanzan a las calles desperdicios, escombros en
cualquier espacio público sin vigilancia. “En Venezuela ni las autoridades públicas, nacionales o regionales, ni los municipios, han elaborado su respectivo Plan
Municipal de Gestión Integral de los Residuos y Desechos Sólidos».
Según cifras aportadas por el Instituto Nacional de Estadísticas 2011-2013, de los
335 municipios que tiene Venezuela, 104 tienen relleno sanitario, lo que representa el 38,32% del total. Otros 105 municipios cuentan con vertederos a cielo abierto y 56 disponen los desechos en botaderos de basura.
La disposición de los desechos en zonas urbanas
Un estudio de la División de Población de las Naciones Unidas (2009) mostró preocupación por la disposición de desechos en el medio ambiente urbano, en el que habitaba 81% de la población para esa fecha: En Venezuela no hay cifras oficiales ni de entes privados que identifiquen la magnitud de las zonas verdes urbanas que los vecinos convierten en basureros.
En 2019, un informe de la subcomisión de Ambiente de la Asamblea Nacional, presidida por Carlos Andrés González, reveló que la mayoría de los sitios en los que se realiza la disposición de residuos y desechos sólidos son vertederos a cielo abierto. De acuerdo con el escrito, se trata de botaderos de basura no aptos para la disposición final, cuyo funcionamiento fue prohibido por las disposiciones de la Ley Sobre Residuos y Desechos Sólidos promulgada el 21 de octubre de 2004, prohibición ratificada por la vigente Ley de la Gestión Integral de la Basura.
En junio de 2023, la Comisión de Administración y Servicios, presidida por Pedro Carreño, presentó avances del proyecto de Reforma de la Ley de Gestión Integral de la Basura que buscaba disminuir la generación y que la recolección, aprovechamiento y disposición final sean realizados en forma sanitaria y ambientalmente segura. Se desconoce el estatus actual del proyecto.
Esfuerzos a puro pulmón
El Paseo Orégano es el punto de partida para caminar unos 500 metros, desde la Plaza de los Fundadores, y observar cómo están creciendo los arboles frutales y forestales. Allí hay apamates amarillos, rosados, blancos; araguaneyes y flamboyan. También hay árboles pata de ratón, samán, mijaos, caoba, pilón, mango, merey, merecure, almendrón, entre otras especies, que suman 820 arboles sembrados hasta lo que va del año 2024.
Las plantas ornamentales comienzan a florecer. Clavellinas y trinitarias le van dando colorido al recorrido.
En 2021 se habían recogido 3 toneladas de basura en todo el Paseo Orégano, un proyecto paisajístico diseñado por los arquitectos de la Academia de Beisbol Bob Abreu, levantada en esos espacios, en armonía con el ambiente.
Para la fecha, ya se había sumado la Alcaldía de San Diego para apoyar a los vecinos en la recuperación de la avenida 179A y los espacios circundantes. La intención, transformarla en un área verde limpia y protegida para el disfrute de la comunidad.
Sabado a sábado cambió de a poco el Paseo Orégano
Todos los sabados muy temprano, una legión de hombres, y sobre todo mujeres del Grupo Ambiental el Morro II, se organizan para la faena. Limpian la maleza, fumigan, abonan para seguir sembrando y mantener el bosque urbano. Todos tienen como meta lograr la aprobación del Parque Municipal Orégano.
No desmayan en su empeño de desarrollar un plan a mediano plazo para lograr que toda esa área, que incluye la Fila Orégano, sea decretada parque municipal. Gestionan las diligencias necesarias ante la alcaldía de San Diego, uno de los 14 municipios del estado Carabobo, para consolidar la protección del pulmón natural de Fila Orégano.
¡Y mira que han hecho! Han realizado 170 jornadas sabatinas para sensibilizar a la comunidad, durante las cuales se recoge basura, escombros, se siembra, se platonea, se fertiliza, se fumigan los árboles y se riega en época de sequía.
