Habitantes de Villa Upata e Isla Dorada reportaron el colapso de drenajes, cárcavas en expansión, y poca respuesta institucional tras continuas lluvias en Ciudad Guayana.
Puerto Ordaz. Las lluvias de los últimos días en Ciudad Guayana han generado preocupación entre cientos de familias cuyos hogares están cada vez más vulnerables a los embates del agua. En sectores como Villa Upata, la situación se repite con cada aguacero: subir los muebles, intentar desviar el agua y rezar para que no arrastre todo a su paso.
Esta semana, las calles volvieron a inundarse, lo que dejó a los vecinos atrapados en sus viviendas. La falta de sistemas adecuados de drenaje y canalización convierte las precipitaciones en una amenaza constante. Sin salida para el agua, las calles se transforman en canales improvisados que ponen en riesgo a las familias.
La comunidad, cansada de promesas sin seguimiento, ha intentado mantenerse a flote por sus propios medios, pero las obras necesarias para mitigar el problema siguen sin concluir. Mientras tanto, las viviendas continúan expuestas cada vez que el cielo se nubla.
“Se nos represa el agua porque no tiene salida, y se nos llenan las casitas. Tuvimos que montar las neveras sobre bloques para salvar nuestros coroticos. Tuvimos que romper un paredón para que el agua pudiera bajar un poco, y aún así, seguimos inundados”, relató Sonia Torres, una de las afectadas.
Esta situación no es inesperada. Para Daisy de Brazón, quien vive desde hace más de una década en el sector, cada temporada de lluvias trae consigo la misma pesadilla: el agua invade las casas, los miedos regresan y las promesas se diluyen como sal en la lluvia.
“Nosotros no dormimos cuando llueve. Esto se convierte en una laguna. Vinieron de la Gobernación una vez, hicieron algo por dos días y se fueron. No hay salida del agua, estamos prisioneros entre paredones. Una pared ya se cayó por la fuerza del agua, pero seguimos esperando”.
Los vecinos aseguran que han documentado la situación con videos y fotos, además de organizar por su cuenta jornadas de limpieza. Aun así, la obra para canalizar las aguas pluviales nunca se completó.
“Hemos colaborado en todo. Buscamos al personal, cocinamos, limpiamos. Pero ya estamos cansadas. Lo que queremos es vivir sin miedo cada vez que llueve”,
insistió Daisy de Brazón.
Se agravan cárcavas
En paralelo, en la urbanización Isla Dorada, una cárcava que persiste desde hace casi una década continúa creciendo por el colapso de un colector en la avenida Atlántico, comprometiendo un tramo de esta vía principal en Puerto Ordaz.
En Villa Tablita, parroquia Dalla Costa, otra cárcava avanza con cada aguacero y amenaza con partir la calle en dos. Las grietas ya son visibles y los deslizamientos se intensifican con las lluvias.
A principios de junio, tras un nuevo episodio de precipitaciones intensas, colapsó un tramo de esta socavación en el sector Villa Tablita, ruta I de Vista al Sol, lo que ha generado mayor preocupación entre los vecinos.
Entonces, denunciaron que el terreno cede con frecuencia por la falta de drenajes adecuados, y que el riesgo es especialmente alto para niños y familias que habitan o trabajan en las cercanías. Algunos incluso han perdido viviendas o comercios por el avance de la cárcava, sin que hasta ahora las autoridades ejecuten una solución definitiva.
Hasta la fecha, la Gobernación del estado Bolívar solamente informó sobre la atención a las familias de Isla Dorada, aunque todavía sin un trabajo concreto que dé solución al problema que enfrentan. Por su parte, la Alcaldía de Caroní solo reportó la atención en zonas con árboles caídos.
Lea también:
Autoridades evalúan los daños tras lluvias que afectaron a 50 familias en Ciudad Guayana