En diciembre del año 2022 se sembraron 870 esquejes de vetiver, con la asesoría del primer doctor en Ciencias del Suelo en la Universidad Central de Venezuela, el ingeniero agrónomo Oswaldo Luque, quien propuso crear un vivero para propagar la planta, que ahora usan para la estabilización de taludes y como fitoremediación de aguas contaminadas.
En esta jornada se sembraron esquejes de vetiver en el talud cerca del portal Paseo Orégano para estabilizar el suelo, el cual tenía grandes cárcavas producto de la erosión del suelo.
Participaron Scout de Carabobo, Asociación de Artistas en la Calle, representantes del Club de Leones, directivos de la Fundación Jardín Humano y del grupo ambiental Luchadores por el Agua , junto con empresas patrocinantes. Tienen aliados, el proyecto tiene que ser sustentable
Los incendios no cesan
Cuenta Trina Luque, directora del Grupo Ambiental El Morro II, que en abril del año 2023 un incendio que se produjo por la acumulación de basura frente a Terrazas de San Diego, puso en riesgo el bosque y el jardín.
En el cerro se perdió el 60% de los árboles autóctonos, recuerda con tristeza. «Aunque se contó con el apoyo de los bomberos y con tobos llenos de agua, los integrantes del grupo subían al cerro para controlar los focos de troncos y árboles prendidos, no se pudo evitar».
Aprendieron la lección. Ahora están fortaleciendo la brigada forestal para la prevención y control de incendios para la protección de la Fila Oregano. «Hemos abierto 300 metros de cortafuegos e instalamos un sistema contra incendio, con mangueras y tanques que permiten disponer de agua. El resultado es que en 2024 no tuvimos ningún incendio forestal en el perímetro del Paseo Orégano. Sólo se registraron en el cerro de la Fila Orégano, una zona boscosa de difícil acceso incluso para los bomberos».
En el año 2023 los ambientalistas del Morro II establecieron una alianza con el grupo “Mi Granito de Arena”, quienes se encargaron de eliminar el basurero ubicado frente a la urbanización Terrazas de San Diego. Hoy es una galería de arte urbana.
Tejer alianzas con los vecinos de zonas aledañas les ha permitido sistematizar las acciones de recuperación de zonas verdes, convertidas en basureros, y evitar incendios forestales.
Por ahora no se puede
Aunque el primer paso que dieron los vecinos fue cerciorarse que esos terrenos estaban zonificados como área verde, para un uso recreativo, en el Plan de Desarrollo Urbano Local de la Alcaldía de San Diego, parece imposible convertir el Paseo Orégano en un parque municipal.
El alcalde León Jurado explica que según la Ley de Ordenación Urbanística vigente, el Paseo Orégano está conformado por varios terrenos diseñados para funciones específicas diferentes: Unos como área educativa y otros como parques.
“ no se puede decretar todo el paseo como parque municipal»
Jurado insiste: «Nosotros hemos apoyado la iniciativa del Grupo Ambiental El Morro II de consolidar el Bosque Urbano Santos Cartaya. Pero no podemos denominarlo parque municipal porque comprendería una extensa área verde reservada de unas nueve hectáreas de Fila Orégano, que no se pueden tocar bajo ningún concepto, para salvaguardar especies de flora y fauna del sector que son intocables».
El alcalde detalló que la Fila Orégano comprende una muy extensa área, que incluye una zona educativa, donde está la academia de béisbol Bob Abreu. Tendría que cambiar, reformando el Plan de Desarrollo Urbano Local, para que se convierta en un parque municipal.
Además, esos terrenos visionados por los vecinos, que se ven por encima de la academia de béisbol, comienzan en San Blas y terminan en la variante Barbula-San Diego. Es el mismo cerro que divide el municipio Valencia de San Diego. «¡Una zona muy extensa!», precisa el alcalde de San Diego.
Terrenos privados, otra piedra de tranca
Otra razón de peso que dificulta el decreto de parque municipal es que aproximadamente el 60% de los terrenos en Fila Orégano es de propiedad privada. Aunque los propietarios no pueden desarrollarlo urbanísticamente, la alcaldía tendría que expropiarlos a un costo altísimo. «Sinceramente no lo veo viable en este momento», dice al reconocer con entusiasmo y agradecimiento al movimiento ecológico, por los aportes a la protección del ambiente y a la prevención de los incendios forestales.
Desde el ventanal de su despacho mira la Fila Orégano. “Si observamos, en todo el cerro pasan torres de alta tensión, que antes eran administradas por la antigua Compañía Electricidad de Valencia, que por razones de seguridad mantenía los cortafuegos que impedían que los incendios forestales se expandieran en San Diego».
Cuando Eleval pasó a manos del Estado, a través de la Corporación Electrica Nacional (Corpoelec) se descuidó esa tarea, ocasionando que los incendio forestales en la época de sequía agarren todo el cerro, cuestionó León Jurado.
En resumidas cuentas, son varios los obstáculos que el Grupo Ambiental Morro II y otros movimientos conservacionistas tendrán que vencer para lograr la creación de parque municipal.
Una universidad del ambiente
Los vecinos ya tienen lista la maqueta para la aprobación de una universidad del ambiente, dice orgullosa Trina Luque. Es un proyecto que debe ser revisado en el departamento de Desarrollo Urbano Local para que sea aprobado por el alcalde. Luego sería remitido a la Comisión de Medio Ambiente del concejo municipal para su evaluación, revisión y su aprobación en la cámara.
Las ganas de la máxima autoridad municipal y de los movimientos ambientalistas se juntan. «Queremos fomentar el crecimiento de las especies de animales. La Fila Orégano es un área de paso migratorio de abejas y pájaros, que consiguen alimentos en el Parque Santos Kartaya y en el Jardín de los Abuelos, donde hay un jardín de flores”.
Ellos son muy insistentes, reconoce la máxima autoridad del municipio San Diego. Quizás a futuro puedan lograrlo, superando obstáculos económicos, trámites administrativos para lograr el cambio del PDUL y obtengan alguna respuesta positiva en la Mesa Técnica del Agua, para que reciban el agua indispensable para el riego. Pero debido a la situación económica actual del municipio es muy cuesta arriba en estos momentos, concluyó.
La edad no pesa, ni las canas
Todos los sabados es la cita de compromiso en el Paseo Orégano. Desde muy temprano una hala escardilla alrededor de la mata; otra carga la carretilla con el abono que se ha hecho con vetiver.
Hace viento y se escucha el metal de las herramientas chocando con la tierra. A lo lejos una de las mujeres exclama: “tenemos tres años aquí”. Se entremezclan los testimonios. “El señor Kartaya es el rey de la escardilla, de la pala, de la carretilla». Por eso el bosque lleva su nombre.
Rien, bromean con su edad a un ritmo de trabajo sorprendente. “Tenemos que quitarle el gamelote que está alrededor y le roba los nutrientes a las matas. Lo hacemos manual para evitar que la desmalezadora le quite la corteza y se seque”, explica, sin parar su faena, Trina Luque.
Aquí hay una manguera, señala otra de las jardineras. “Se le coloca un tubo de unos 40 centímetros. ¿Ves los huequitos? el agua le llega a la raiz y crece mas rápido», dice Dinorah Figueroa. «Ese es otro invento de Hugo Santos».
Aquí hay mucho experimento, tercia más allá Ligia Rebolledo, quien agrega que es un riego por goteo. Están agachadas ‘platoneando’.
Paseo Orégano es un trabajo voluntario que se ejerce con buen ánimo
El primer tanque de agua había quedado enterrado y por eso se salvó de los repetidos incendios. Es su fuente principal. Con el dinero producto de rifas han comprado otros tanques que están enlazados con unos 500 metros de manguera. “Tenemos almacenamiento en la parte alta El Mirador, y en la baja, en el sendero, para garantizar el riego y apagar el fuego de la montaña para que no se nos meta en el parque”, indica Alberto Rengifo, profesor de Ciencias de la Tierra.
Entre ellos han organizado una brigada que se formó hace dos años, integrada por entre 5 a 10 personas.
-¿Contemporáneos?, preguntamos con picardía. 
Los presentes sueltan la carcacajada, pues la edad promedio de quienes integran el grupo ambiental es de 70 años. «Los niños que estamos aquí nos metimos a las 9:00 de la noche en el incendio forestal del año pasado y logramos confinar el fuego», comenta Dinorath Figueroa. Salvamos el parque, terminan la historia entre todos.
«Lo importante de todo esto es que es un trabajo voluntario», insiste el profesor Rengifo para no dejar dudas. Es el pulmón natural y hermanados con los organismos públicos no cesaremos en el empeño de que esto se mantenga, que la gente entienda que cada árbol es vida y somos parte de un municipio verde.
“Mira estos arbolitos pasmados. Como el terreno tiene muchos escombros no han
crecido, entonces por recomendación de Oswaldo Luque, vamos a sembrarle
vetiver alrededor, porque las raíces van abriendo el suelo y hacen que absorban el
agua y los nutrientes”. Trina Luque continúa su explicación: La experiencia dice que el vetiver al crecer hace que los árboles crezcan.
¡Ya lograron un bosque urbano!
Convertir, en el Paseo Orégano aquel vertedero de basura de 500 metros en la avenida que conecta El Morro II y La Esmeralda, significó un problema menos para la ingeniero forestal Chiquinquirá Carrera. La directora del Instituto Autónomo de Función, Mantenimiento y Conservación Urbana y Ambiental de San Diego recuerda que hacían jornadas de limpieza y a los dos días los espacios estaban, nuevamente, llenos de escombros. «Muchas veces nos tocaba revisar la basura, que hablaba del infractor».
Ella agradece a Dios que los vecinos se hayan organizado en pro del ambiente y asegura que han trabajado muy bien desde el comienzo.
Los miembros del Grupo Ambiental el Morro II la llaman la madrina del Paseo Orégano. Es una relación que inició en 2018. Han establecido tal alianza, que donaron 78 árboles de mijaos, merecure y 20 esquejes de vetiver al vivero de ente municipal.
«Si solicitan apoyo para la siembra, les pongo el personal para que hagan la olladura. Ellos han logrado su objetivo de recuperar esos espacios y tener el Jardín de los Abuelos, un espacio muy bonito»
Todos sabemos que en El Morro hay muchas personas de la tercera edad, algunos solos porque la familia ha tenido que migrar, pero se acompañan en actividades que se realizan con frecuencia en ese espacio recuperado, aplaude la funcionaria.
La ingeniero forestal de la Universidad de los Andes valora lo que se está haciendo porque es su vocación. “Soy 100% defensora del medio ambiente, y me identifico como la abogada de los árboles, así que estoy sensibilizada con el propósito del bosque urbano. Siempre estoy pendiente de sus necesidades, de surtirlos de fertilizantes y de los insumos que requieren. Les donamos unas desmalezadoras”.
Un logro de los vecinos
Los vecinos lograron que hicieran la iluminación en la avenida del Paseo Orégano. Se repusieron unos 20 postes, de dos lamparas por cada uno, las cuales habían sido vandalizadas, incluyendo todo el cableado. “Ahora hacemos el mantenimiento, apoyarlos es una inversión en paisajismo, seguridad y medio ambiente, que beneficia a toda la comunidad».
Creo que más allá de concretar el proyecto del parque municipal, el Grupo Ambiental El Morro II, ya cumplió su objetivo de hacer un bosque urbano, detalla Carrera. Es un reservorio de especies, que debe mantenerse en el tiempo y quien esté a la cabeza de la Alcaldía de San Diego debe mantener el apoyo.
Un oasis de bienestar en San Diego
Más que un simple sendero montañoso, Paseo Orégano se ha convertido en un bosque urbano y un espacio de encuentro para la comunidad de San Diego.
Su recuperación, impulsada por el esfuerzo de los vecinos del Grupo Ambiental El Morro II y el apoyo del gobierno municipal, ha generado un impacto social positivo que se refleja en la recuperación ambiental.
La eliminación de los botaderos de basura y la reforestación del área han contribuido a mitigar los efectos del cambio climático, mejorando la calidad del aire y previniendo incendios forestales.
Ha fortalecido el tejido social, sobre todo entre los vecinos de la tercera edad. Reina un ambiente de fraternidad y han consolidado alianzas con otros grupos ambientalistas como “Un Granito de Arena” integrado por artistas plásticos, para continuar con las labores de recuperación y cuidado de zonas verdes así como promover la actividad cultural.
Mejor calidad de vida
Paseo Orégano se ha convertido en un espacio de esparcimiento y recreación para personas de todas las edades, promoviendo la actividad física y el bienestar mental.
El movimiento ecológico es ejemplo de gestión ambiental participativa: Paseo Orégano demuestra el poder de la acción colectiva para lograr transformaciones positivas en el entorno y en la calidad de vida de las personas.
En medio de este ambiente de fraternidad entre vecinos, han nacido alianzas con el grupo Un granito de Arena para recuperar espacios de la basura y en consecuencia evitar incendios forestales. La Asociación Artistas en la Calle, los Parranderos del Mirador, los Jueves Culturales, el Yoga Paseo Orégano y Yoga de la Risa se han sumado a esta iniciativa.
A la fecha, se han realizado más de 20 visitas guiadas de estudiantes de preescolar, educación especial, primaria, secundaria y universitaria. En junio de 2021 se realizó una gincana ecológica, que se repitió en septiembre de 2022.
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El Día del Arbol 2022 el Grupo Ambiental El Morro II organizó una jornada comunitaria en la que participaron 135 personas de instituciones públicas como la Alcaldía de Valencia, educativas como la Academia de Besibol Bob Abreu y vecinos de la comunidad
para sembrar 150 árboles forestales.
Segunda edición de la Carrera Paseo Orégano
Este domingo 14 de junio de 2024 se realizará la carrera de montaña Paseo Orégano en el municipio San Diego. Unos 120 corredores de Carabobo, La Guaira, Aragua, Zulia, Portuguesa y Miranda están convocados a participar.
Habrá dos distancias: una corta de 10 kilómetros, que iniciará a las 6:30 de la mañana y otra larga, de 18 kilómetros, que saldrá a las 6:00 a.m.. Ambas partirán desde la Academia de Béisbol “Bob Abreu”, en el Morro II.
Durante la travesía, lo atletas recorrerán sitios icónicos de la montaña del municipio San Diego. Subirán por el sendero Paseo Orégano, llegarán hasta la cruz de El Trigal y recorrerán toda esa fila entre San Diego y Valencia. Los corredores de la distancia corta llegarán al monumento “La Paz de Tazajal”, luego se regresarán por el mismo sendero.
Actos culturales, grupos musicales y bailoterapias complementarán la oferta de entretenimiento de esta jornada ambiental y deportiva
La trascendencia del Paseo Orégano
El Paseo Orégano ha trascendido su condición de pulmón natural de la Fila Orégano para convertirse en un símbolo de transformación social y ambiental en San Diego.
Un oasis de bienestar que inspira y motiva a seguir trabajando por un futuro más sostenible y armonioso para la comunidad.
Fotos y videos: Ledys Arciniega
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